La aventura del misterio

Investigando en el geriátrico de los fantasmas

La verdad es que, de forma algo diferente para muchos de nuestros acompañantes, la noche de investigación en el geriátrico abandonado de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) fue especial.

02 may 2021 / 04:10 h - Actualizado: 01 may 2021 / 11:12 h.
"La aventura del misterio"
  • Investigando en el geriátrico de los fantasmas

Parece que la fecha elegida, la noche del viernes 13, hacía presagiar acontecimientos fuera de lo normal y, aunque estos no tuvieron una relevancia especial en cuanto a espectacularidad, sí que supusieron dos cosas: el avance para acotar los lugares donde debíamos realizar unas pruebas algo más precisas dentro de los edificios que componen ese complejo, y por otra parte pistas que nos llevarían a la confirmación de los macabros hechos del que fueron testigos algunos internos, además de los muros que componen dicho edificio.

No es que nos alegremos de ellos, pero nuestro propósito además de buscar una explicación a la razón por la que se producen este tipo de fenómenos parapsicológicos, es tratar de ayudar a esclarecer posibles actos delictivos que pudieron quedar impunes.

De momento debemos quedarnos con el avance en las pesquisas que llevamos realizando desde hace ya varias semanas, y que suponen para nuestros archivos algo de más luz en torno al caso que nos ocupa, al motivo de las jornadas nocturnas que preparamos para, precisamente, saber de la forma más exacta posible lo que allí ocurrió en el pasado.

Las inclemencias del tiempo están provocando que el edificio, en su parte principal, se esté derrumbando poco a poco, lo cual no significa que las impresiones que da sean menos abrumadoras nada más ingresar en el patio central.

Pero lo curioso es que, en este caso, sus habitantes nos recibieron de forma que parecía el preludio a los acontecimientos que ocurrirían durante toda esa noche. Nada más llegar, la acompañante de David Flores, recibió un intento de agresión por una piedra que cayó muy cerca de ella.

Una persona que nos apoyaba logísticamente la acompañó para inspeccionar la zona en busca de posibles bromistas escondidos, mientras que procedíamos a dar los consejos sobre seguridad, y los datos sobre la investigación previa realizada en semanas anteriores que, además, coincidía con algunos datos que hemos recopilado recientemente.

Esta jornada buscaríamos la repetición de posibles fenómenos paranormales captados que corresponderían con una truculenta historia sobre malos tratos con fatales consecuencias, y que fueron callados por falsos informes sobre las razones de esos fallecimientos. Sería una noche donde intentaríamos buscar datos que nos pusieran en la pista de los delincuentes, usando para ello nuestras cámaras de fotos y grabadoras.

¿Y la piedra que lanzaron a la chica? ¿Se encontró al causante? Pues parece que la inspección fue infructuosa, con lo cual sólo podíamos deducir algo: las intenciones que traíamos al edificio eran recibidas con hostilidad por alguien que no quería nuestra presencia allí. Pero eso no nos amedrentó y continuamos.

En jornadas pasadas formé un grupo con el que me dirigí hacia el edificio que está en el exterior del complejo geriátrico, con el fin de saber algo más sobre la historia del inmueble.

Hay datos poco precisos sobre el mismo: por un lado, personas a las que entrevistamos aseguran que se trata de una antigua casa donde vivían la familia que guardaba las tierras colindantes al geriátrico. Por otro, nos indican que dicho edificio sirvió en un pasado más remoto como acuartelamiento para los miembros de la Cruz Roja.

En cualquier caso, seguimos con las pesquisas, e incluso solicitando a estancias superiores y archivos históricos la ayuda que nos esclarezca todo esto. Lo sorprendente es que, en visitas anteriores, hemos sido testigos de una extraña presencia que nos vigilaba a través de las ruinosas ventanas que rodean el edificio en cuestión, sin poder saber todavía a qué corresponde esa “curiosa” visita. ¿Es alguien del geriátrico que nos vigila? ¿Hay una razón implícita en el edificio, y que explicaría la presencia de aquel ente?

Esperaba que esta pasada noche también tuviéramos la oportunidad de “ver” al ser que nos vigilaba... pero no. Aun así, las imágenes obtenidas durante los minutos que se realizó el pertinente barrido fotográfico, mostraban unas extrañas líneas de luz como si fueran rayos despedidos por unas nubes de tormenta, que no tenían una explicación lógica a priori. Intentamos pensar en posibles insectos que, debido a la proximidad del flash, “quemaran” las imágenes... Pero la forma que tenían esas líneas no parecían patrones provocados por el movimiento de un insecto. Demasiados estridentes.

Buscamos elementos que podrían haber reflejado la luz, pero nada que estuviera en el camino de su proyección nos hacía explicar esas inclusiones. ¿Qué era aquello? Lo que estaba claro es que, en jornadas anteriores, no se habían captado ese tipo de imágenes curiosas, sólo unas nebulosas que tampoco éramos capaces de explicar su procedencia por medios físicos. Eso sí, las grabaciones de audio posteriores no captaron nada que fuera anormal.

Parecía que la frialdad se había apoderado de la noche en ese lugar, como si todas las entidades buscaran refugio de nuestra presencia, para evitar así comunicarse con nosotros. Quizá nuestra intención “policial” había provocado una revolución del silencio... o no.

Primer punto de interés: el edificio de descanso de los cuidadores

Después de las sesiones de fotos y grabación de audio, emprendimos nuestros pasos hacia el interior del recinto geriátrico, concretamente hacia un edificio que servía como puesto de guardia a los cuidadores que estaban trabajando en el lugar cuando éste gozaba de actividad. Uno de los grupos salía entonces, y parecía que no había obtenido respuesta a sus preguntas, que nada se había manifestado para dar a entender su presencia espectral.

Nuestros primeros minutos fueron consumidos en explicar que, según personas entrevistadas, allí mismo era donde ocurrieron algunos hechos macabros relacionados con malos tratos a los internos, y posiblemente allí se habría quedado encerrada la energía desprendida durante aquellos macabros momentos. Buscábamos por tanto la respuesta de alguna entidad que todavía vagara por el recinto, y que nos dijera lo que le había ocurrido con la esperanza de poder hacer justicia. Las imágenes captadas no mostraban nada, y la primera sesión grabación de audio tampoco. ¿Tendría razón nuestro amigo Antonio cuando, al principio de la jornada, me indicaba que el lugar no parecía tener la misma carga que en visitas anteriores?

He de aclarar que, cuando sabemos de las particularidades paranormales de un lugar, y en este hay manifestaciones casi cada vez que pisamos el recinto, para mi es más preocupante el hecho del extraño silencio que las posibles manifestaciones parapsicológicas que ocurren en el lugar. Por lo tanto, era algo que no me gustaba, que me mantenía nervioso. Mentalmente estaba eliminando aquel lugar del listado rincones específicos con una especial carga energética... cuando ocurrió un acontecimiento que cambió la noche.

El péndulo

En una ocasión nos acompañaba Mª Ángeles Leiva, una persona sensitiva y que tiene muchos conocimientos no sólo sobre las facultades paranormales, sino sobre los hechos parapsicológicos que pueden ocurrir en un recinto.

Ella sabía que las herramientas son necesarias casi en cualquier labor que emprendamos, y en la búsqueda de fenómenos extraños este punto no es menos necesario. A pesar de su especial sensibilidad, y para corroborar que lo percibido no corresponde a un momento de actividad mental consciente, ella usa un péndulo de cuarzo blanco donde se apoya en sus pesquisas.

Ella ya usó el péndulo en el primer edificio que visitamos con algunos resultados curiosos, pero que catalogó de poco precisos, así que los descartó de momento. Pero en ese pequeño habitáculo si dio algunas pistas de lo que podría estar ocurriendo

Todo empezó cuando, en la pausa que dejamos entre grabaciones de audio para que nuestros acompañantes puedan escuchar si hay algo extraño, uno de nuestros amigos y clientes “oyó” por fuera cómo unos pasos se le acercaban y se detenían muy cerca. En ese instante, Mª Ángeles estaba cerca, y me informó de lo que estaba ocurriendo en ese momento. Salimos al exterior, y ella decidió comprobar con el péndulo si había una perturbación energética en ese punto concreto. El péndulo no tiene “instrucciones de uso”, ya que es un canalizador de las energías que se mueven alrededor y que puede captar por su especial sensibilidad. La repuesta de este objeto radica, precisamente, en la conexión entre dicha energía y la mente del sujeto, en este caso, de Mª Ángeles.

Cuando se colocó en esa esquina exterior, y todos la rodeamos, el péndulo empezó a realizar unos movimientos exagerados en círculo, como si esa presencia quisiera manifestar algo; bien que estaba allí, bien que había algún peligro... Todavía no sabíamos qué estaba pasando. Pero en un momento decidí saber si ese movimiento era “controlado” por algo. Así que ordené un cambio de movimiento, al cual, aquello que estuviera allí accedió, y el péndulo dejó de girar para realizar movimientos lineales. Luego, al contrario. Aquello estaba siendo manejado por una mano invisible, que nos invitaba a entrar de nuevo en el recinto, cosa que hicimos.

Comenzamos entonces otra sesión de grabación de audios improvisada y extra... pero no obtuvimos nada. Mientras Mª Ángeles tenía el péndulo, y le indicábamos a esa posible presencia que diera respuestas mediante unos movimientos preestablecidos para comprender mejor el mensaje... pero lo único que pasaba era un movimiento circular cada vez más exagerado.

En ese momento pensé que, aunque la primera vez que hizo caso aquello a la hora de cambiar el movimiento del objeto podía ser una presencia que trataba de comunicarse, en esa segunda ocasión otra extraña entidad pretendía lo contrario: que dejáramos ya el tema tranquilo. ¿Es la misma que tiró la piedra a la chica? ¿Está allí el espíritu de algún maltratador del pasado?

Cambio de edificio

Con un enfado manifiesto por mi parte, ya que me parecía injusta esa situación, encaminamos nuestros pasos hacia otro edificio del recinto, en el que según los datos de las personas que hemos preguntado, corresponde al lugar donde se practicaban los primeros auxilios a los internos más enfermos, donde se mantenían en observación, y donde se preparaban a los finados antes de ser introducidos en el ataúd correspondiente. Mi propósito era averiguar si en aquel recinto quedaba la energía de algún interno maltratado que falleciera mientras estaba esperando su posible recuperación. Este era el segundo de los enclaves importantes de la jornada.

Pero recibimos la callada por respuesta: ni imágenes con inclusiones extrañas, ni grabaciones de audio donde se pudiera escuchar algo de procedencia desconocida, ni movimientos del péndulo que indicaran algo anormal... nada. Aquello me enfadaba aún más.

Mientras, por el walkie nos indicaban algo curioso que le ocurría a una pareja que formaba su grupo: mientras él manifestaba que una mano invisible le agarraba un colgante que llevaba en el cuello, con la intención de quitárselo, a la joven le rompieron un rosario que portaba. ¿En qué recinto? Justo en el lugar que habíamos abandonado. Aquella presencia no muy amable, estaba tratando por todos los medios que nos fuéramos, que no hiciéramos más preguntas sobre lo que allí había ocurrido hace tiempo, sobre el posible crimen del que intentábamos obtener más datos.

Un poco desconcertado, decidí emprender nuestros pasos hasta el lugar donde terminaríamos la jornada realizando nuestra sesión final con la Spirit Box. En ese momento pensé en las dificultades que pondría esa presencia para terminar la jornada con algún dato más. Y no me equivocaba, nada más que en los acontecimientos... quizá un poco.

La Spirit, el péndulo y algunas amenazas

Estábamos ya allí, en el epicentro del recinto mayor, donde antaño se reunía a los internos para que pudieran tener un rato de esparcimiento. Y con todos nuestros acompañantes preparados para empezar la sesión de Spirit Box, más cosas empezaron a ocurrir. Aquella pareja que pareció sufrir el ataque de algún ente invisible, se quedó en la zona exterior, frente al pequeño edificio donde se quedaban los cuidadores, porque la joven manifestaba sufrir una presión extraña en el pecho.

Cuando llegué, dejando aparte del grupo en compañía de Mª Ángeles y David, ya la estaba asistiendo. Parecía estar muy nerviosa, y constantemente miraba de forma brusca a su alrededor, como si viera o escuchara a algo o alguien... pero nosotros no veíamos absolutamente nada. Después de algunos minutos tratando de calmar su situación, nos fuimos todos hacia el recinto central, donde ya estábamos a punto de terminar esa sesión nocturna.

Me preocupaba especialmente que los acontecimientos anteriores eran muy dispares: lo mismo no había contacto sonoro alguno, que parecían intentar contactar con nosotros usando otros medios, como en el caso descrito, el movimiento del péndulo.

Cuando llegamos ya se habían hecho varias preguntas, y lo que fuera que intercedía en la Spirit daba las primeras respuestas. Un miembro del equipo portaba el aparato, mientras que Mª Ángeles usaba el péndulo a modo de “máquina de la verdad”, ya que como hemos indicado, los hechos que ocurrían esa noche no eran coherentes. Durante unos instantes las respuestas eran claras, rápidas aunque monosilábicas, y el péndulo empezaba a moverse con más velocidad cada vez, describiendo círculos constantemente. Y en un momento de la noche, comenzamos a realizar algunas preguntas incómodas, sobre todo, para nosotros, los guías.

Ante la pregunta “¿Molestamos?”, varias voces con varios todos respondieron “Si”. Eso empezaba a incomodarnos. Una persona preguntó si alguien de los presentes estaba en peligro... y la respuesta fue doble. Mientras la Spirit manifestó un contundente “Si”, el péndulo dejó de moverse en círculos y describió una clara línea recta hacia David, el cual mantuvo la calma que estas situaciones de tensión requieren, ya que como ha ocurrido en otras ocasiones, no sabemos qué pasará a continuación. Con entereza, Se siguieron las preguntas a la nada, esperando las respuestas del aparato.

Un participante preguntó entonces si deseaban que nos fuéramos de allí, y la respuesta volvió a ser un contundente “Si”. Pero nos quedamos unos instantes porque el péndulo volvió a moverse en círculos con fuerza, para después empezar a señalar, esta vez, a quien lo portaba. Se dijo entonces que si deseaban nuestra marcha, pararan el movimiento del péndulo que, en otro instante, volvió a moverse en círculos.

Y... efectivamente, el péndulo empezó a parar como si alguien lo estuviera deteniendo poco a poco, hasta que quedó totalmente inmóvil. Todo aconsejaba nuestra marcha, así que terminamos la sesión, no sin antes prometernos mentalmente que volveríamos allí, porque deseamos saber más sobre los acontecimientos ocurridos en el pasado, y los incómodos hechos que ocurrieron esta pasada noche nos hace pensar claramente que algo o alguien, invisible, quiere mantener ocultos ciertos datos, provocando quizá que las manifestaciones de aquellas entidades con deseo de justicia no puedan hacerlo.