La aventura del misterio

Milagro en el convento de Santa Inés

¿Has escuchado alguna vez la leyenda del espectro de Ámese Pérez de Gustavo Adolfo Bécquer? No me resisto, un día como hoy, a dejar de contarla porque muchos son los que buscan su fantasma aún en el viejo convento de Santa Inés.

24 dic 2021 / 04:16 h - Actualizado: 23 dic 2021 / 11:16 h.
"La aventura del misterio"
  • Milagro en el convento de Santa Inés

Hoy es una fecha especial en el que, familia y amigos, vivirán momentos intensos, de recuerdos, de nostalgia, de paz. En un día tan especial quiero contarles una historia de la Sevilla más oculta y, a la par, más popular.

La historia no es mía –¡qué más quisiera yo!- sino que es de un grande de la Literatura española como Gustavo Adolfo Bécquer que le inspiró unos hechos dicen que reales...

Uno de sus relatos más especiales es el que nos habla de un suceso que tuvo lugar en un convento, próximo a la plaza del Cristo de Burgos con especial significación en la ciudad.

En este lugar, en este convento, denominado de Santa Inés, un famoso organista llamado Maese Pérez, al cual iba a escuchar toda Sevilla. Relata como una noche, en el siglo XVI, Maese Pérez debía tocar en la tradicional Misa del Gallo. El excelente organista no hizo acto de presencia, la muerte le rondaba y una enfermedad era el preludio de la misma.

Acudió en su lugar otro organista pero no se acercaba a la calidad del primero cuando, repentinamente, entró en volandas, llevado por sus seguidores, el viejo en enfermo músico. En su rostro la expresión de la cercana muerte y cuando comenzó a interpretar la pieza aquel órgano sonó mejor que nunca, era como si los propios ángeles inspiraran cada nota.

Un momento tan épico fue interrumpido con la última cuando un grito, el de su hija, alertaba sobre la muerte de Maese Pérez.

A los dos años de la muerte de Maese Pérez, la madre superiora encargó a la hija de éste, la cual había entrado de novicia, que fuera ella la encargada de tocar el órgano mas no se creía preparada para ello y lo rechazo.

Para sustituir a Maese Pérez, viene un nuevo organista al que toda la gente creía muy malo. Sin embargo la melodía del órgano sonaba como siempre había sonado con Maese Pérez.

Así esa noche no habría nadie frente al instrumento pero en el momento de “la Consagración” volvió a sonar el órgano mientras se podía ver y reconocer el estilo inconfundible de quién falleció atrás en el tiempo.

Al terminar aquella melodía el nuevo organista juró que jamás volvería a tocar ese órgano.

Las teclas se presionaban solas y el hecho fue totalmente paranormal sorprendiendo a cuantos estaban presentes en la misma. El espíritu de Maese se había manifestado para acudir a su cita anual. Ya no lo volvería a hacer más.

Su rima eterna

La Rima VII viene a acompañar esta leyenda eterna:

“Del salón en el ángulo oscuro, de su dueño tal vez olvidada, / Silenciosa y cubierta de polvo veíase el Arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas, como el pájaro duerme en sus ramas, / esperando la mano de nieve que sabe arrancarlas!

¡Ay! –pensé– Cuantas veces el genio así duerme en el fondo del Alma, / y una voz, como Lázaro, espera que le diga: “Levántate y anda”.