Guía imprescindible para desmontar a los antivacunas y negacionistas

Realizamos una investigación en la que desmontamos las afirmaciones de los negadores de la vacuna o la existencia del coronavirus a la luz de la Ciencia, la Medicina y la estadística

23 dic 2021 / 04:10 h - Actualizado: 23 dic 2021 / 08:27 h.
  • Guía imprescindible para desmontar a los antivacunas y negacionistas

En estos tiempos que corren, en plena pandemia, son muchos los que aún niegan la existencia del coronavirus o, simplemente, niegan la efectividad de la vacuna argumentando razones inverosímiles que sólo dejan al descubierto lo que es el radicalismo o la ignorancia.

Sorprende aún más que muchos de esos argumentos sean alimentados por médicos o periodistas, famosos o personas con un mínimo de educación y cultura que deben saber el valor de la Ciencia y como, a lo largo de la Historia, ha sabido poner freno a epidemias que han asolado el planeta, como la del Covid-19.

La vacuna y tener los métodos de desinfección al alcance, como gel hidroalcohólico, tratamiento de ultravioletas o una simple mascarilla más cierto recogimiento y distancia social parecen básico para saber poner barreras entre la infección y la persona, aunque alguno no se enteran y tratan de poner argumentos en contra de todo ello.

Los antivacunas -como se les llama- piensan que hay una tremenda conspiración tras todo lo que es la vacunación, si una persona tiene un efecto adverso a la misma lo convierten en un argumento contra ella si aplicar el principio de objetividad que dice que toda vacuna puede presentar efectos adversos (sólo sírvase de leer el prospecto de una caja de pastillas y vaya al apartado de «contraindicaciones»). Por el contrario tienen un efecto positivo en la población pues sirven para evitar o disminuir el efecto del coronavirus en el organismo.

Hacen bandera de mensajes falso contra la vacuna sin atender a la fiabilidad de las fuentes (tampoco se puede pedir que sean periodistas que lo verifiquen todo pero sí que actúen don lógica y racionalidad) o corroborar los datos, por ello en los «mentideros» de internet han encontrado su mejor caladero de «excusas» para ampararse en sus creencias.

Debido a ello es conveniente desmontar todo ese «circo de excusas» que presentan y argumentar contra sus planteamientos.

Si un “antivacuna” te dice...

Si un «antivacuna» te dice «las vacunas provocan contagios» debes saber que: tanto las vacunas de Moderna o de Pfizer (con ARN) no tiene el coronavirus sino un fragmento de lo que es su código genético que es inocuo para la salud, además de estar en un encapsulado en una nanopartícula lipídica degradable. Con la vacuna de Astrazeneca lleva el coronavirus pero disminuido tanto que no puede replicarse y tienen como misión el que el organismo se acostumbre a la presencia del coronavirus y lo combata con el sistema inmunitario. Cuando la persona se vacuna lo que hace es programar a sus células para que puedan hacer esto y producir vitamina S sin desarrollar el Covid-19.

Si un «antivacuna» te dice «no sabemos lo que están inyectando, es un secreto» como si fuera algo malo pues sólo hay que leer el contenido de la vacuna que es público y accesible. Cuidado con aquellos informes que esgrimen y que no dejan de ser falsos o manipulados a posta para confundir a la población y convencerla de una conspiración que no existe. En la Agencia Española del Medicamente y Productos Sanitarios (AEMPS) se puede leer el documento y guía técnica de cada vacuna.

Si un «antivacuna» te dice «no nos dicen los efectos secundarios que tienen» es mentira, todas las vacunas tienen efectos secundarios que pueden ir desde un simple dolor de cabeza, a vómitos, dolor muscular, mareos y hasta fiebre, pero eso mismo pasa con otras vacunas, por ejemplo la de la misma gripe estacional. Todos los tratamientos son susceptibles de tener efectos secundarios como reacciones alérgicas graves (anafilaxis) a trombos, algo que específicamente se ha demostrado con la vacuna de Astrazeneca y cuyo alcance en la población mundial es de un 0,0002%, es más fácil que te alcance un rayo que te ocurra esto.

Los beneficios de vacunarse son mucho más altos que los riesgos de un posible efecto secundario que, además, es tratado por los médicos.

Si un «antivacuna» te dice «las vacunas que usan el sistema ARN mensajero modifica el código genético de la persona» pues simplemente: es mentira. Esa persona trata de asustarte o es una completa (él o ella) ignorante malintencionado/a. La vacunas no modifican el código genético, no actúan sobre el ADN de la personas, no usan ADN sino ARN que son moléculas que permiten sintetizar las proteínas; el ARN no puede acceder al núcleo de las células en el que se encuentra el ADN.

Si un «antivacuna» te dice «no son seguras, se han hecho muy rápido, son experimentales» pues hay que saber que hay años de investigación tras lo que son vacunas con ARN -desarrollado como sistema antes de la pandemia-; además con la aparición del Covid-19 se invirtió mucho dinero y muchos equipos de investigación en avanzar en ese sentido así como las agencias reguladoras dieron prioridad a su análisis y certificación. Hay millones de personas que, voluntariamente, han probado las vacunas y ha sido fuente valiosa de información.

Ninguna de las vacunas es experimental, todas han cumplido con los estudios y con los requisitos de seguridad que se les pide, son eficaces y, en este momento se siguen implementando estudios sobre ellas para mejorarlas. Aquellos que argumentan esto y llaman a la vacuna «el piquete» sólo demuestran su desconocimiento e inconsciencia.

Si un «antivacuna» te dice «nos usan como conejillos de indias con las vacunas» debes saber que todas han sido probadas tal y como marcan los máximos estamentos sanitarios, además hay cultivos en humanos y animales, ensayos de laboratorio y no se inyecta una vacuna sin tener todos los permisos y pruebas pasadas así como observados sus posibles efectos secundarios (que varían en función de la persona y van desde no dar reacción a tener algunos de los que se describen). Existe lo que se llama farmacovigilancia que es observar el efecto de la vacuna a gran escala y hay un seguimiento exhaustivo. Como dato estadístico incuestionable: los vacunados enferman menos que los no vacunados (aunque se esgriman cifras, manipuladas en su mayoría, diciendo lo contrario).

Si un «antivacuna» te dice «las vacunas tienen grafeno» o «metales pesados» pues hay análisis muy profundos que demuestran que esto es imposible. Las vacunas no tienen grafeno que es un sistema de átomos de carbono muy resistente y se aplica en muchos campos de la tecnología e industria. Se dice que lo inyectan y que crean campos electromagnéticos que «imantan» a la persona -esto es una barbaridad-. Hay imágenes de personas con cucharas pegadas o teléfonos pero lo cierto es que la piel genera grasa y sudor y todos podemos hacer el experimentos de «pegarnos» un objeto metálico al cuerpo. Igualmente no afecta el 5G, otra barbaridad que se argumenta contra la vacuna.

El bulo del grafeno surge de un informe provisional de un profesor de la Universidad de Almería -a título personal- que dijo que había trazas de grafeno donde la propia Universidad desmintió esta información: “Es rotundamente falso que la Universidad de Almería haya realizado un estudio científico con los resultados que están siendo publicados (...). Están tergiversando el contenido de un informe no oficial de un profesor de la Universidad sobre un análisis de una muestra de origen desconocido con ausencia total de trazabilidad”.

La web especializada en destapar bulos maldita.es informaba: «Se ha difundido en redes sociales y en webs un supuesto informe que se utiliza para defender que las vacunas contienen grafeno. Pero ni es un informe de la Universidad de Almería (UAL) ni demuestra que la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer, Comirnaty, lleve óxido de grafeno.

El documento realizado por un profesor de la UAL, Pablo Campra Madrid, no es un informe oficial de la universidad, ni es un estudio publicado en una revista científica ni ha sido revisado por pares. Ante la difusión que ha tenido, la UAL ha emitido un comunicado en el que aclaran que no suscriben sus conclusiones y explican que se desconoce el origen del vial que se ha analizado y que el informe no aporta datos sobre su «trazabilidad». La trazabilidad, que permite conocer de dónde viene una determinada muestra, es un requisito fundamental de la investigación científica, según los expertos consultados por Maldita.es.

Además, como ya os hemos explicado en otras ocasiones, no es cierto que las vacunas contra la COVID-19 contengan grafeno. Si revisamos las fichas técnicas de las distintas vacunas contra la COVID-19 que están en uso en la Unión Europea y en España (Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen) podemos comprobar que ni el grafeno ni el óxido de grafeno están entre sus componentes».

Si un «antivacuna» te dice «te inyecta un microchip» o “es por el 5G” pues es fácil de desmontar por una cuestión de geometría pues el circuito de un chip es cuadrado, la aguja es circular con un diámetro interior de 0,6 mm, un chip complejo no cabría por el orificio de la aguja, al menos para tener «los efectos» que dicen los negacionistas.

«El procesador de un chip 5G podría inyectarse a través del orificio de la aguja utilizada para inyectar la vacuna. El alcance sería corto y requeriría un sistema de lectura en contacto con la piel. Por el contrario, es imposible conseguir hoy en día la antena para el intercambio de información» indican los expertos, descartando toda opción conspiranoica y añaden que «pasarán 60 años antes de que la frecuencia de las transmisiones inalámbricas permita la creación de antenas lo suficientemente pequeñas como para inyectar un chip en una vacuna», información que se puede contrastar en los diarios de investigación del profesor de Electrónica de la Universidad de Caen Jean-Marc Routoure.

Si un «antivacuna» te dice «la vacuna causa infertilidad» pues no hay ningún tipo de evidencia contra ello, de hecho hay mujeres que han quedado embarazadas tras vacunarse y es la mejor prueba del ese error. Tampoco afecta a la calidad del semen o la fertilidad de los ovarios. Si es un hecho demostrado que las embarazadas corren 23 veces más riesgo de acabar en un hospital por Covid-19 que las vacunadas.

Si un «antivacuna» te dice «las vacunas provocan autismo» hay que decir que tanto el Ministerio de Sanidad como Autismo España han negado esta afirmación demostrando, con estudios científicos, que es mentira y que el autismo tiene los mismos valores en vacunados que no vacunados y las vacunas no aumentan la incidencia de este trastorno.

Si un «antivacuna» te dice «las vacunas no sirven por que sigue habiendo contagios», esto es evidente que hay contagios y los va a seguir habiendo, en unos casos eliminan el riesgo y en otros, en caso de contagio, hacen que los síntomas sean más leve. Seguramente preferirá estar en casa con una especie de gripe (los vacunados) que en un hospital entubado y en coma inducido (los no vacunados). Si prefiere lo segundo es que es masoquista o suicida.

Si un «antivacuna» te dice «tienen efectos muy graves» no es cierto, se pueden dar casos aislados y, estadísticamente, lejanos de miocarditis o trombosis pero la enfermera del Hospital Universitario de Burgos, Azucena Santillán García, indica en un informe oficial: “la posibilidad de algún efecto adverso (en su gran mayoría leves) nunca es descartable, porque el riesgo cero no existe, pero el balance beneficio/riesgo es muy elevado».

Si un «antivacuna» te dice «las mascarillas son malas y no permiten respirar oxígeno», contra esto decir que ni las mascarillas restringen el oxígeno, ni nos hacen inhalar cantidades dañinas de CO2. La OMS (Organización Mundial de la Salud) indica que las mascarillas son un elemento indispensable para evitar la propagación aérea del coronavirus y pueden ser usadas hasta haciendo ejercicio físico. No hay riesgo de sufrir hipoxia ni otras patologías.

La mascarilla reduce significativamente el riesgo de infección y junto con la higiene de manos, ventilación y distancia interpersonal previenen el contagio.

Podría seguir argumentando contra las “explicaciones” de los “antivacunas” pero sirvan todas estas como botón de muestra de lo equivocados que pueden estar. Obviamente no entro a valorar las opiniones sobre las restricciones impuestas por el Gobierno o las Autonomías pues eso ya es materia de otro tipo que daría mucho que hablar con implicaciones políticas y desaciertos de otro tipo ajeno a este artículo de investigación.

Tratar de convencer a un antivacuna es una misión casi imposible pues no hay peor ciego que el que no quiere ver, pero lo cierto es que todos estos argumentos están demostrados científicamente y, al menos, que sirva para que el antivacuna, con su insistencia, con sus mensajes manipulados, con sus mentiras, con sus bulos y tesis conspiranoicas no le siembre la duda, no le inviten a desconfiar. La vacuna es Vida, como se ha demostrado a lo largo de la Historia.