José Pariente: un vino, una vida, un alma

La bodega vallisoletana saca el último vino que vendimió José Pariente hace 25 años.

Carlos M. Montero monterogrove /
05 dic 2022 / 11:16 h - Actualizado: 05 dic 2022 / 11:18 h.
  • José Pariente: un vino, una vida, un alma

A estas alturas, todo el mundo conoce la marca José Pariente en cuanto vinos blancos se refiere. Bodegas José Pariente es un referente dentro de la Denominación de Origen Rueda y mantiene una filosofía muy clara: la innovación y la vanguardia, el respeto por la viña y su minucioso cuidado, apostando con firmeza por la investigación y el desarrollo en búsqueda siempre de la calidad y la excelencia en la elaboración de sus vinos. Una bodega familiar donde la tercera generación, Martina e Ignacio Prieto Pariente, llevan las riendas con la misma ilusión y empeño que sus predecesores.

Esta sería, grosso modo y dejando los nombres propios a un lado, una breve descripción de lo que podría ser una bodega cualquiera de la Denominación de Origen de turno. Sin embargo, hay algo que solo tienen algunas bodegas: alma. Y es ese alma el que hace que los vinos que salen de las entrañas de estos templos, además de las propiedades organolépticas, lleven implícito un plus de calidad basado en el respeto por la tradición por el recuerdo del que ya no está, pero que se sentiría orgulloso del trabajo que están realizando sus herederos.

José Pariente: un vino, una vida, un alma

Seis vinos blancos de marcada expresión y tipicidad son el resultado del paso del tiempo. Seis exponentes que poseen el carácter de su lugar de origen y a la vez revelan una forma singular de entender la tierra, la viña, las variedades con las que trabajan y la vinificación. Bueno, seis realmente no, porque con motivo de la última vendimia que realizara José allá por 1997, su hija Victoria ha guardado ese vino en barrica durante veinticinco años, demostrando la capacidad de envejecimiento de la variedad verdejo, y ahora ha sacado al mercado “José Pariente 25 Años en Barrica”.

José Pariente: un vino, una vida, un alma

La uva de este vino procede de un único viñedo que data de 1943, situado en el páramo El Portugués. Tras una fermentación espontánea en barricas de roble de quinientos litros, el vino ha permanecido en estas mismas barricas durante veinticinco años. Esta crianza conlleva una lenta pérdida de agua que genera un continuo proceso de concentración. El vino gana lentamente en complejidad, estructura y elegancia adquiriendo un color ámbar brillante e intenso. En nariz es elegante, complejo y rico en matices. Frutos secos, especias, fondo mineral y ahumado. Con cuerpo y centro glicérico. Buena acidez, salino, sabroso, amplio en boca. Retrogusto muy persistente, es ideal para carnes rojas y de caza y combina a la perfección con guisos, setas y quesos curados.

Una botella estilizada, negra y una etiqueta elegante y sobria siguen redondeando un exclusivo producto de edición muy limitada. Su distribución en Sevilla la asume Martina Trader, distribuidora con la que no escondo mi debilidad y admiración por la profesionalidad de Jose Costas, su propietario. Nadie mejor que este equipo con alma para poner en manos del cliente final un vino con alma.