La Dieta Mediterránea podría reducir en un 30% el riesgo de sufrir diabetes

Un estudio del Brigham and Women’s Hospital admite que el consumo de aceite de oliva virgen extra, legumbres, frutas, verduras y pescados típicos de la Dieta Mediterránea podría actuar como freno para la diabetes de tipo 2.

01 dic 2020 / 07:31 h - Actualizado: 01 dic 2020 / 07:33 h.
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La Dieta Mediterránea ha vuelto a ser objeto de estudio. En esta ocasión, el Brigham and Women’s Hospital ha realizado una investigación sobre la asociación de la Dieta Mediterránea con un riesgo reducido de padecer diabetes entre la población femenina de EE. UU.

“Entre las muchas propiedades beneficiosas para la salud de este patrón alimentario se puede destacar el tipo de grasa que lo caracteriza (aceite de oliva, pescado y frutos secos), las proporciones en los nutrientes principales que guardan sus recetas (cereales y vegetales como base de los platos y carnes o similares como “guarnición”) y la riqueza en micronutrientes que contiene, fruto de la utilización de verduras de temporada, hierbas aromáticas y condimentos”, afirman desde la Fundación Dieta Mediterránea.

El estudio se ha basado en el seguimiento de más de 25.000 participantes inscritas en el Women’s Healt Study en un período de 25 años. Los hallazgos sugieren que las mujeres que siguieron una dieta más similar a la mediterránea tenían una tasa de diabetes tipo 2 un 30% más baja que las mujeres que no lo hicieron.

Estos resultados, publicados en la revista científica JAMA Network Open, señalan que la mayor parte de este riesgo reducido asociado con la Dieta Mediterránea y la diabetes tipo 2 se explica a través de los biomarcadores relacionados con la resistencia a la insulina, la adiposidad, el metabolismo de las lipoproteínas y la inflamación. El equipo investigó 40 tipos de biomarcadores como el colesterol y otros más especializados que solo se pueden detectar mediante resonancia magnética nucleica. Estos incluyeron lipoproteínas, moléculas que empaquetan y transportan grasas y proteínas, y medidas de resistencia a la insulina, una condición en la que los músculos, el hígado y las células grasas no responden a las cantidades normales de esta.

Además de los biomarcadores, en el estudio se utilizaron cuestionarios de frecuencia alimentaria (FFQ), estilo de vida y muestras de sangre. A cada participante se le asignó una puntuación de ingesta de Dieta Mediterránea de 0 a 9, con puntos asignados por mayor ingesta de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y pescado, ingesta moderada de alcohol y menor ingesta de carnes rojas o procesadas.

"Nuestros hallazgos apoyan la idea de que, al mejorar su dieta, las personas pueden mejorar su riesgo futuro de diabetes tipo 2, particularmente si tienen sobrepeso u obesidad", destaca Samia Mora, de las divisiones de Medicina Preventiva de Brigham y Medicina Cardiovascular y profesor asociado en la Escuela de Medicina de Harvard.

De los más de 25.000 participantes en el estudio, 2.307 desarrollaron diabetes tipo 2. Los participantes con una mayor ingesta de Dieta Mediterránea al comienzo del estudio (puntuaciones mayores o iguales a 6) desarrollaron diabetes a tasas que fueron un 30% más bajas que los participantes con una menor ingesta de Dieta Mediterránea (puntuaciones menores o iguales a 3). Este efecto se observó solo entre los participantes con un índice de masa corporal superior a 25 (rango de sobrepeso u obesidad) y no entre los participantes cuyo IMC era inferior a 25 (normal o bajo peso).

Los biomarcadores de resistencia a la insulina parecían ser los que más contribuían a reducir el riesgo, seguidos de los biomarcadores del índice de masa corporal, las medidas de lipoproteínas de alta densidad y la inflamación.