Sevilla, tierra de apariciones marianas

Prácticamente todos los pueblos sevillanos que disponen de lugares de culto gozan en su tradición popular de una aparición mariana. Os contamos los casos de Constantina, El Pedroso y Cazalla de la Sierra

30 ago 2016 / 17:57 h - Actualizado: 30 ago 2016 / 18:44 h.
"La aventura del misterio"
  • Una aparición de la Virgen. / El Correo
    Una aparición de la Virgen. / El Correo

Sevilla es llamada la Tierra de María Santísima por la infinita devoción que siente hacía la Virgen María y todas las exhortaciones religiosas. Es tierra de fervor popular, de creencias arraigadas y gran religiosidad.

La Virgen ha «elegido» muchas zonas de Andalucía como lugar de sus apariciones y, prácticamente, todos los pueblos sevillanos que disponen de ermita y lugares de culto gozan en su tradición popular de una aparición mariana en la copa de un árbol en un apartado lugar, a un pastorcillo, en el hueco de un árbol o a orillas de cualquier riachuelo local. Son las tradiciones, historias y leyendas de hermosas localidades de su relación con la Virgen María que hoy recuerdan a otras recientes estampas como en Garabandal o Medjugorje.

Es la fe ese sentimiento intangible que mueve montañas sin otorgar nada a cambio. Es esa fuerza interior que brota de cada ser en un acto de bendita locura que origina las más imprevisibles reacciones. Es la fe el punto más frágil por donde atacar a un creyente cegado por su devoción y la pasión de sus sentimientos hacía las figuras superiores que encarnan en tierras hispalenses la Virgen y Cristo.

En este ambiente de extrema devoción encontramos buenas muestras de modernas apariciones y mitos devocionales del siglo XX que muchos conocemos y que vamos a esbozar desde estas páginas.

Es la historia de Sevilla y las apariciones marianas y por ella vamos a acompañar al lector, por solo algunas muestras de lo que puede encontrar por estas latitudes marianas.

En la provincia de Sevilla se han producido todo tipo de apariciones relacionadas con la Virgen María. Las llamadas apariciones marianas siempre han estado presentes en las leyendas e historias de los pueblos de la ciudad, historias en las que es difícil discernir qué grado de leyenda y cual de realidad tienen realmente pero que poco a poco han creado todo un devocional entre los lugareños de las poblaciones en las cuales se le rinde culto. Así podríamos visitar la localidad de Constantina, en plena Sierra Norte de Sevilla, a unos 80 kilómetros de la capital, tierra de buen aceite, buen mosto y mejores chacinas. Anímese y pruébelas, visite el lugar, sus bellos parajes, con una inusitada tranquilidad y gran hospitalidad de sus habitantes que le dejará enamorado. La ciudad parece tener origen íbero con fundación hacia el 1200 a.C. Los celtas fundaron el primer poblado con el nombre de Sucum-Murgi y los cartagineses la llamaron Lacuna Murgi quienes explotaron sus minas de plata y de hierro. Cercano al pueblo, entre Constantina y Las Navas de la Concepción, encontramos el llamado Cerro del Hierro. La ciudad actual se construyó cerca de una fortificación de los romanos, junto al Cerro del Castillo, llamándose Constantina Julia, en honor a Julio César. Su importancia fue considerable porque por ella pasaba la Calzada Emérita que comunicaba Mérida y Sevilla y porque en sus tierras se producía un vino famoso en toda Roma, el Cocolubis, que se exportaba desde el puerto de Sevilla. Tal fue su importancia que incluso llegó a acuñar moneda propia. Durante el periodo de Al-Andalus fue llamada Cotinema y tras la conquista cristiana por Fernando III fue llamada con su antiguo nombre visigodo, Constantina.

Sobre ella tuvo jurisdicción la Córdoba califal hasta que con la conquista la ciudad de Sevilla releva a la ciudad cordobesa de tal honor. Luego dependió alternativamente del duque de Medina Sidonia y del marqués de Cádiz, hasta que le fueron entregadas las llaves a los Reyes Católicos en 1478 y la convirtieron en villa de realengo. En el año 1931 el rey Alfonso XII le ratificó el título de ciudad.

Cuenta la leyenda que a mediados del siglo XVI, en un paraje de esta localidad conocido como El Robledal, por ser esta la especie forestal más habitual del sitio, se apareció la Virgen sobre un robledo. Eran malos momentos para la Villa de Constantina dado el brote de peste bubónica que asolaba a la comarca y que se cobró numerosas víctimas. Esa misma leyenda cuenta que el elegido para ser testigo de tal aparición fue un niño de nombre Melchor que pastoreaba con el rebaño de ovejas de la familia. En una población dedicada al pastoreo era lo más habitual y el lugar elegido para ello fue un descansadero y abrevadero de ganado, perteneciente a la mesteña Cañada Real del Robledo. Coincidiendo con la aparición mariana el mal de la muerte se alejó. Cesó y dejó de cobrarse víctimas. En las cercanías del lugar se levantó una pequeña ermita donde darle culto a la santísima Virgen del Robledo aparecida entre las ramas de un roble, elemento del que posteriormente tomaría el nombre de su advocación mariana. Si un 9 de agosto encuentra tiempo no deje de acercarse a esta hermosa localidad sevillana y disfrutar de su colorido y de su gente.

Vecina a la población de Constantina encontramos El Pedroso. Uno de esos también bellos pueblos de la Sierra Norte sevillana que está esperando a que nuestro visitante se anime y lo visite. Los orígenes de esta villa se remontan igualmente a las culturas celtibéricas aunque en el periodo de dominación romana fue llamada Augustóbriga. Durante la época de Al-Andalus fue un recinto fortificado siendo conquistada cristianamente por Fernando III en el año 1247. Su patrona es la Virgen del Espino. En el siglo XVII Gregorio Argaiz sobre la Virgen del Espino de Burgo de Osma escribía que «tiénese por tradición que fue aparecida y hallada sobre un árbol de esta especie en un espinar, que estaba alrededor de una torre, que había en esta villa del Burgo, y así en memoria del espino le dieron el nombre por haber sido aparecida y hallada en él, en el siglo XIV». Quizás esta historia tan particular sobre la tradición devocional se relacione con todas aquellas que rinden culto a la imagen de la dama que se apareció sobre tan punzante arbusto. Su festividad se celebra todos los 15 de agosto con la «fresquita» andaluza.

Cerca de todo este entorno natural de la Sierra Norte de Sevilla encontramos la localidad de Cazalla de la Sierra. En ella, a unos cuatro kilómetros, está situado el santuario de la Virgen del Monte, Santa María del Monte, junto a la ribera del Huéznar. Allí cuentan las crónicas piadosas que un joven pastor encontró a una preciosa imagen de la Virgen. Estaba en un hueco del camino y al tomarla en sus brazos, de aquel hueco brotó un manantial de agua; un manantial milagroso justo donde la Virgen había querido depositar su imagen. De camino al pueblo el joven pastor comprobó con horror como aquella bella imagen había desaparecido de sus alforjas y hasta tres veces debió de regresar a buscarla. A la postre entendió que aquella Virgen del Monte no quería ser movida de allí y en aquel mismo lugar se le edificaría un santuario digno de ella. Obró numerosos prodigios y milagros en la localidad sevillana y en 1635 se la proclama como patrona de Cazalla de la Sierra.