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Las noticias falsas ponen en jaque a las redes sociales

España es uno de los países de Europa donde más proliferan las ‘fake news’

11 may 2018 / 22:40 h - Actualizado: 11 may 2018 / 22:47 h.
"Redes Sociales"
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En pleno auge de los social media parece que uno de los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad digital son las noticias falsas o también llamadas fake news. Sin duda, estamos ante uno de desafíos tecnológicos del siglo XXI. Y por si esto fuera poco, las redes sociales -que no dejan de crecer- a veces actúan de altavoz que multiplica cualquier información falsa, convirtiéndola en algo real durante horas, días e incluso meses o años. Las noticias falsas en un 95% surgen a conciencia y siempre bajo una intencionalidad. Con claros motivos: desestabilización, influencia y monetización. Como dato curioso, decir que cuando se aproximan algunas elecciones políticas se experimenta un notable incremento de éstas. El mejor ejemplo lo podemos encontrar en las últimas elecciones de EEUU, donde Donald Trump llegó a la Casa Blanca con innumerables críticas en relación al tema que nos ocupa. Dicha campaña estuvo intencionadamente cargada de noticias falsas que favorecían los intereses del que hoy es el presidente de los EEUU. ¿Sabías que las fake news tuvieron más interacciones en Facebook durante la campaña electoral estadounidense que las noticias verdaderas? Una de las más sonadas fue aquella que «aseguraba» que el Papa Francisco apoyaba la candidatura de Trump. La noticia corrió como la pólvora y los medios se hicieron eco, lo que provocó más de un millón de interacciones en la red social con mayor número de usuarios (Facebook).

Orígenes

Pero el origen de las fake news no es propiedad de nuestro periodo digital ni tan siquiera de una época contemporánea, todo lo contrario. Hay quien sitúa el movimiento de noticias falsas para favorecer intereses personales ya en la antigua Roma, donde los rumores podían desestabilizar un gobierno u originar revueltas, etc. Pero claro, sin un gran altavoz como hoy en día son las Redes Sociales.

España

Pero no todo el foco se centra en EEUU, ni mucho menos. Según el último eurobarómetro elaborado por Kantar TNS, España es el país de toda Europa donde más personas se encuentran semanalmente con noticias falsas. Más del 50 por ciento, según dicho estudio, asegura encontrarse con este tipo de falsas informaciones casi todos los días, mientras que un 25 por ciento al menos una vez por semana. Una de las más sonadas de finales de 2017 en nuestro país fue la que «aseguraba» que el famoso banquero Emilio Botín no falleció de un infarto, sino que fue asesinado por el amante de Ana Patricia Botín, su hija, en el despecho que tenía en la sede del Banco Santander. Esta noticia, publicada sorprendentemente incluso por La Tribuna de Cartagena, fueron desmentidas por distintos medios. Pero el rumor... continuaba circulando por redes sociales. Según el estudio de Kantar, el 88 por ciento de los españoles consideran que las fake news son un problema no solo para España, sino para democracia en general.

Bulos en Sevilla

Pero ninguna población se libra ni mucho menos de este falaz virus. En Sevilla, concretamente, proliferan a menudo todo tipo de noticias falsas, muchas de ellas reproducidas vía WhatsApp, Twitter o Facebook. Mentiras que a veces los usuarios llegan a creerse y, lo peor, a compartirlas para hacer la cadena cada vez más grande. Desde el canal de @EmergenciasSev no cesan en publicar campañas con un claro mensaje: #StopBulos. Y es que muchos bulos han llegado a proliferarse demasiado rápido y lejos. Durante la pasada Feria de Sevilla se viralizó una noticia falsa sobre la muerte de «muchos caballos» durante la Feria de Sevilla. Emergencias Sevilla tuvo que matizar «el número» y aclarar todo mediante un tuit: «Ayer falleció un caballo en el Real que vino enfermo, tenía enteritis previa (cólico) y ese día no comió nada. Se va a denunciar al propietario por los hechos». Otro caso bastante llamativo fue un audio que se propagó hace meses mediante WhatsApp donde explicaba con todo lujo de detalles un «secuestro de una niña» en la capital hispalense. La Policía tuvo igualmente que salir al paso y desmentir tal información mal intencionada. Este tipo de bulos pueden llegar a provocar una alarma social en toda regla por tanto, atajarlos cuanto antes es crucial. La famosa Madrugá de Sevilla de 2017 fue también un enjambre de bulos de todo tipo. Tras las detenciones de varios jóvenes sospechosos de los tumultos, se leyeron tuits cargados de mala leche por quien lo publicara en primer lugar. Con una intención más de generar mayor alarma social que colaboración. Primero se publicaron fotos de varios jóvenes asegurando ser los detenidos, algo que no era cierto y que provocó serios daños sociales y psicológicos en los señalados. Una semana después publiqué en este diario una entrevista con ellos para conocer su versión de los hechos. Asimismo, esa misma Madrugá se pudieron leer numerosos tuits que hablaban de un camión que estaba entrando por un puente de la ciudad camino del casco histórico, u otros que aseguraban que los detenidos eran de origen árabe. Todos bulos que supieron con gran acierto contener desde las propias redes sociales de Emergencias Sevilla, siempre al quite de todo este tipo de informaciones falsas.

Redes Sociales

Pero esta lacra de las feak news ha puesto verdaderamente en jaque a las principales redes sociales, y más después de que la Parlamento Europeo haya mostrado su descontento al respecto. De este modo, Facebook ha anunciado que tomará serias medidas para que estas noticias falsas sean más difíciles de ver en la aplicación. De hecho, desde hace unos días ha situado un observatorio en España de prueba para conocer la opinión de usuarios mediante una encuesta. Así la compañía de Mark Zuckerberg sabrá a qué contenidos darles más importancia y cuáles provienen de fuentes de confianza. Esto podría llevar a modificar su algoritmo en nuestro país para lograr más fiabilidad en las noticias.

Pero no toda responsabilidad debería recaer en las redes sociales. Nosotros, los usuarios, también debemos asumir parte de culpa al creernos lo primero que leemos. Hay que saber contrastar las noticias que nos lleguen siempre, antes de darle al botón de compartir. Sumemos todos.