- Abuducción- ECA
José Luis Fonseca tiene 54 años, tiene un trabajo relacionado con el mundo de la informática y hace unas semanas vivió algo que le llenó de terror. En principio no quiso contar nada de lo que le había sucedido a nadie pero “comprendí que tenía que buscar respuestas”.
“Hace dos semanas, mientras conducía por una carretera solitaria desde El Castillo de las Guardas hacia el enlace para bajar a Sevilla, tuve una experiencia que ha cambiado mi vida para siempre. Era una noche clara y tranquila, y no había nadie más en la carretera. Pero de repente, vi algo extraño en el cielo. Era una luz brillante y pulsante que parecía estar flotando en el aire. Al principio, pensé que era un avión o un helicóptero, igual podía ser un dron, pero la luz se movía de manera errática y parecía estar cambiando de forma. No pude apartar la vista de ella, y pronto me di cuenta de que algo muy extraño estaba sucediendo” relataba José Luis.
En ese momento el testigo tenía mucha curiosidad y, por ello, “decidí detener el coche en el arcén y salir a investigar. Cuando salí del coche, la luz comenzó a acercarse a mí. No podía creer lo que estaba viendo. Parecía que “aquello” se estaba acercando a mí a una velocidad increíble. Me quedé paralizado, sin saber qué hacer. Pero luego el objeto se detuvo justo encima de mí y algo comenzó a descender hacia el suelo”.
La sorpresa llegó con “algo” que salió de esa luz: “Era un ser humanoide, de unos dos metros de altura, con una cabeza grande y redonda y ojos alargados. No podía creer lo que estaba viendo. Estaba completamente aturdido. El humanoide se acercó a mí y comenzó a hablar en un idioma que nunca había escuchado antes. No entendía lo que decía, pero de alguna manera, podía entender lo que intentaba decirme. Me explicó que venía de otro planeta y que estaba aquí para enseñarme algo importante. El humanoide me llevó a bordo de su nave, era enorme y estaba llena de luces parpadeantes y pantallas. Me llevó a una habitación que parecía un laboratorio, y comenzó a mostrarme cosas que nunca había visto antes”.
Mientras me narraba lo vivido pensaba, lo confieso, que tal vez se podía haber quedado dormido o que era un invento. Pero también recordé el libro “El mensaje de otros mundos”, de Eduardo Pons Prades, y me anime a que me contara lo que le sucedió allá donde ya tendría tiempo en analizar la información y buscarle una explicación si la tuviera.
“Me mostró cómo su nave se movía a través del espacio y cómo podía viajar a velocidades increíbles. Me mostró cómo podía comunicarse con los seres de otros planetas y cómo podían intercambiar conocimientos y tecnología. También cómo podía ver lo que estaba sucediendo en cualquier parte del universo, y cómo podía manipular la materia a nivel molecular. Yo estaba completamente asombrado por todo lo que estaba viendo. No podía creer que esto fuera real. El humanoide me aseguró transmitió que la Humanidad debe ya darse cuenta de que no estábamos solos en el universo”.
“Después de varias horas a bordo de la nave el humanoide me llevó de regreso y me dejó en el mismo lugar donde me había encontrado, y me dijo que nunca olvidara lo que había visto. Eso ha cambiado mi vida” concluía José Luis.
Se podría pensar de muchas formas en torno a este caso, desde un invento de sus protagonista a que tuvo un sueño al volante o que, ¿por qué no?, su experiencia pudo ser real.