Misterios del Sacromonte en Granada

Controlando toda la ciudad de Granada se encuentra el Sacromonte, conocido antes como el Monte Sacro de Valparaíso, un lugar cargado de magia, un monte sagrado se comenzó a forjar su leyenda con un acontecimiento que ha levantado pasiones y enigmas. Sucedió en el año 1595 cuando se descubre un manuscrito con unos caracteres árabes arcaicos, con dibujos de estrellas de seis puntas y algunos otros símbolos que estaban labrados en láminas de plomo y que se conoce como libros plúmbeos. Este libro es el curioso resultado de un engaño orquestado para conseguir la sincronización de dos religiones, dos religiones que habían luchado por algo más que la fe en tierras españolas y granadinas. Así lo piensa el profesor Darío Cabanelas que considera que contiene profecías y milagros, en un intento en el que se trataba de aunar las religiones cristianas y musulmana como una nueva tendencia dentro del pueblo granadino. Y tenía mucho lógica pues los árabes que necesitan ser aceptados por una parte y conseguir poco a poco integrarse dentro de la Reconquista y por otra parte estaban aquellos que tenían una tradición no cristiana y que de alguna forma se acercaban a estas creencias. Los musulmanes tenían como punto de conflicto el culto que los cristianos hacen a las imágenes y las reliquias.

En el libro plúmbeos se narraban temas muy curiosos un gran componente profético, así se daba cuenta de la historia de ciertos discípulos de Santiago, santos varones cristianos, y del martirio que en ese mismo monte tuvieron por parte de los romanos en tiempos del emperador Nerón. En ello todo era, aparentemente, inédito y conciliador. Los que tenían acceso a su contenido pensaban que era un vuelco religioso difícil de aceptar. Igualmente en el Sacromonte, en fechas remotas, habría tenido su ubicación un templo dedicado a Apolo y en tiempos cristianos se hacían diversas romerías que iban llenando cruces los caminos escarpados. Esto tuvo una gran incidencia y todo se apoyaba en la creencia en ese libro plúmbeo en el que en los granadinos creían. Así las autoridades prohibieron todo lo que eran las peregrinaciones con antorcha a Sacromonte, a pesar de esta prohibición hubo un periodo de tiempo en el que la autoridad de la Iglesia hablaba de los contenidos de los libros que se encontraron en el Sacromonte e incluso utilizaron los mismos para un caso de exorcismo en el año 1630.

Huelva: William Martin, el héroe que nunca existió

Es una historia apasionante... Corría la Segunda Guerra Mundial, la vieja Europa se veía asolada por el azote de un dictador que mantenía en jaque a los guerreros de la libertad, a los enemigos del nazismo. Para desviar la atención del alto mando alemán de las operaciones aliadas en las costas de Sicilia en 1941 se idea la operación Mincemeat. Aquella maniobra de distracción fue ideada y organizada por el teniente de navío Ewen Montague tenía por objeto que los adoradores de la esvástica se centraran en otro punto lejos del epicentro de operaciones en el Mediterráneo. Así nace el desafortunado William Martín y el misterio de su tumba en el cementerio de Huelva, la tumba de un hombre que como tal jamás existió...

Y es que William Martín no pasó de ser un cadáver sobre el que se montó toda una identidad, una vida, para luego, un 19 de Abril de 1943, embarcarlo a bordo del submarino Seraph, tras un intrigante viaje ese cadáver fue abandonado en aguas gaditanas siendo recogido por un pescador onubense y llevado al puerto de Huelva donde posteriormente fue trasladado al depósito municipal. Dada las motivaciones y la relación estrecha entre el gobierno español de la época y el régimen fascista en Alemania trascendió la llegada del cadáver a suelo patrio, los servicio de espionaje alemanes, británicos y españoles estaban conmocionados por este hallazgo y lo que ello conllevaría..., si bien la sorpresa británica era más fingida que real... Notificada la recuperación del cuerpo la embajada británica solicita en Madrid la devolución de unos importantes, casi vitales documentos que el paracaidista portaba: una carta de su novia, monedas británicas, un ticket para el teatro y hasta una carta del gerente del banco, en la cual le comunicaba que el saldo de su cuenta personal estaba en rojo y la documentación de los futuros planes de guerra. Aquello era ya sabido por los miembros del Eje quienes habían analizado dicha documentación que, de forma falsa, indicaba que el teatro de la guerra se iba a producir por otro lugar al que pensaban inicialmente.

Un 13 de Mayo de 1943 fueron entregados, cumpliéndose los plazos esperados, de esta trampa tramada por los aliados... Los miembros del Eje, gracias a la participación del gobierno de Madrid que era oficialmente no beligerante en el conflicto, habían picado este anzuelo de vital importancia en el devenir de la guerra. La reacción alemana tras el estudio de aquellos documentos no se hizo esperar y Hitler junto a su Estado Mayor decide cambiar sus planes de guerra en función de aquella milagrosa documentación que les había llegado... La treta de los aliados había cumplido su objetivo y tal mascarada había llenado de confusión a los miembros del Eje. La guerra siguió su curso, los aliados entraron en el Mediterráneo y Sicilia tuvo un papel destacado en ese teatro de operaciones, los alemanes y los servicios secretos del IIIer. Reich estaban convencidos que costas de Cerdeña y del Peloponeso eran las elegidas para efectuar el desembarco. El papel de Sicilia era simplemente una maniobra de distracción pero de importancia vital en el desarrollo de los planes de guerra, que en realidad encubrirían los planes de invasión que se preparaban con respecto a la isla.

Hitler en virtud de aquella información mandó fortificar las islas de Córcega y Cerdeña un 12 de Mayo de 1943 y envió a uno de sus mejores generales (Erwin Rommel) a Atenas para coordinar la defensa contra la invasión aliada retirando divisiones acorazadas de panzers del frente ruso... Un nuevo error... Así el desdichado William Martín encarnó el moribundo papel de un agente enlace entre el estado Mayor inglés y el comandante de las fuerzas aliadas en el norte de África, general Alexander. Aquella documentación aludía a un desembarco aliado por Cerdeña, aquella documentación debía cumpliría su misión y el teniente Montague gracias a la falsa identidad de un ficticio oficial británico, miembro del cuartel general de Operaciones Combinadas logró confundir a todos los estrategas del ejército alemán. El héroe de aquella acción, el oficial William Martín, tenía una identidad real definida, se trataba del vagabundo galés Glyndwr Michael (Cardiff, 1907, fallecido a causa de una pulmonía), su cuerpo engañó a la Abwehr (inteligencia militar alemana) y salvó miles de vidas humanas de caer en el fragor de la batalla.

El Santo Rostro de Jaén

Cuenta la Historia piadosa, en el evangelio apócrifo de Nicodemo, que cuando se produjo la ascensión de Jesucristo hacia el monte Gólgota, donde sería crucificado, una mujer llamada Verónica se acercó a limpiar el sudor y la sangre del Maestro. Usó un paño de lino y el rostro de Jesús quedó impreso de forma sobrenatural en aquel tejido. Aquel misterioso rostro quedó impresionado en varios rostros pues el lino estaba doblado en varias partes e imprimió por igual las otras partes de la tela. Hoy esos rostros se mantienen guardados, o expuestos, en la basílica del Sacré en París (Francia) o en la basílica de San Pedro en Roma (Italia). Curiosamente Verónica tiene un significado muy especial: ‘vera’ es verdadero e ‘ico’ es imagen, lo cual significaría: verdadera imagen.

Pues uno de estos santos y milagrosos rostros estaría guardado en la Catedral de Jaén siendo una importante reliquia. Habría llegado a Andalucía gracias a San Eufrasio, uno de los siete varones apostólicos que estuvieron evangelizando España, tras la invasión musulmana se llevó a Asturias donde estuvo escondida hasta que un obispo de Ramiro III quiso ver aquel rostro y al abrir el arca quedó ciego, fue Alfonso VI quién se preparó para ese momento y pudo abrir el arca y contemplar la reliquia, sería con Fernando II cuando regresaría su tierra en el sur, aunque hay otra leyenda que nos dice que fue una donación del obispo de Jaén, en el siglo XIV, Nicolás Biedma. Existe otra leyenda que nos dice que un obispo de la ciudad, del que no se precisan demasiados datos, escuchó el sonido estruendoso que hacían un grupo de demonios, hablaban del Santo Padre cuyos pecados lo iban a conducir al infierno y allí estaban ellos esperando la llegada del Papa. El obispo asustado viajó a Roma a advertir al pontífice, el problema era viajar hasta la capital italiana.

El ingenioso obispo maquinó un plan: tratar de convencer a uno de los demonios para que lo llevara volando a Roma, para su sorpresa uno de ellos aceptó pidiéndole como recompensan las sobras de la cenas de cada noche del obispo. Así volaron a Roma y advirtió al pontífice que se arrepintió de sus pecados y regresó al redil religioso salvando su alma. En justa gratificación entregó al obispo el tejido con el rostro de Jesús de Nazaret llegando así a la Capital del Santo Reino. El Santo Rostro se guarda en la Catedral de Jaén en un arca de plata dentro de la capilla mayor. Según estudios derivados del tejido no se trata de ninguna pintura sino que es una imagen impresa. Está el tejido adherido a la tabla y enmarca en otro, plata y piedras preciosas, donadas por la duquesa de Montemar en 1814. Pontífices como Julio III o Clemente VII concedieron indulgencias a todos aquellos que fueran a rendir culto a la imagen de la Santa Faz en días como, principalmente, la Asunción o el Viernes Santo.

La cripta de la muerte de Málaga

El ser humano siempre ha tenido miedo a la muerte, el no saber qué nos depara una vez que se acaba la vida y preocupación que a ello se suma hacen que sea un momento respetado y temido.

Nadie puede vivir eternamente aunque muchos lo pretendan. Así se han construido monumentos y mausoleos funerarios o entornos religiosos que causan admiración, cementerios como el de París o los diseminados por Londres han pasado a ser casi lugares turísticos. En Andalucía tenemos uno de ellos, muy desconocido, con una gran carga simbólica y mágica, así lo dispuso el conde de Buenavista, José Guerrero Chavarino, en el año 1691, cuando mandó crear el Santuario de Nuestra Señora de la Victoria en la barriada de Fuente Olletas en la capital malagueña, a ello dedicó buena parte de su fortuna. Bajo el santuario hay una cripta donde descansarían los restos mortales de su señora esposa Antonio Coronado Zapata.

Aquella capilla es extraordinaria que en nada es parecido a lo que habitualmente estamos acostumbrados a ver en cualquier recinto funerario o en cualquier cementerio, porque está llena de figuras siniestras. Figuras qué son terribles e inquietantes que puede ser fruto de la vida pero también a esa dualidad entre lo positivo lo negativo, la vida la muerte, el yin y el yan, lo blanco y lo negro; es el fin y al cabo la incertidumbre, la incertidumbre sobre lo que hay más allá. El panteón es diferente, mágico, plagado de rincones donde fijar nuestra atención. Es muy angustioso ver las figuras de niños, bebés, entre esqueletos, como si nos avisara que la muerte puede rondarnos y presentarse en cualquier momento. Además relojes de arena, que miden el tiempo, balanzas, cirios, y otros elementos de gran simbolismo como la presencia de espejos. Así en la cripta se presenta al alma humana en sus diferentes estados, de estar cerca de Dios a estar en el Infierno penando por los pecados.

Hay más elementos perturbadores como un niño que es arropado por la muerte, la vida que se aleja de una pareja o el reflejo en un espejo de una calavera, símbolo de lo efímero de la vida: hoy se puede estar vivo pero mañana puede sobrevenir la muerte de la forma más inesperada. La parca también está en sus paredes, el triunfo de la vida sobre la muerte en las cruces imperantes, la inmortalidad del alma, del aspecto no físico del cuerpo. Las figuras más cálidas son la de los propios condes, jóvenes, mirándose, arrodillados rezando. Toda la cripta tiene un contenido simbólico tan explícito que es posible que el conde o su constructor tuvieran altos conocimientos en esoterismo y simbología.

Los condes murieron pero su legado, en esta cripta, si se hizo eterno. Es otra forma de alcanzar la inmortalidad. Finaliza nuestro recorrido, por hoy, de los misterios que podemos encontrar en nuestra tierra pero, tenga por seguro, hay muchos más esperando a ser descubiertos.