Un mundo no apto para princesas

Numerosas películas infantiles han fomentado graves estereotipos de género

06 mar 2018 / 10:36 h - Actualizado: 06 mar 2018 / 10:36 h.
  • Un mundo no apto para princesas

Un año más ha llegado la semana ideal para reinterpretar las historias de las películas infantiles que a todas las mujeres nos han puesto de niñas. Llega el momento de analizar desde otra perspectiva que Blancanieves era perseguida por ser más bella que la propia Reina del cuento, y que por ello intentaron darle caza y envenenarla. Una estrategia ideada por otra mujer, por envidia.

Esta es una semana para que todas sepamos que la dulce Aurora, la Bella Durmiente, era muy odiada precisamente también por celos, porque según la reciente película Maléfica, la bruja odia profundamente a nuestra princesa por ser fruto del nuevo amor de su anterior pareja. De nuevo una mujer no quiere a otra, esta vez por despecho.

Caso aún más grave es el de Cenienta, una pobre niña huérfana maltratada por su madrastra y hermanastras también por ser más dichosa y hermosa que las otras. Son un sinfín de cuentos infantiles que nos han contado —sin mala intención a priori— y por qué no reconocerlo, hemos disfrutado muchas intentando al menos con los años sacar la parte positiva y extraer alguna moraleja alejada de prejuicios de género.

No obstante, es penoso que nos hayan presentado siempre a una mujer, por lo general bondadosa y guapa, como la protagonista que se lleva la peor parte de la trama, y donde la ira siempre nace de otra mujer. El final ya lo saben, un apuesto príncipe la salva del terror, porque parece ser que ella sola no sabe.

No ha sido la industria cinematográfica de los años cincuenta en adelante la que ha provocado que hoy tengamos que celebrar el día de la mujer y reivindicar nuestros derechos, pero sí ha fomentado estereotipos y papeles que algunas han creído e interpretan a la perfección.

Al menos sí que podemos pensar que ésta es una semana para la esperanza. Hay un lugar reservado para las heroínas que afortunadamente también están representadas en el cine infantil. Un mundo ideal, como decía la película de Aladdin –en la que por cierto Yasmín también era objeto de cambio entre su padre el Sultán y su consejero Yafar– debe ser aquel en el que las mujeres luchan en iguales condiciones que los hombres por un futuro mejor. Y el ejemplo podemos verlo en la valiente Rapunzel, de Enredados, que desde el comienzo de la película huye de su madrastra y aunque lo haga acompañada de un chico no se aprecian demasiados tópicos; también lo vemos en Mérida, la protagonista de Brave, que lucha fervientemente por no casarse con quien sus padres ordenan por ser una princesa; y se aprecia también en Vaiana, una dulce niña que desobedece para cruzar el arrecife de su tribu y descubrir un nuevo mundo por sí sola.

El mundo ideal quizás no exista, pero intentemos que al menos sea más igualitario.