En multitud de ocasiones la publicidad consigue esconder o camuflar las características nutricionales de los alimentos que consumimos, haciendo que pasemos por alto un gran número de detalles que podrían afectar a nuestra salud a medio o largo plazo o, sencillamente, hacernos consumir algo que no queremos.
Para mantener a la sociedad y consumidores más informados, el Ministerio de Consumo ha decidido llevar a cabo una nueva campaña exprés en redes sociales titulada “Lo que la publicidad esconde, las etiquetas te lo enseñan”, para mostrar los detalles del etiquetado de uno de los alimentos más consumidos: el huevo.
El etiquetado del huevo es bastante peculiar, ya que viene impreso en la cáscara de este y se compone a base de letras y números que, en un principio, pueden parecer dificultosas de descifrar, pero que, con cierta práctica, es de fácil compresión y útil uso. “Todos los huevos producidos en la UE, y destinados a consumo humano, incluyen un marcado que identifica el sistema de cría de las gallinas y su país de procedencia”, explica en su perfil de Instagram el ministro de Consumo, Alberto Garzón.
Uno de los puntos que más interesan a la hora de comprar huevos en nuestra tienda de confianza es el sistema de cría. Pero, ¿qué pasa si en la caja no pone cuál ha sido este sistema? No hay problema. En el código plasmado en el huevo podemos identificar el sistema de cría gracias al primer número, siendo el 0 para los ecológicos, el 1 para los huevos de gallinas camperas, el 2 para los huevos de gallinas criadas en el suelo y el 3 para los huevos de gallinas criadas en jaula.
Además, el país de origen también es muy importante para muchos consumidores, pues si consumimos productos de kilómetro cero o con una distancia más corta en su transporte desde el lugar de origen hasta el punto de venta, produciremos un menor impacto medioambiental, evitando emisiones innecesarias. Para poder identificar cuál es el origen solo tenemos que fijarnos en las dos letras posteriores al primer número, pudiendo ser ES para cuando proviene de España, PT para Portugal y FR para Francia.
Esta información permite que el consumidor sea aún más consciente del producto que consume y de la importancia que los pequeños gestos, como hacer la compra, pueden tener en el medioambiente. “Gracias a esta información podemos fomentar un consumo responsable con el bienestar animal y con la huella ecológica”, finalizaba Garzón en su post.