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Son y están

“Más del 15% de los satélites en órbita llevan nuestros sensores solares fabricados en Sevilla”

José Miguel Moreno López. Director General de Solar Mems. Es una de las pymes tecnológicas emblemáticas de la especialización industrial sevillana en el sector espacial, en la ciudad que los próximos días 6 y 7 de noviembre acoge la reunión de ministros europeos en ese estratégico ámbito industrial y tecnológico. En 2023 Solar Mems ha duplicado plantilla y facturación por la creciente demanda de sus excelentes sensores solares para el funcionamiento de las constelaciones de satélites

Juan Luis Pavón juanluispavon1 /
27 oct 2023 / 15:37 h - Actualizado: 27 oct 2023 / 16:52 h.
"Son y están"
  • José Miguel Moreno López es desde hace 11 años el director general de la empresa sevillana Solar Mems, a la que se incorporó tras culminar sus estudios de ingenieria superior en la Universidad de Sevilla.
    José Miguel Moreno López es desde hace 11 años el director general de la empresa sevillana Solar Mems, a la que se incorporó tras culminar sus estudios de ingenieria superior en la Universidad de Sevilla.

Es una de las empresas que ha demostrado la viabilidad de aventurarse a competir desde Sevilla en el sector espacio, creando tecnología y materializándola como producto que superara los más exigentes estándares de calidad para llegar a ser proveedor de poderosas multinacionales o de agencias estatales de grandes países. Solar Mems, especializada en sensores solares, fue fundada en el seno del Departamento de Ingeniería Electrónica de la Universidad de Sevilla, desde un equipo encabezado por el catedrático José Manuel Quero Reboul. Quien asumió años después el reto de hacerla crecer como empresa y vertebrar su competitividad en el mercado internacional es José Miguel Moreno López. Ha sido elegido dentro de la asociación empresarial Andalucía Aerospace para presidir la comisión dedicada al desarrollo de la actividad en el sector espacio, en un momento crucial con la puesta en marcha desde Sevilla de la Agencia Espacial Española.

¿Cuáles son sus coordenadas biográficas?

Nací hace 41 años en Palma de Mallorca porque mi padre era militar, ya está retirado, y en mi infancia he vivido allí donde lo destinaban en la Marina: Ferrol, Cartagena, y Cádiz, donde ya se asentó. Con 18 años me trasladé a Sevilla para hacer la carrera de ingeniería en la especialidad de telecomunicaciones. Mi madre es profesora, en la especialidad de Química, y sigue ejerciendo dando clases particulares. Soy hijo único. Estoy casado, tenemos una hija, residimos en Gelves.

¿Qué le decantó en su adolescencia para formarse en telecomunicaciones?

No lo elegí por vocación. Cuando yo cursaba COU, un amigo de Cádiz me comentó que a un hermano suyo le iba muy bien en Sevilla con telecomunicaciones, y otros amigos me dijeron que era una carrera con muchas oportunidades de conseguir buenos empleos. Fue una elección un poco a ciegas, y la vocación despertó en mí cuando comencé a estudiar en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de la Universidad de Sevilla.

“Más del 15% de los satélites en órbita llevan nuestros sensores solares fabricados en Sevilla”
Integrante del equipo de Solar Mems, empresa especializada en crear sensores miniaturizados que sobre todo comercializa para el funcionamiento de satélites

¿Alguna experiencia que le motivara en ese sentido?

Es una carrera muy multidisciplinar, hice la tesis sobre sistemas de detección con microsistemas de dispositivos miniaturizados, cuyas siglas son 'Mems'. Es una tecnología que permite hacer cosas de óptica o de microfluídica, como analizar muestras de forma automática, con procesos de fabricación de microelectrónica pero sin tener que ver con la microelectrónica. Y me planteé dar el salto a trabajar en el ámbito empresarial, me atraía más que el académico. En el departamento de ingeniería electrónica, un catedrático, José Miguel Quero, había fundado en 2009 una 'spin off', Solar Mems, y en el año 2010 me ofreció entrar en la empresa, en su departamento de ingeniería.

¿Cómo evolucionó hacia funciones de gestión y dirección?

Estábamos ubicados en la Tecnoincubadora Marie Curie del Parque Científico Tecnológico Cartuja, y junto a otras jóvenes empresas asistimos a un curso sobre cómo conseguir inversión. Y nos enseñar a hacer planes de negocio, etc. Me motivó a potenciar mis capacidades en gestión empresarial y no solo en ingeniería.

¿Desde sus inicios Solar Mems se orientó hacia el sector espacial?

No, empezó con prestaciones hacia el sector de energías renovables, con soluciones de seguimiento del Sol para los heliostatos en plantas fotovoltaicas, trabajando para Abengoa. Y fue el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) quien nos abrió la puerta al ámbito espacial, para probar el uso de nuestros sensores en un satélite. Descubrí que era un sector muy atractivo y que nuestra tecnología se podía aplicar en diversas industrias.

¿Es muy complicado que las pequeñas empresas puedan abrirse hueco en el sector espacial?

Cuando empezamos era una época en la que lo espacial era solo cosa de gobiernos, de agencias estatales, y de empresas muy grandes. Las barreras de entrada eran muy altas, los proyectos requerían muchos años de preparación y no te seleccionaban si no tenías previamente algún producto volando. El INTA nos introdujo en el proyecto del satélite español Seosat-Ingenio, que estaba supervisado por la Agencia Espacial Europea, e hicimos un experimento de un sensor solar más complejo. Aprendimos muchísimo sobre el sector espacio, y decidimos potenciar esa línea de negocio porque hace 10 años comenzó a abrirse más hacia el ámbito empresarial por el auge de los pequeños satélites, los CubeSat, o los nanosatélites. Subirnos a esa ola de cambio fue muy importante.

“Más del 15% de los satélites en órbita llevan nuestros sensores solares fabricados en Sevilla”
Los sensores más pequeños de Solar Mems tienen 2 centímetros de largo y pesan 4 gramos.

¿Cómo empezaron a conseguir clientes dentro y fuera de Europa?

Es un sector marcado por la enorme importancia del mercado norteamericano, es el 70% del mundial. El primer contrato importante lo conseguimos con la agencia espacial alemana, la DLR, para equipar un satélite con sensores solares. No era el componente de un experimento a bordo, sino un elemento esencial del funcionamiento del satélite para que pudiera orientarse bien en órbita. La responsabilidad era enorme. Tras ese espaldarazo, empezaron a surgirnos más oportunidades, y sacamos una línea de sensores miniaturizados para la gama de satélites pequeños, de los que tienen menos de 200 kilos de peso. Encajó muy bien en el mercado y comenzamos a equipar satélites con nuestros sensores. Y en el año 2016 nos llegó el ofrecimiento por parte de Airbus para equipar con sensores solares la constelación de satélites OneWeb, donde se plantearon el reto, y lo consiguieron, de industrializar y acelerar el ritmo de producción de satélites pequeños. Teníamos que equipar con dos sensores a cada uno de los 650 satélites, y para nosotros el salto fue de producir cuatro sensores al mes a fabricar algunos meses hasta 100 sensores. Ese contrato fue la carta definitiva de presentación de Solar Mems ante el mercado internacional.

¿Cuantas constelaciones de satélites están equipadas con sus sensores?

Son veinte constelaciones. Teniendo en cuenta que hay constelaciones con cuatro satélites, o con 10, etc. Calculamos que hoy en día entre el 15 y el 20% de todos los satélites actualmente en órbita llevan nuestros sensores solares. Teniendo en cuenta que están en funcionamiento unos 8.000 satélites, y la mitad no es mercado accesible porque son de la constelación Starlink, de la empresa norteamericana SpaceX, la de Elon Musk, y ellos fabrican todos los componentes.

¿Cómo han evolucionado las prestaciones de sus sensores?

Su principal función es esencial para el satélite. Cuando es lanzado, lo primero que se activa es el sensor solar para orientarse en relación al Sol y poder establecer correctamente su órbita, y poner sus paneles en dirección al Sol para que se carguen, y su antena orientada a Tierra para sus comunicaciones, etc. El sensor debe ser a la vez un elemento robusto y muy fiable. Lo miniaturizamos, lo hicimos muy pequeño, con muy bajo consumo, muy buena precisión y a un precio competitivo. Sigue evolucionando para soportar cada vez mejor las radiaciones que en el espacio inciden en todos los componentes, y que aguanten más años en órbita. Las constelaciones se plantean que los satélites duren al menos 7 u 8 años, y así alcanzar mejor la rentabilidad comercial de su fabricación y puesta en servicio.

¿Qué tamaño tienen y cuánto pesan?

Nuestro sensor más pequeño tiene unos 2 centímetros de largo y 4 gramos de peso, y el más grande es de unos 10 centímetros. Por eso, nuestra 'sala blanca' para producir los sensores en condiciones industriales perfectamente homologadas solo es de 50 metros cuadrados, y ahí hemos hecho los más de 1.500 sensores para la constelación de satélites de OneWeb. También tenemos otros productos, como los sensores de Tierra, que son sensores de horizonte. Y otro que vamos a lanzar al mercado próximamente es del tipo 'star tracker' o sensor estelar, que permite saber la ubicación teniendo en cuenta la posición respecto a las constelaciones de estrellas.

¿Van a abrir líneas de negocio en otros sectores?

Sí. Ahora más del 90% de la facturación procede del sector espacio. Continuamos también con actividad para el de energías renovables. Somos una empresa que cada año destina más de un 30% del presupuesto a investigación. Por ejemplo, estamos trabajando en proyectos de innovación aplicada para el desarrollo de drones, como diferentes formas de sensorización para orientación cuando no funciona el GPS. Y también estamos en el sector automoción, para la mejora de confort en el vehículo.

¿Cuántas personas trabajan en Solar Mems?

Ya somos 23. Hemos duplicado la plantilla en poco tiempo. Pronto abriremos una oficina en Estados Unidos, con una persona allí permanente. Y también hemos duplicado la facturación, en 2022 ascendió a 1,5 millones de euros y este año llegará a 3 millones. El 40% de nuestros ingresos procede de Estados Unidos. Hemos invertido para ampliar nuestras instalaciones en el Parque Tecnológico Aerópolis, ya disponemos de 200 metros cuadrados equipados como laboratorio y 'sala blanca' para la producción industrial de nuevos desarrollos.

“Más del 15% de los satélites en órbita llevan nuestros sensores solares fabricados en Sevilla”
Parte del equipo de Solar Mems, cuya plantilla se ha duplicado en poco tiempo y son ya 23 personas, tienen su sede en el Parque Tecnológico Aerópolis, junto al Aeropuerto de Sevilla.

¿Qué perfiles profesionales han ido incorporando a la plantilla para ser competitiva?

Además de ingenieros superiores, tenemos técnicos cualificados para la producción que proceden de los ciclos de Formación Profesional. Y también hay expertos en control de calidad, que en el sector espacio es vital. Y especializados en la cadena de suministro de componentes, condición indispensable para garantizarle a los clientes los plazos de entrega. Y profesionales del marketing, del departamento comercial, de administración.

Muchas empresas tecnológicas andaluzas excelentes, sobre todo en el sector software, tienen una ventaja competitiva añadida en el mercado internacional para ser elegidas por grandes multinacionales en contratos importantes porque pagar buenos salarios en Andalucía siempre es una cuantía inferior respecto al coste de la hora de trabajo cualificado en países de alto poder adquisitivo. ¿En qué medida el factor precio es o no relevante para ser elegido en el sector espacio?

Eso ha cambiado mucho en los últimos 10 años. Antes, el precio era una variable de menor importancia, elegir a una empresa se basaba sobre todo en tener productos acreditados con más horas de vuelo en órbita. La fiabilidad era la clave para decidir, no el precio. Ahora, con la irrupción del sector privado en el ámbito del espacio, el factor precio cada vez pesa más. La competencia industrial desde China con precios bajos obliga a reforzar la excelencia en otros factores, como ser capaces de atender plazos de entrega cada vez más cortos, dar muy buen soporte al cliente, y sobre todo demostrar la cantidad de horas de vuelo de nuestros productos dando servicio.

Ha sido elegido presidente de la comisión del sector espacio dentro del Cluster Empresarial Andalucía Aerospace. Desde su conocimiento de la materia, ¿cómo puede impulsar a la actividad económica que Sevilla sea la ciudad donde tenga su sede la Agencia Espacial Española?

Es una oportunidad vital. En dos sentidos. La Agencia es una reivindicación histórica de la industria española, otros países ya la tienen desde hace décadas. Va a servir de 'ventanilla única' aglutinando todas las competencias que hasta ahora han estado repartidas entre 11 ministerios, lo que ha dificultado mucho la agilidad en la tramitación de proyectos y la comunicación con la Agencia Espacial Europea. La Agencia va a potenciar la reputación de empresas españolas para que compitan aún mejor en el panorama internacional. Además, la presencia de la Agencia Española será un caldo de cultivo para la creación en Sevilla de nuevas empresas, así como para que grandes empresas monten una delegación para estar cerca de la Agencia al ser un centro de decisiones. Y no olvidemos la incubadora de empresas espaciales que se va a crear en Sevilla, con apoyo de la Agencia Europea. A todo eso se le puede aplicar una ventaja competitiva que ya hemos comprobado durante muchos años: a los clientes les encanta viajar a Sevilla. El atractivo turístico de la ciudad nos refuerza. Hay clientes que han procurado viajar más veces a Sevilla, y repiten incorporando a sus familias.

¿Y en qué medida favorecen también al desarrollo de las empresas sevillanas otras iniciativas como ser la ciudad que en el año 2024 asume la presidencia rotatoria anual de la Comunidad de Ciudades Ariane?

Es muy bueno para Sevilla que se asocie su nombre al sector espacio. Eso ayuda a hacer ver que hay empresas, que hay centros de innovación, que son posibles las sinergias. Cada vez tiene Sevilla más actividad relacionada con la actividad aeroespacial. El Aerospace Defense Meeting, el Space & Defense Industry Summit, el Foro del Espacio, la World Space Week. Y en los próximos días, la presentación el 31 de octubre de la presidencia de la Comunidad de Ciudades Ariane; las jornadas de los días 2 y 3 de noviembre sobre oportunidades en el ámbito del New Space; y sobre todo el 6 y 7 de noviembre, la reunión de ministros europeos relacionados con el sector espacio. Todo eso coincide con la evolución que en los últimos años están haciendo empresas andaluzas aeronáuticas para ampliar su campo de actividad y también dedicarse a explorar oportunidades de negocio en la industria del espacio. Hacen bien.

Ponga un ejemplo.

El proyecto Andalusat, impulsado por el Gobierno autonómico, desde la Consejería de Industria, para desarrollar un sistema satelital que utilice preferentemente las capacidades tecnológicas de empresas andaluzas. Está pensando para tener envergadura como proyecto tractor de industria en Andalucía.


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