La aventura del misterio

La verdadera historia de Drácula

Las historias de vampiros y moradores de la noche, chupadores de sangre o monstruos semi-humanos de afilados colmillos siempre nos han llenado de temor

25 may 2021 / 04:00 h - Actualizado: 25 may 2021 / 04:00 h.
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Su nombre inquieta con sólo pronunciarlo y sin embargo es un ejemplo de cómo la historia de un personajes se puede deformar hasta hacerla irreconocible...

Sin dudas la literatura, con el éxito de Bram Soker, y el cine, han inmortalizado su figura, pero en Rumanía, a Drácula, se le sigue considerando un héroe nacional. Se llamaba Vlad Draculea, y fueron numerosos los enfrentamientos que tuvo desde Valaquia con el invasor turco.

Nació en 1428, en la ciudad de Sighisoara –en Transilvania-, y era el heredero del príncipe Vlad, miembro de una sociedad secreta denominada como del “Dragón”, por ello era llamado Vlad Dracul, al nacer su hijo se le llamó Vlad Draculea, o hijo del Dragón, o del Demonio, y comenzaría con tal apelativa una carrera de sangre y crueldad...

En 1448 accede al trono de Valaquia tras el asesinato de su padre a cargo de sus enemigos políticos. Fue un soberano cruel, despiadado, quizás esa misma falta de piedad era la que tanto temían sus enemigos, tanto dentro como fuera de sus fronteras.

Cuando los musulmanes entran en Constantinopla en 1453, el sultán Muhammad II no frena sus ánimos expansionista para con el imperio otomano, así comienza la Edad Media con los turcos pisando Europa precisamente por las tierras valacas.

Pero la piedra en el camino que iba a encontrar Muhammad II no era precisamente pequeña... Vlad Tepes pronto de ganaría su apodo de “El Empalador”... Mandaba talar masas boscosas enteras y hacer afiladas estacas de dos metros y medio de altura y cuando sus enemigos caían en sus manos pasaba a ensartarlos en ellas, introduciéndoles la estaca por el ano hasta que saliera por la boca, una vez realizada esta acción se dejaba al infeliz invasor clavado y plantado en el suelo como muestra de lo que podía llegar a hacer Vlad Tepes con sus enemigos.

Esta práctica era habitual que mandara a realizarla entre sus enemigos así como otros personajes de su corte o delincuentes del país. Aunque pronto derivaría en todo un baño de sangre.

Comenzó la guerra entre valacos y otomanos y Muhammad pronto comprendió que aquel soberano no entendía de gentileza en la guerra. En cierta ocasión las tropas del sultán no podían creer lo que estaban viendo.

Vlad Draculea había hecho prisioneros a dos mil soldados turcos y había mandado empalar en el camino que debían recorrer las tropas hasta las inmediaciones de su castillo. Un bosque de empalados que se desangraban o eran comidos por las alimañas. Fue tal el horror que sintió que el sultán mandó retirarse a su ejército. Le dijo: “No podéis combatir en este infierno”.

La guerra se extendió durante meses y Vlad siguió con métodos tan infames como el narrado... Pero su crueldad también se extendía a su pueblo. En cierta ocasión un campesino de su corte presentó un aspecto sucio y descuidado, el príncipe preguntó a su súbdito si no tenía mujer que le cuidara la ropa, contestó que sí pero que había estado en otras ocupaciones. Vlad Tepes mandó empalar a la esposa del campesino eligiéndole otra mujer para que se desposara y cuidara convenientemente.

Harto, en otra ocasión, de mendigos e indigentes o gitanos, mandó dar una fiesta exclusivamente en su honor, los invitó a todos a un palacio, les sirvió manjares, una vez finalizada la cena mandó cerrar las puertas del palacio y prendió fuego al mismo. Todos murieron en él.

Ponía una copa de oro macizo en el borde de un pozo para que bebiera todo el que sintiera la necesidad. Nadie jamás osó robar aquella valiosa copa. El riesgo era perder la vida.

Vlad Tepes, debido a una conspiración en palacio, cayó en manos de sus enemigos y fue encarcelado desde 1462 a 1475, tomó el poder su hermano Randu “El hermoso” que no fue más que un hombre de paja del sultán otomano. Pero el 10 de Enero de 1475 Vlad sale de aquel castillo donde estaba confinado, se une a las fuerzas del príncipe Esteban Bathory donde luchan en la batalla de Vaslui...

No tardó en recuperar su trono, fue en Noviembre de 1476 imponiendo sus crueles medios, y poco después cae en una embocada de los turcos cuando cruzaba un bosque con su guardia personal de doscientos soldados.

Fue decapitado y su cabeza llevada a Estambul donde estuvo pinchada junto a las defensas de la ciudad para que todos los turcos supieran que “El Empalador” o “El Demonio” había caído, ya no era una amenaza para el imperio otomano.

Sea como fuere su leyenda sobrevivió más allá de su muerte. Es considerado un héroe nacional en Rumanía aunque para la historia quedara siempre como el eterno chupador de sangre con alma de vampiro.

La verdadera historia de Drácula

La tumba de Drácula

Vlad Tepes fue capturado y decapitado por las tropas otomanas en 1476, su cabeza fue pinchada en una pica y llevada como trofeo al sultán Mehmet II de Estambul, para que fuera expuesta como escarmiento y advertencia según la costumbre de la época. Y entonces comienza otro misterio histórico en torno a su figura... ¿Dónde fue enterrado?

Su cuerpo decapitado fue trasladado al monasterio de Snagov, en medio de un lago cercano a Bucarest, y que fue uno de los que se vio favorecido por la generosidad de Vlad Tepes ya que en su interior encontró refugio cuando lo buscaban los turcos.

Cuando se visita el monasterio los monjes mostraban a los visitantes la supuesta lápida funeraria de Drácula, la inscripción de la misma había sido borrada casi totalmente por orden de Filaret, máximo jerarca de la Iglesia Cristiana ortodoxa, que pensaba que Vlad Tepes era un maniaco y un criminal. La lápida de la tumba estaba encastrada en el altar de la iglesia, hoy está ante las puertas del iconostasio. Todo el que llegue hasta aquel lugar puede verlo.

Cuentan los monjes que fue colocaba allí para que fuera pisada por los asistentes a los oficios y así su alma purgara todos sus terribles pecados cometidos en vida.

Para el historiador Nicolae Serbanescu, autor de «Historia del Monasterio Snagov», la tumba de Vlad Tepes fue profanada en 1875 y los restos del rey enterrados en otro lugar que no ha sido desvelado. Así en el año 1933 se procedió a exhumar los restos del rey encontrando solo huesos de caballo y el anillo de armas de Valaquia; el descubrimiento lo llevaron a cabo los historiadores Nicolae Iorga y Dinu Rosetti.

Pero no es la única versión que se tiene de aquella exhumación, otra nos cuenta como en el interior de la tumba se encontró un cuerpo con traje de gala y joyas que aparecía decapitado, lo cual concordaría con la muerte de Vlad Tepes.

Así pues el misterio de sus restos y último lugar de descanso sigue vigente, no se sabe si fueron trasladados a otro lugar o si, simplemente, se enterró a más profundidad bajo el altar del monasterio de Snagov.


Hay quien prefiere creer en historias de no-muertos, otros en un espíritu que aún mora los bosques de Transilvania (Rumanía) donde tantas víctimas sufrieron sus horrores y que hoy buscaría almas que lo acompañaran al otro lado...