¿Podría suceder el apocalipsis zombi de la serie «The Last of Us»?
La serie de televisión “El último de nosotros” (“The Last of Us”) inquieta al plantear la posibilidad que un hongo pueda convertir en zombi a una población y al mundo, pero...¿Qué hay de real en todo ello?
José Manuel García Bautista
En mi libro “Muertos Vivientes”, de editorial Almuzara (2021), explico a lo largo de todo un completo capítulo, lo que podríamos encontrar en la naturaleza comenzando por el hongo protagonista de “The last of us”. Se trata de uno de los casos más extremos que se conocen y más aterradores. Es el caso del Cordyceps o Ophiocordyceps unilateralis que afecta, por ejemplo, a las hormigas convirtiéndolas en zombi.
Cuando el insecto se ve invadido por el mismo se comporta de forma errática, el parásito controla su cerebro y le hace ir donde quiere, al lugar más idóneo para esparcir sus esporas matando después a la hormiga.
Las células del hongo se multiplican en la cabeza de la hormiga haciendo que los músculos de la mandíbula se abran y cierran, así obligan a morder la vena principal del envés de las hojas y no se puedan soltar hasta que mueren.
Al ser humano no le puede afectar pues es un “animal” de sangre caliente, con variaciones de temperatura, y el hongo no prolifera en ese ambiente, pero en otros, como caracoles, babosas, hormigas, el resultado es demoledor.
¿Qué pasaría si el Cordyceps se adaptara a la variación de temperatura? En ese caso podría afectar a los mamíferos y el resultado sería insospechado pero en los ensayos de posibilidades se determinó que podría hacer que se comportara de forma errática y violenta en busca del alimento.
Otros casos en la Naturaleza
Aunque parezca una crueldad la zombificación existe a través de la Naturaleza, la supervivencia de algunas especies depende de ello, parásitos que usan a su víctima, un huésped, para convertirlos en zombi con métodos que son extremos.
Les quiero mostrar algunos ejemplos de ello comenzando por el parásito Toxoplasma Gondii que se reproduce en el tracto intestinal de los gatos y que llega a ellos a través de ratones infectados que pueden ser sus populares alimentos. Se ha demostrado que este parásito puede originar daños permanentes en el gato aun liberándose del parásito y de la infección. Se estima que un tercio de los seres humanos sufre de este mismo parásito común entre felinos y personas siendo especialmente complejo en aquellos que tienen el sistema inmunitario debilitado. Igualmente se ha demostrado una relación de esta infección con la inestabilidad emocional.
El Nematomorfo es un parásito que puede llevar al suicidio a los saltamontes. Según un estudio de 2005 de biólogos franceses estos parásitos manipulan al huésped cuando los ingieren, normalmente por el agua, crecen dentro de su cuerpo y liberan una proteína que induce al saltamontes a ir a zonas húmedas a fin de reproducirse, cuando el parásito tiene un tamaño suficiente abandona el huésped en el agua dejando que se ahogue.
Similar es la forma de actuar de la lombriz de Guinea, que infecta a las personas haciendo que busquen agua creando una sensación de ardor cuando deja el cuerpo por una extremidad inferior, sale como si fuera un gusano de una manzana.
Los caracoles de ven invadidos por el Leucochloridium paradoxum que hace que sea tremendo el cambio y el suicidio. El caracol ingiere el parásito a través de los excrementos de pájaro infectado. Los excrementos son su comida y las larvas del parásito están en ello. Este comienza a crecer hasta ser esporocistos, en forma de tubos que invaden los ojos del caracol convirtiéndolos en una «extremidad» llamativa y palpitante, en ese momento el caracol no deja de ser ya una marioneta en manos del Leucochloridium paradoxum para que sea víctima de los pájaros y poder seguir con la cadena de infecciones. Una vez el pájaro se come al caracol sigue su desarrollo en el interior del mismo donde alcanza la edad adulta y expulsándolo vía excrementos para comenzar de nuevo esta rueda eterna.
La avispa esmeralda o avispa joya pone sus huevos en el interior de las cucarachas haciendo que se comporten como sus sirvientes, primero las paraliza con su veneno y luego le inserta su aguijón en el cerebro con precisión quirúrgica dando el control sobre el insecto que puede moverse pero siempre dirigida por la avispa que controla cuerpo y mente. Además los huevos hacen que las larvas vayan comiéndose, poco a poco, a la cucaracha hasta morir. Se le considera un ejemplo de la Naturaleza en lo que se llama «control mental».
La avispa ecuatoriana o Zatypota pone sus huevos en el abdomen de un Anelosimus eximius, una araña social, así es víctima de esta cambiando su comportamiento, le hace alejarse de la comunidad arácnida y vivir en soledad alimentándose de su sangre hasta que muere.
Es similar a la avispa parásita Hymenoepimecis argyraphaga en Costa Rica que pone sus huevos en el abdomen de la araña tejedora y al eclosionar las larvas se alimental de los nutrientes de la araña durante dos semanas, luego inyectan una sustancia química que hace que el insecto construya una telaraña muy fuerte, hecho esto matan a la araña y se la comen usando la telaraña para sostener sus capullos estando a salvo de los depredadores.
En el mar se produce también este fenómeno como en el caso de los percebe Sacculina carcini que se colocan sobre el abdomen de los cangrejos depositando un parásito que se propaga por el cuerpo del crustáceo hasta apoderarse de su cerebro, cuando lo logra castra al cangrejo y se convierte en el hogar de los huevos de percebe hasta que lo mate.
Los acantocefálicos son parásitos ingeridos por los «bichos bola» apoderándose de su cerebro y pidiendo que se convierta en comida para pájaros para poder invadir al ave.
El Cymathoidae controla la lengua de la víctima, consigue atrofiar la lengua de los peces ocupando su lugar en la bica y se alimenta de su sangre y alimentos que ingiere, no le causa daño pero si vive con él hasta que muere.
Más ejemplos inquietantes
Otros ejemplos de zombis en el reino animal lo tenemos en la enfermedad que afecta al ciervo y lo convierte en un zombi pues ataca su sistema nervioso central y hace que pierdan peso a gran velocidad y que se muestren desorientados y apáticos. Se les llamó «ciervos zombi» y no hay, de momento, paso del ciervo al ser humano. Si hubiera fenómeno de zoonosis -paso de animal a humano- las consecuencias serían imprevisibles.
Enfermedades similares a esta es, por ejemplo, la de las «vacas locas» que provocaba el descontrol sobre las extremidades del ganado vacuno o el «kuru» que se propagó por la localidad de Fore, en Papúa Nueva Guinea entre 1950 y 1960. Los Fore comían el cerebro de sus parientes fallecidos originando un brote de «kuru» teniendo sus afectados la incapacidad de controlar sus extremidades o funciones corporales.
La rabia es otra enfermedad que se transmite por la mordedura de un animal infectado, vía saliva que entre en la sangre o también ojos, nariz y boca. Sus síntomas son como los de la gripe pero puede ser mortal. Es un virus que causa la hinchazón del sistema nervioso central, afecta especialmente a cerebro y columna vertebral, conduce a síntomas severos que pueden incluir convulsiones, parálisis o aspamos fortísimos. Afecta al equilibrio y la coordinación, provoca hipersalivación y se tiene problemas al respirar, el infectado se vuelve muy agresivo para los demás y para ellos mismos. La rabia la pueden trasmitir los perros, zorros, mapaches, coyotes y algunos murciélagos. Al año mueren 55.000 personas por rabia en todo el mundo pero se tiene una vacuna que es eficaz contra ella, si se trata a tiempo.
No es similar pero la «enfermedad del sueño» que provoca la mosca Tse-Tsé es también muy peligrosa pues vuelva al afectado apático y demacrado, pierden el pelo y provoca parálisis. Da sueño pues invade el cerebro alterando los ritmos de vida y sus ciclos (duermen de día y permanecen despiertos por la noche).
Como síntomas está la fiebre y dolor muscular, deterioro mental, cambio de la personalidad, problemas al caminar y desorientación, no hay vacuna disponible. El profesor Sanjeev Krishna, de la Universidad de Medicina de Londres, decía: «A las víctimas les cuesta concentrarse. Se vuelven irritables, se les dificulta el habla y dejan de comer; se trata de una infección que tiene cualidades de pesadilla, lo que reduce a muchas de sus víctimas a un estado similar al de los zombis antes de que entren en coma y mueran».
La Naturaleza es sabia pero también puede ser muy cruel.
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