La aventura del misterio

Investigación paranormal en el «Cortijo del Pánico»

No son muchos los cortijos que podemos encontrar abandonados y que mantengan cierta entereza dentro de su estado, a todo ello hay que sumarle que se produzcan hechos extraños en su interior y que medie una investigación donde los propios investigadores sientan miedo

17 ene 2023 / 04:00 h - Actualizado: 17 ene 2023 / 04:00 h.
"La aventura del misterio"
  • Investigación paranormal en el «Cortijo del Pánico»

Le llaman el «Cortijo del Pánico« y a juzgar por lo que narraban de él debía ser digno de un estudio en profundidad. Se encuentra en el Aljarafe sevillano y quisimos ir, de noche, para analizar todo lo que de extraño -o no- tuviera es lugar.

Los amigos de Activity Ghost nos habían hablado de ello, nos habían informado que era un lugar donde ellos habían sentido presencia e, incluso, una ventana se les había abierto sola, entre otras muchas vivencias. Con todo ello decidimos trasladarnos hasta allí y desplegar el equipo en pro de lo que pudiera suceder en su interior.

Hay que decir que el cortijo se encuentra en un más que aceptable estado y que elegimos la casa principal para poner la base de operaciones.

Como elementos llevábamos detectores de presencia, tres cámaras de visión nocturna, una cámara térmica, cinco rem-pod, grabadoras convencionales, dos «Spirit Radio» y dos «Spirit Box» así como dos ordenadores portátiles y micrófonos de alta sensibilidad así como diferentes tipo de luz y una grabadora de bobina abierta [cinta].

Distribuimos la tarea por equipos, tres equipos de dos personas cada uno, el primero en la casa principal y los otros en zonas adyacentes.

La temperatura era baja, apenas de llegaba a los 11ºC pero iniciada la investigación comprobamos que en la zona de «dormitorios» de la casa principal se registraban bruscas bajadas de hasta 7ºC de pico para volver a repuntar, todo ello con dos medidores profesionales de temperatura con un registro de barrido de 0,1 segundo.

Igualmente los investigadores destinados en ese mismo punto, tanto Carlos García como Jorge Bustos indicaban que sentían pisadas en el pasillo y que la temperatura seguía descendiendo.

Por las cámaras, en modo de visión nocturna, se podía ver como ambos estaban sentados en el suelo comprobando los aparatos y como surgían orbes de luz si bien estas podían explicarse como parte de la disipación de calor de los propios aparatos.

En el otro punto del cortijo teníamos A Antonio Garrido y Antonio Rivas, ambos sin mayores complicaciones, en la zona en la que nos encontrábamos comenzamos a sentir pisadas en el piso superior, algo que era imposible dado que no había nada en ese momento y estaba todo cubierto por detectores de presencia.

Comienzan los hechos inexplicables

Pero en ese instante, por la emisora, sentimos a los compañeros que más actividad estaban registrando y que nos llamaban por los walkies indicándonos que los detectores estaban saltando y si éramos nosotros que íbamos hacia allá. El comentario fue negativo, todos seguíamos en nuestros puestos.

Fue cuando sentimos gritar y ver como las cámaras no daban señal, temiendo algo grave fuimos hasta ese punto y nos los encontramos, a ambos, arrinconados y con una expresión de pavor difícil de fingir: «Acababa de saltar el detector del pasillo y vimos como unas de las ampollas de luz química rodaba pasando la puerta, pensamos que eráis vosotros pero al esperar que os asomarais a la puerta lo que surgió en una sombra alta, como una silueta que venía hacia nosotros, que entraba, de hecho notamos su presencia. Se acercó y el frío era total, entonces nos hemos pegado a la pared, por instinto nos hemos cubierto, protegiéndonos, y ha desaparecido, ha sido horroroso, yo me quiero ir» decía Carlos sin que nadie pudiera quitarles el susto de cuerpo.

Decidimos seguir más tiempo allí, era de noche y ellos, no habituales en nuestras investigaciones, sacaron valor para proseguir. La noche estuvo con algún sobresalto más, sobre todo en un momento en el que, estando todos en el «patio» central pudimos ver como alguien se paseaba con una luz por el piso de arriba, en las habitaciones, y aquello era imposible pues los detectores seguían activos. Cuando acudimos, con una sensación de miedo terrible nos encontramos con la nada. Las cámaras se quedaron sin batería en el incidente anterior pero en las psicofonías que registramos se puede escuchar una voz que dice claramente, de mujer, algo como: «¿Dónde estoy?» y una segunda más clara que indica: «Mi hijo».

No sabemos si todo tiene una relación con la historia del lugar del que se cuentan muchas leyendas pero pocos datos contrastados pero donde, inequívocamente, suceden hechos extraños, algunos de los cuales que pudimos vivir en directo.