La aventura del misterio

Los misterios olvidados de la Calle San Luis

En muchas ocasiones se ha hablado de los misterios de la calle San Luis, del “llano” donde jamás se construía nada, de las ánforas romanas encontradas en el lugar, de los fantasmas o extraños suicidios que registra la zona pero... ¿Tiene más zonas misteriosas? Hoy se las descubrimos.

02 ago 2020 / 04:00 h - Actualizado: 02 ago 2020 / 04:00 h.
"La aventura del misterio"
  • Los misterios olvidados de la Calle San Luis

Comenzaremos nuestro viaje por un lugar que ha formado a grandes actores que, hoy, triunfan en el teatro o el cine, ese sitio encantado es el CAT, el Centro Andaluz de Teatro.

Frente a la Iglesia de Santa Marina, en las antiguas dependencias del Centro Andaluz de Teatro (CAT), un recinto, que antes perteneció al conjunto Convento-Hospicio de San Luis. Y lo traemos a estas páginas por qué en su interior, en sus dependencias también se han registrado hechos paranormales o cuando menos extraños.

Alumnos, profesores y cuerpo de apoyo de esta institución, cuando estaba dedicada a la producción de montajes teatrales en otros, han oído ruidos extraños, han visto luces y cuerpos luminosos moverse por el recinto, alaridos y extrañas apariciones y desapariciones de objetos ante los alucinados ojos de los vigilantes nocturnos.

En concreto, las zonas de más frenética actividad paranormal se registran en un pasillo en forma de “L” de unos doce metros de largo en el cual existe una entrada en forma de saliente a la cripta cerrada por una vieja puerta de madera franqueada por una sólida verja férrica. La segunda zona caliente se ubica en los pasadizos existentes entre las taquillas o vestuarios que se comunicaban con el patio o aula de interpretación.

En esta zona también se pudieron ver extrañas formas luminosas y lastimeros quejidos sin origen definido ya que en el lugar no había nadie excepto el efectivo del cuerpo de seguridad. Suelen ser de noche, les acompaña una sensación de frío... Entre el patio de la cafetería hacía la zona de vestuarios, al fondo del pasillo, puede verse una especie de humo que avanza , una neblina evanescente que va tomando la definición y las características de un ser humano...

Una aparición que mora y vaga por los muros y pasillos del viejo edificio. El último foco conflictivo está una habitación que fue transformada en una pequeña capilla y que es utilizada para los montajes de pantomima. Su emplazamiento es famoso por los extraños ruidos que allí se producen, se da la circunstancia de que el lugar se halla decorado con cráneos y huesos humanos -reales o ficticios-. Vigilantes de seguridad y familiares comentaban sus experiencias vividas en el CAT, allí se escuchan nítidamente ruidos extraños, quejidos lastimeros, llantos, fríos repentinos, risas... bajar a la cripta es lo peor, cada vez que se abre la puerta un quejido te hiela la sangre. ¿Sugestión? No lo sabemos pero si tiene la oportunidad de entrar en el edificio y bajar le aconsejamos vivir esa experiencia...

Contar una historia de fantasmas siempre es a los ojos del aficionado de estos temas un hecho insólito y muchas veces, demasiadas, no deja de ser un acontecimiento casi increíble...siempre y cuando no le suceda a uno mismo... Quizás por ello sea tan apasionante la estética de este tipo de relatos y, quizás por ello, sea tan apasionante desvelar los secretos mejor guardados, arrancados casi, de estos edificios que tienen una particular historia que contar.

Ouija maldita en la Iglesia de San Marcos

Ángel Hueso, es nuestro siguiente testigo, es uno de los habituales contertulios radiofónicos de la Sevilla tertualiana y habla de hechos paranormales y de cómo también se han utilizado estos mismos relatos como “espantaviejas”... Pero la verdad es que pese a su escepticismo también relataba como en la Iglesia de San Marcos, muy cercana a todo el entorno de la calle San Luis, de jóvenes practicaron el mal llamado juego de la ouija sabedores de la absoluta soledad dentro del edificio, para unos era una experiencia seria y para otros algo con lo que bromear incluso durante aquella improvisada sesión...

Gastaron una broma y sin saber cómo ni por qué una chica sufrió un desmayo y, al unísono, al final de un largo y estrecho pasillo una solitaria y vieja máquina de escribir comenzaba a dejar sentir el aporrear de sus teclas por unas invisibles manos que parecía reprobar y desaconsejar aquella broma y aquella práctica semi-ocultista en el interior de aquel recinto...

En Sevilla, parte de su pasado aguarda aún bajo su subsuelo ser desenterrado y regresado a su antiguo esplendor, en muchos casos hallazgos arqueológicos que al ser arrancados de su último lugar de descanso han logrado despertar sus viejos fantasmas y sus viejos recuerdos que durante siglos estuvieron ausentes.

El fantasma del Palacio de los Marqueses de la Algaba

Muy cerca de la calle San Luis se encuentra la no menos popular calle Feria, a media altura de la misma encontramos su viejo y remozado mercado de abastos y la popular iglesia de “Omnium Sanctorum”, lugar desde donde realiza su carrera oficial en Semana Santa la hermandad llamada de “Los Javieres” encontramos una nueva cita con el misterio.

Cercana a ella se encuentra la calle Arrayanes donde nos detenemos en un particular edificio, se trata del Palacio de los Marqueses de la Algaba, cuentan las crónicas que tras la hermosa portada de estilo gótico-mudéjar, se erigió una recia torre en la que sucedieron sangrientos, violentos y desagradables incidentes a la familia de los Guzmanes, posteriormente y para sepultar el recuerdo fue demolida. También trae al recuerdo de la epidemia de peste de 1649 fueron terribles en esa zona, y los jardines de este palacio dicen que fueron utilizados como improvisado cementerio...

Las crónicas de la época cuentan cómo el miércoles 22 de mayo de 1652 el descontento fue apoderándose de todas las capas sociales, y especialmente el de las más humildes, teniendo una de sus más airadas manifestaciones en el motín de la calle Feria, ocurriendo por la escasez y alto precio del pan, los balcones del palacio sirvieron de improvisadas palestras donde se expuso el sentir popular, siendo brutalmente reprimido por las fuerzas militares de la época dejando un sangriento reguero de muertos en la plaza y calles circundantes al propio palacio.

Los misterios olvidados de la Calle San Luis

A finales del siglo XIX se vive una época en la que la nobleza comienza a ceder parte de ese protagonismo tutelado durante siglos y comienza una lenta decadencia que hace que le palacio se vaya deteriorando y olvidando. De su viejo esplendor queda ya únicamente el recuerdo. En épocas recientes se habilita nuevamente el viejo edificio para auspiciado por la Junta de Andalucía, y en la Plaza de Calderón de la Barca surge la nueva Delegación de Bienestar Social.

Pero con su remozado aspecto también surge el despertar de los viejos fantasmas, aquellos que fueron enterrados y que jamás debieron de despertar... Por las noches se pueden escuchar portazos, pisadas y extraño susurros... Pisadas que avanzan en la lejanía hasta hacerse cada vez más perceptibles. Estañas bajadas de temperatura y el movimiento de objetos cotidianos que llenan de temor a los sufridos trabajadores de la noche en el interior del Palacio.

Las experiencias más singulares son las vividas por parte del antiguo personal de seguridad quienes, conocedores de la particular compañía que les deparaba el edificio, se arriesgaron en varias noches en tratar de establecer contacto con aquel misterioso ser que emitía y provocaba todos aquellos ruidos.

Poco consiguieron, ni las sesiones de ouija, ni la escritura automática ni tan siquiera el que, a hurtadillas y casi a escondidas, entraran en el edificio personas con capacidades mediúnmicas... Nada hizo despertar a los viejos fantasmas o ¿tal vez si?

La respuesta la obtuvieron una noche en la que sus trabajadores armados con una grabadora formularon varias preguntas a la nada, esperando respuesta y al revisar aquella cinta magnetofónica un temblor comenzó a apoderarse el todos y cada uno de los participantes de aquella experiencia paranormal...

A la pregunta: “¿Estamos solos en el edificio?” una voz quejumbrosa respondió: “Seguiré velando aquí a vuestra merced”. Aquello llenó de asombro a los ya de por si cariacontecidos e improvisados investigadores de lo insólito.

La segunda pregunta formulada fue: “¿Por qué nos molestáis?” Y nuevamente una voz respondió: “Devoto os pertenece”. Aquello debía ser algo impresionante cuando siguieron revisando aquella valiosa (por su contenido) cinta de audio y comprobaron cómo sin mediar preguntar había varias psicofonías o inclusiones más que decían: “Tras sus pasos ilumíname” , “Dios me guía” o “El año del Señor”...

Nuevamente lo imposible se hace posible y se manifiesta... ¿Aquellas obras de remodelación resucitaron algo adormecido? Tal vez, o tal vez el azar hizo que sus antiguos moradores volvieran a habitar las hermosas dependencias del alicaído marquesado de la Algaba.

Lugares singulares, olvidados de la calle San Luis y que, sin embargo, encierran mucho misterio.