La singular fiesta de Los Patios de Córdoba
La fiesta de los Patios de Córdoba ya ha empezado, si hay algo que caracteriza a la ciudad califal es esta bellísima tradición en la que las flores, su colorido y las composiciones atraen a miles de turistas y habitantes a ver, in situ, un espectáculo urbano e íntimo único.
Ha sido mi amiga Toñi Bepa la que me ha avisado, como siempre, del comienzo de Los Partios y que durante las dos próximas semanas las calles del Casco Histórico de la ciudad se llenarán de visitantes que esperan, pacientemente, durante horas, bajo el sol abrasador, que ya ilumina Andalucía a poder ver cada rincón mágico engalanado para la ocasión.
Sin duda alguna, visitar estos Patios es todo un espectáculo y deleite para los sentidos que no deja indiferente a nadie. Las paredes se completan y complementan con cientos de macetas que los llenan de colores, siempre hay un Jazmín o una dama de noche que endulza el ambiente con su fragancia y que da olor a las fotografías.
No suele faltar algún árbol que dé una buena sombra, un pozo para abastecer a los antiguos habitantes, una pila donde lavaban la ropa e incluso una tortuga con muchos años que se alimenta de los fastidiosos mosquitos.
El patio cordobés es un elemento característico de la ciudad y desde el año 1921 se magnifican con el famoso Festival de los Patios Cordobeses, declarado en 2012 Patrimonio de la Humanidad, cuya visita turística hacen que esta fama crezca en el exterior.
Entre las variedades que encontramos en el patio de Córdoba, tenemos plantas de hoja ancha, como la kentia o la pilistra. Se caracterizan por tener un verde oscuro intenso y son tanto de exterior como de interior, son plantas que se acostumbran a estar a la intemperie pero resguardadas.
El barrio más característico es el del Alcázar Viejo, entre el Alcázar y la parroquia de San Basilio, aunque también los encontramos por el barrio de Santa Marina, alrededor de San Lorenzo y la Magdalena.
¿Por qué son Patrimonio de la Humanidad?
Es tan sencillo como mirar alrededor y ver resto arqueológicos formando parte de la estructura. Aun es evidente el pasado glorioso de Córdoba patente en las calles y que se mantiene como parte indispensable los restos de suelos de piedra romanos, o cimientos musulmanes. Todo ello está dentro de los hogares de los antepasados.
Mi amiga me decía: “Hace varios años tuve la fortuna de poder visitarlos en Navidad. Las macetas de las paredes aún no estaban florecidas, pero a falta de la multitud de visitantes habituales en estas fechas, se podía disfrutar y entender mejor por qué tienen más valor del habitualmente conocido. Aún se mantiene aún la costumbre de nuestros abuelos de vivir varias familias en torno al maravilloso patio”.
La esencia del Patio Cordobés son sus inquilinos que durante unos días nos permiten entrar a sus hogares y poder disfrutar del amor con el cualquiera cuidamos nuestra casa.