La realidad de los ‘Muertos Vivientes’
¿Se ha preguntado alguna vez si los zombies existen? ¿Si es real el mito de los “muertos vivientes”? Posiblemente crea que es parte de una ficción, sin embargo es una dura realidad que se vive con temor en Haiti y que, hoy día, está llegando con la inmigración, a otros países del mundo
José Manuel García Bautista
El concepto zombi ha variado sensiblemente desde su perspectiva original a la creencia actual, el cine ha influído en ello, y es que no es como aparece en la pantalla pero tampoco es mucho menos terrorífico lo que con ellos sucede... De todo ello hablo en mi nueva obra, en “Muertos Vivientes” (Editorial Almuzara).
El término Zombi agrupa a un individuo el cual, con vida, se ha hecho creer que ha regresado de la muerte y se le ha abstraído la voluntad, el término “zombi” llega del nombre que le dan al espíritu de la muerte en África (zumbi) y es que, habría que encontrar su origen en las prácticas de vudú africano o bien en el crisol de las creencias africanas y caribeñas.
Pero los zombis no son patrimonio exclusivo de África o el Caribe, en Noruega encontramos a los retornados o “draugr”, los “draugr” son una suerte de muertos resucitados que vagan por los caminos y campos. O los Golem, cuerpos sin vida, o creaciones del hombre, reanimados o “tocados por la vida” para ser utilizados como esclavos.
¿Existen los zombies?
Pero, ¿los zombis existen? Tal y como se les conoce popularmente, en la actualidad, la respuesta sería NO. Pero los zombis existen y se da su existencia en una zona muy localizada el Caribe, en Haití, una isla compartida entre República Dominicana y la citada Haití...
Los primeros datos que nos llegan de estos seres sin voluntad datan de 1918 cuando en una plantación haitiana, su capataz, Joseph du Colombier, empleaba en la recolección de la cosecha de caña de azúcar a unos seres inexpresivos, abúlicos, que no sentían dolor ni se quejaban por los golpes que se les daban... En una aldea cercana creyeron reconocer de entre los “trabajadores” a un familiar... La curiosidad radicaba en que hacía unos meses que lo habían enterrado tras su fallecimiento.
En 1980 se encontró a Narcisse Clairvius, un hombre que había “muerto” 18 años antes. Lo hallaron harapiento, apático, con la mirada perdida. Se cruzó con su hermana en el pueblo y quedó marcada por la impresión. Fue internado urgentemente en un hospital donde, tras años de tratamiento, fue despertando los recuerdos y narró –más mal que bien- su terrible experiencia de cómo lo indujeron en aquel terrible estado.
El origen de los zombies
Los zombies, seres un tanto olvidados hoy en día frente a las historias de vampiros y licántropos, que tan de moda se han puesto, no son tan bellos ni tan románticos como son los mencionados anteriormente pero si despiertan una tremenda atracción entre todos los públicos.
Los zombies son no-muertos esclavos de sus deseos o de las ordenes de un superior. No es sexy y no son indestructibles. Muchas veces sus no-vidas son de servidumbre y de eliminación de cerebros humanos que es lo que más les gusta del cuerpo por ser la parte más sabrosa y jugosa.
Las historias de zombies han tenido muchas interpretaciones, pero vamos a ver un caso con el reparto realista, zombis reales cuya genealogía etimológica es irreprochable y que son un fenómeno del mundo. Estamos haciendo referencia al «Voodoo Zombie».
El más exhaustivo estudio científico sobre zombies lo podemos encontrar en el libro titulado «La serpiente y el arco iris» de Wade Davis. Aunque sus conclusiones son objeto de controversias, nadie es capad de explicar mejor el hecho de porque vienen los zombis.
Davis fue enviado a la Haití para descubrir la verdad que había detrás de la leyenda del zombie: un cadáver sin sentido supuestamente reanimado por arte de magia negra o de algún otro tipo de truco y que era forzado a la servidumbre a través de un experto en vudú sombra, que aplicaba sus conocimientos sobre el no-muerto. Al llegar a la zona, todos se quedaron sorprendidos de ver a zombies paseando por el campo. Pero no eran técnicamente no-muertos.
Todo esto comenzó un día en que un sacerdote vudú, Hougan, u otra persona educada en este arte, fue ofendido por alguien de la comunidad. Debido a ello, el mago considera que debe de ser castigado y por tanto realiza una toxina en polvo especial que prepara el escenario para la zombificación.
La dosis inicial contiene grandes cantidades de veneno, conocido como tetrodotoxina, que es el mismo que contiene el pez globo. Este veneno que portan estos animales es uno de los más peligrosos del mundo, con una mortandad muy elevada cuando ingresa en nuestro organismo.
Así que, el proceso de hacer zombie a las personas era el siguiente, según descubrió Davis. La persona era intoxicada con este veneno, que hacía que la persona cayera en estado de coma. En este estado los familiares pensaban que estaría muerto, por lo que lo entierran según las costumbres lugareñas. Luego, el sacerdote y sus compinches realizan un ritual terrorífico para reforzar el efecto con un segundo polvo que contiene sustancias alucinógenas.
De este modo, el trauma de ser enterrado vivo junto a los efectos de las diferentes drogas y venenos que han sido suministradas al cuerpo, a lo que debemos sumarle el ser sacado de la tumba en pleno ritual satánico, hacían creer a las personas que se habían convertido en una criatura sin alma.
Así empezó la historia de los «no-muertos». Un combinado de drogas y de malas intenciones por parte de personas que tenían ansias de dominar a los demás, creando una de las leyendas más famosas de toda la historia.
El poder del polvo zombi
Hablar de Haiti es hablar de una tierra pobre, yerma, que recuerda viejos años de dominio y ocupación colonialista francesa, de duros dictadores con pocos escrúpulos, de la guardia negra, o del temido polvo zombificador..., y sus demoledoras consecuencias... Últimamente de actualidad por el terrible terremoto sufrido en su capital, Puerto Príncipe, con miles de víctimas y que requirió de la ayuda internacional para ayudar a poner en pié, de nuevo, a aquel tan temido como otrora paradisiaco lugar.
Hemos de comenzar por el principio, por donde comienzan todas las historias... En la localidad de Gonaives, allí en 1980 apareció una persona, un hombre, andando dificultosamente, erráticamente, con la mirada perdida... En estado de shock... Al llevarlo ante la policía haitiana se averiguó que se trataba de Clavius Narcise... ¡Pero era imposible! Clavius Narcise se dio por muerto, certificadamente, un 3 de Mayo de 1962, habían pasado 18 años y pese al tiempo transcurrido, y las malas condiciones de vida de Clavius, era fácilmente reconocible... Incluso en 1962 se enterró su cuerpo...¿Cómo era posible?
Clavius Narcise había sido convertido en “zombi” el 4 de Mayo de 1962, cuando fue reanimado por un brujo, por un bokor...
Y es que en Haití se rinde culto al mal, al diablo, a los demonios... Tal y como pudo comprobar el investigador y periodista Miguel Blanco.
Tras muchos días de atenciones y cuidados, Clavius, comenzó a recordar como tras fallecer, al día siguiente, fue reanimado por un bokor, lo trataron como a un animal, le ataron los brazos y las piernas y lo trasladaron a otro lugar de la isla, le administraron algo y comenzó a olvidar su vida anterior... Su mente estaba dormida, era un autómata que sólo hacía lo que le ordenaban... Fue entregado en una plantación de caña donde trabajaba en jornadas de 16 horas sin apenas alimento o agua... Durante 18 años...
Y es que la zombificación es un secreto que sólo pasa de bokor en bokor, importado desde África por los primeros esclavos... Allí, en la bodegas de aquellos barcos negreros creció una nueva religión que fusionaba algunos rituales católicos, con cultos africanos y caribeños... De dioses, de demonios, con maestros de ceremonia conocedores de los secreto de su magia negra... Los Bokor.
Los zombi son algo más que comedores de cerebro o carne humana tal y como lo presentan en películas al estilo de “Resident Evil” o “El Terror zombi”, tras esa imagen que nos ha querido dejar el séptimo arte hay una realidad más sutil y más cierta sobre un fenómeno innegable que es el de la existencia de los zombi.
El zombi como persona reanimada de una muerte clínica, al que bajo determinadas sustancias se le ha inducido y que es “despertado” por un brujo para ser anulada su consciencia y actuar, de por vida, como un esclavo sin más recuerdos que el del día a día, del minuto a minuto, del segundo a segundo...
Como el caso de Clavius se dieron cientos de nuevos casos, máxime cuando su popularidad saltó a los diarios... El miedo es un factor a tener en cuenta en la población de Haiti, cuando se teme que el bokor te “sople” el polvo zombi y te induzca a un sueño casi eterno. Al punto que los cementerios y los familiares se entierran en los jardines, y proximidades, de las casas, para que el bokor no se lleve a sus seres queridos a trabajar como esclavos... Mejor muertos que zombis...
Toda aquella “leyenda” llegó a oídos del etnobiólogo Wade Davis, quién vio serias posibilidades de aquella sustancia para la industria farmacéutica... Y así se decidió a trasladarse a Haití para tratar de descubrir los secretos del polvo zombi. El profesor de la Universidad de Harvad –Davis- estudió profundamente las costumbres de los bokor pero necesitaba adquirir el polvo “milagroso”...
Sobornó a todo aquel que pudiera facilitarle la sustancia, en todas las ocasiones con poca fortuna al no ser la real. Hasta que consiguió una muestra válida. Su búsqueda y esfuerzo –así como el peligro para su integridad física- habían tenido su recompensa...
Regresó a Estados Unidos donde, bajo el microscopio, analizó aquel polvo... Contenía sustancias extraídas de diferentes semillas, de secreciones de animales, restos de huesos humanos, plantas... Y algo más: tetradotoxina. Un potente compuesto que se extrae del hígado o las huevas del pez globo, tan abundante en climas tropicales. Ese era el componente secreto, el resto todo fuegos de artificios...
La Tetradotoxina es 60000 veces más potente que la cocaína... 1200 veces más poderosa que la estricnina, 500 veces más que cianuro, 400 más que el arsénico... Su inhalación cutánea induce a un estado de catalepsia profunda donde las constantes vitales bajan al mínimo para sostener la vida humana, donde el cerebro apenas tiene actividad y el pulso es tan débil que es desapreciable... Además pueden clavar a la víctima un alfiler en los ojos que no gritará ni sentirá dolor... Esa es la temida tetradotoxina... Ese es su poder. Temido por unos y estudiado por otros para utilizarlo en pro de la Humanidad.
Así pues no es el demonio el que entra en juego con el polvo zombi, sino el valor y el Saber de la tradición sobre los elementos naturales... En Haití se ha convertido en un negocio de esclavos y mano de obra barata.
Quizás de ello nos dejó buena muestra la sórdida “La Serpiente y el Arcos Iris”, que recrea de forma novelada las aventuras de Davis en la isla.
En mi libro “Muertos Vivientes” (Editorial Almuzara), a lo largo de más de 200 páginas, hablo de todo ello, un trabajo que le sorprenderá.
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