La aventura del misterio

Fenómenos paranormales en la antigua sede el Parlamento de Andalucía

En una antigua iglesia, viejo convento sevillano, con ilustre Historia y no menos ilustre utilidad, suceden hechos paranormales silenciados desde hace décadas y que hoy les vamos a descubrir

12 jun 2022 / 04:00 h - Actualizado: 12 jun 2022 / 04:00 h.
"La aventura del misterio","Parlamento de Andalucía"
  • Fenómenos paranormales en la antigua sede el Parlamento de Andalucía

No es fácil investigar en un lugar oficial y menos que ha sido antigua sede del Parlamento de Andalucía, por Historia, trascendencia y repercusión en la ciudad. Uno de esos lugares mágicos y encantados es la vieja iglesia de San Hermenegildo de Sevilla en la emblemática Plaza de la Concordia, entre la Plaza del Duque y la calle Jesús del Gran Poder, en pleno casco antiguo de la ciudad.

Es en este lugar, donde se tiene constancia de una serie de hechos que, cuando menos podríamos tildarlos de inexplicables, aunque los más extremistas no dudarían en denominarlos como “paranormales”.

La primera información de sucesos extraños en el lugar la encontramos por parte de uno de los trabajadores del lugar. Hace unos años, mientras grabábamos unas piezas para un programa de televisión junto al edificio, se acercó un señor interesado en lo que se hablaba –de la “Sevilla Mágica”-, una vez finalizada la grabación, con disimulo, se acercó a mi persona y tomándome del brazo, en voz baja, me dijo: “Si un día queréis saber de un sitio encantado sólo tienes que mirar aquí atrás” mientras indicaba con el pulgar a la entrada de la iglesia de San Hermenegildo.

Con cierta curiosidad le dije: “Pues soy todo oídos”. El señor crecido por mi interés me explicó: “Yo trabajo aquí en mantenimiento y por las noches puedo escuchar los sonidos de la cubierta o de la madera, con esto te quiero decir que se perfectamente lo que escucho y su procedencia, pero hay otros sonidos, hay otras cosas que...” y repentinamente enlaza “en cierta ocasión, una mañana, estaba esto solo, y comienzo a escuchar como si hubiera un par de niños jugando ahí detrás. Era imposible. Me levanté y fui a echar un vistazo, no había nadie, pero cuando me fui a volver una voz me dijo: “¿A qué no me coges?” y vi, claramente, a un niño que me miraba con picardía y hasta con una sonrisa diría yo. Entonces fui a la parte hacia donde me atraía y no había nada”.

Pero no sólo eso, mi testigo –jubilado en la actualidad- me decía: “En otras ocasiones, cuando hemos tenido aquí un evento y he estado preparándolo todo, he dejado los alicates sobre la mesa o una silla y han desaparecido, he ido a la caja por otros y cuando he regresado estaban donde en principio los dejé y no los localizaba... Aquí pasan cosas muy raras”.

Recuerdo como mi compañero José Antonio Colinet me decía: “¿Qué quería ese señor?” y cuando le explicaba el relato que acaba de escuchar me replicaba: “El sitio es magnífico para grabar pero ahí cualquiera entra a investigar” con ironía y desesperanza.

El azar, si es que existe, me llevó no hace demasiadas fechas a conocer a una persona en el transcurso de un recorrido por los misterios de Sevilla. Pasando de largo ante este lugar me dijo: “Anda que este sitio no tiene cosas que contar...” y mi contestación fue lacónica: “Bastantes y muy interesantes además...” Aquel señor, al final nuestro recorrido, me dijo: “Yo he visto ahí dentro algo que me dejó helado. Estaba en la parte trasera, casi donde está la puerta por donde salía Pasión y allí, allí mismo, pude ver a una monja, quieta, muy seria, con una actitud que no reflejaba nada, carecía de sentimientos, un semblante sereno pero, a la vez, inquietante. Cuando miré a uno lado, para ver si había alguien más, y volví a mirar se había esfumado. Le pregunté al conserje o a la persona que controlaba aquello y me dijo que no había salido ni había entrado ninguna monja, que serían imaginaciones mías, lo cual me sentó fatal. Le dije que no, que allí había una monja, el señor me miró y me dijo “aquí ya se la ha visto varias veces, no le eche cuenta” y me dejó congelado por qué era una especie de aparición”.

El pasado del edificio

La iglesia de San Hermenegildo tiene un pasado que está muy relacionado con todo lo que describen los testigos, así se sabe de su Historia que en el siglo XVI (1580) fue el convento de la Compañía de Jesús y posteriormente se le dio un uso militar al ser transformado en un cuartel de Artillería, serían en el siglo XIX y los primeros años del siglo XX. Aquel convento se derribó y sólo sobrevivió la capilla-iglesia que es lo que hoy se puede ver.

Pero de su uso destacó por ser ese cuartel del III Regimiento de Artillería e, incluso, fue el lugar donde se gestó el golpe del 18 de Julio de 1936 teniendo como uno de sus protagonistas, en la ciudad, a Queipo de Llano. Además en 1832 fue la sede de las Cortes Liberales y desde 1985 a 1991 el salón de plenos del Parlamento Andaluz. 1836 lo vería transformarse en un improvisado teatro y hasta, «recientemente», sala de exposiciones.

La iglesia es realmente interesante pues el edificio se debe, inicialmente, a Juan Bautista Villalpando siendo en 1614 el jesuita Pedro Sánchez quién rediseña la planta que se finalizaría en 1620 estando inspirada en la Sala Capitular de la Catedral, de forma elíptica destacando su cubierta como una cúpula ovalada de cuyo centro sorprende una cartela elíptica de la que surgen doce mágicos nervios radiales que son soberbios y se aprovechan para rematar la decoración religiosa –en su día- del templo. La fachada se atribuye a Alonso de Vandelvira.

Las últimas apariciones

Los últimos fenómenos extraños podemos encontrarlo en la narración de una persona que estuvo vinculada al lugar y que tras la expectación que creó en la ciudad investigaciones como la llevada a cabo en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla se atrevió a intentar grabar unas psicofonías, en tales psicofonías se pueden escuchar susurros como “soy yo” o “venid por mi” en unas condiciones, según el testigo, en las que “no había nadie en la sala cuando se grabaron, aquello estaba solo y, por otra parte no había visitantes; lo último que hubiera esperado yo es captar una psicofonía”.

El edificio además guarda un último secreto escondido en la Historia: fue la Casa de Niños desamparados, que en Sevilla se conocen con el nombre de los Thoribios o Niños Toribios...

No es que las psicofonías sean la garantía de un fenómeno paranormal cuando, a día de hoy, ni siquiera sabemos lo que son, pero si es cierto que los testimonios de las personas que han vivido las experiencias en su interior, así como su Historia y usos hacen que este sea uno de los más desconocidos lugares encantados de Sevilla.