¿Influye la alimentación en nuestro estado de ánimo?

Una investigación publicada en el European Neuropsychopharmacology afirma que “se necesitan urgentemente nuevos hallazgos revolucionarios sobre las relaciones bidireccionales entre la nutrición y el funcionamiento del cerebro”.

22 feb 2022 / 08:28 h - Actualizado: 22 feb 2022 / 08:31 h.
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El mundo de la ciencia y la salud lleva años estudiando la relación entre la salud mental y la alimentación, pues según la Organización Mundial de la Salud (OMS) aproximadamente 280 millones de personas en todo el mundo sufren depresión, cifra que aumenta cada año y que podría ser debido a nuestra relación con la comida.

El estudio “Psiquiatría nutricional: hacia la mejora de la salud mental a través de lo que comes”, publicado en la revista European Neuropsychopharmacology, afirma que existe una evidente relación entre la nutrición y la salud mental, pero que aún están por dilucidar los mecanismos fisiológicos que intervienen. “Se necesitan urgentemente nuevos hallazgos revolucionarios sobre las relaciones bidireccionales entre la nutrición y el funcionamiento del cerebro para formar la política de salud pública sobre la dieta”, afirma el equipo de investigación.

“Este tipo de estudios indican que unos malos hábitos alimenticios pueden favorecer la aparición de trastornos anímicos, como ansiedad o estrés, que muchas veces se hacen visibles para el paciente en forma de síntomas digestivos (gases, hinchazón, estreñimiento, etc.). En otras palabras, los síntomas digestivos, en ocasiones, son una muestra del estado emocional en el que se encuentra el paciente”, explica la Dra. Beatriz Rodríguez, especialista del aparato digestivo de Vithas Las Palmas.

Por su parte, los hallazgos emergentes del estudio sugieren que la modificación de la dieta (a menudo combinada con el estilo de vida) tiene potencial en la prevención y el tratamiento de la salud mental y puede modificar los efectos del tratamiento farmacológico. “Una mejor comprensión mecánica de cómo la nutrición afecta la salud mental y la cognición guiará el desarrollo de nuevas intervenciones nutricionales y consejos basados en evidencia que promoverán y mantendrán la aptitud cerebral a lo largo de la vida”, señalan.

Asimismo, la investigación concluye que al igual que la sensibilidad a los problemas de salud mental variará a lo largo de la vida y entre los individuos y estará influenciada por los antecedentes genéticos, el entorno cultural y el medio ambiente, las necesidades nutricionales también diferirán a lo largo de la vida. Por ello, “para proporcionar recomendaciones dietéticas para mejorar la salud mental, un desafío importante es avanzar en el conocimiento de las observaciones basadas en la población hacia la nutrición personalizada”.

MICROBIOTA

El estudio “El papel de la microbiota intestinal en las intervenciones dietéticas para la depresión y la ansiedad”, publicado en Advances in Nutrition, asegura que debido a que la dieta influye mucho en la composición y función de la microbiota intestinal, es probable que los cambios en la microbiota intestinal contribuyan a cómo la dieta (la dieta completa y los componentes individuales de la dieta) pueden afectar la depresión y la ansiedad.

“Esta investigación explica cómo una alimentación saludable favorece al crecimiento de microbiota beneficiosa y disminuye el desarrollo de bacterias patógenas e inductoras de inflamación que interfieren en la permeabilidad de la barrera intestinal”, subraya la Dra. Rodríguez. En definitiva, “una microbiota sana es el resultado de una alimentación sana y equilibrada, que favorecerá nuestro estado anímico y reducirá el riesgo de presentar síntomas gastrointestinales que repercutan negativamente en nuestro bienestar”.