Fin a una leyenda urbana

Beber un vaso de agua durante las comidas no engorda y ayuda a la eliminación de toxinas y desechos de nuestro organismo

22 mar 2017 / 16:57 h - Actualizado: 22 mar 2017 / 17:38 h.
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  • Vaso de agua / Magtel
    Vaso de agua / Magtel

El agua es fundamental para la salud, ayudando al correcto funcionamiento del organismo y el riñón como sistema excretor, puedan funcionar correctamente. Pero, según los especialistas, un exceso del nivel de líquidos durante las comidas puede afectar negativamente a nuestra salud.

Así lo asegura el doctor Francisco Astudillo Martín, del equipo de Medicina Interna y Geriatría del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, «beber más líquido del recomendado distiende el estómago y esto dificulta una correcta digestión». Además, hay que desmentir la creencia popular de que beber un vaso de agua durante las comidas engorda: «No es cierto y no tiene ninguna razón de ser. El agua no tiene calorías y no engorda».

Lo que sí es cierto es que beber agua muy fría «puede enlentecer la digestión y el vaciamiento gástrico, lo que dificulta la absorción de nutrientes, provocando trastornos asociados. Es recomendable beber agua natural pero que no esté a temperatura elevada», afirma el doctor Astudillo.

Por otro lado, la dermatóloga María Teresa Ojeda Vila, del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, asegura que el agua fría en la piel «provoca una contracción de los capilares y de la circulación periférica en general y esto favorece el retorno venoso, es decir, se eliminan más toxinas y se aporta una mayor firmeza y elasticidad». Y continúa: «Aunque normalmente tendemos a poner la temperatura de la ducha demasiado caliente, lo ideal sería ducharnos con agua templada, entorno a los 28-30 grados, porque el agua muy caliente puede provocar quemaduras en la piel y, sobre todo, sequedad; mientras, el agua fría puede irritarla».

Del mismo modo, la doctora Ojeda recuerda que es muy importante que la piel esté bien hidratada para evitar la formación de eccemas y su envejecimiento. Para ello se debe ingerir entre un litro y un litro y medio de agua al día y utilizar la crema hidratante que mejor se adapte al tipo concreto de piel.

En cuanto a la hidratación durante la práctica deportiva, María Dolores Moliní Cabrera, del Servicio de Nutrición y Dietética del hospital sevillano, señala la importancia de una adecuada ingesta de agua ya que, «según estudios realizados, una deshidratación del 2% puede significar una disminución del rendimiento en un 20%».