Vida sana, mascota sana: enfermedades que pueden transmitir las mascotas
Muchas veces nuestras mascotas son nuestro mayor aporte de cariño y comprensión, no piden nada más que nuestro amor y compañía aunque también deben tener un cuidado y unas visitas al veterinario para comprobar que todo está correctamente. Su buena salud también puede ser la tuya. Te explico las razones.
Una mascota debe tener una atención necesaria y una asistencia veterinaria periódica. Igual que las personas van al médico los animales debe acudir a sus revisiones pues pueden ser transmisores de enfermedades que afecten a los seres humanos. Estos cuidados son una forma de protegerlos a ellos y a ti mismo o a tu familia, sobre todo a los más pequeños.
Así la salud de tu mascota es vital para que esté sana toda la familia y se evite enfermedades transmisibles.
No sólo perros o gatos, también pájaros o reptiles pueden ser foco de enfermedades.
Así en los peluditos, en perros y gatos, nos encontramos con:
Infección por Campylobacter (campilobacteriosis), que provoca dolor abdominal y diarrea así como fiebre en los seres humanos. Se contrae cuando se entra en contacto con agua contaminada, heces, carne poco hecha (medio cruda) o leche no pasterizada. Causan brotes de gastroenteritis bacterianas y se trata con antibióticos. Es mala para la mascota y el ser humano.
Enfermedad del arañazo del dato: se encuentra en el animal tiene la bacteria Bartonella hensalae. Se presenta como inflamación y molestias en ganglios linfáticos, fiebre, dolor de cabeza y fatiga. Se trata de una enfermedad que suele remitir sin tratamiento alguno, en casos graves con antibióticos.
Rabia: es una enfermedad grave y se contagia por la mordedura (saliva) de un animal contagiado de la rabia. Perros, los gatos, los mapaches, los murciélagos, las mofetas y los zorros son sus principales portadores aunque si el animal tiene sus vacunas es una forma de prevenir contra todo ello. La rabia en humanos es infrecuente y hay una vacuna antirrábica para humanos.
Fiebre maculosa de las montañas rocosas: la transmiten las indeseables garrapatas por la bacteria Rickettsia ricketsii. Entre sus síntomas, se incluyen: fiebre alta, escalofríos, dolores musculares y cefaleas, así como una erupción que se extiende por muñecas, tobillos, palmas de las manos, plantas de los pies y tronco. Es más frecuente en Estados Unidos que en Europa.
Tiña: infección cutánea de hongos, se trata de un área redonda, seca y escamosa de la piel, rodeada por un contorno rojo, abultado y que sobresale sobre la superficie de la piel. Cuando afecta al cuero cabelludo, el área, aparte de ser escamosa y de color rojo, puede estar inflamada. Suelen haber zonas calvas. Se tata con anti fúngicos.
Toxocariasis: la provoca la lombriz parasitaria Toxocra que suele estar en el intestino de perros y gatos afectados. Suele encontrarse cuando se toma tierra contaminada y es más frecuente en los niños por echarse a la boca lo que tienen a mano. Sus síntomas son fiebre, tos o resuello, agrandamiento del hígado, erupción e inflamación de ganglios linfáticos. Los síntomas pueden remitir sin tratamiento alguno o el médico puede recetar medicamentos para matar las larvas.
Toxoplasmosis: están presentes en las heces de los felinos (gatos) contaminados, es asintomática y puede provocar inflamación de ganglios linfáticos, fatiga, dolores musculares, fiebre, dolor de garganta y erupción. En las mujeres embarazadas, la toxoplasmosis puede provocar abortos y partos prematuros, así como ceguera y enfermedades graves en el recién nacido. Tienen un mayor riesgo las personas con VIH o cáncer al tener el sistema inmunitario más débil.
En los pájaros hay que tener cuidado con:
Criptococosis: es un hogo que se inhala de los excrementos de las aves, principalmente de las palomas. Puede llegar a provocar neumonía. Personas con VIH o cáncer deben tener especial cuidado con esto.
Psitacosis o «fiebre del loro»: de naturaleza bacteriana se puede contraer al entrar en contacto con heces aviares infectadas o con el polvo que se acumula en las jaulas de los pájaros. Entre sus síntomas están la tos, fiebre alta y dolor de cabeza.
Ambas se tratan con antibióticos.
En reptiles y anfibios:
Salmonelosos: heces de reptiles y anfibios contienen la bacteria Salmonella y puede contagiarse al tocar la piel del animal o la jaula. Síntomas: dolor abdominal, diarrea, vómitos y fiebre. Los niños pueden tener deshidratación, la meningitis y la sepsia (infección de la sangre).
En jerbos y roedores o peces:
Coriomeningitis linfocítica: se contrae al inhalar partículas procedentes de la orina, la heces o la saliva de roedores infectados, como los ratones y los hámster. Causa fiebre, fatiga, cefalea, dolores musculares, náuseas y vómitos y puede incluso desencadenar en una meningitis (inflamación de la membrana que recubre el cerebro y la médula espinal) y una encefalitis (inflamación del cerebro). Especial cuidado para las embarazadas. No hay tratamiento específico.
Mycobacterium marinum: se contrae en piscinas y aguas contaminadas. Es una infección de carácter leve y que afecta solo a la piel.
Como consejos
Lavarse las manos al tocar a la mascota y tener cuidado al manipular sus heces.
Tener limpia siempre la zona de su jaula o donde habita.
Procure no besar en la boca a la mascota por mucho cariño que le tengan especialmente en perros.
No deje que su mascota coma nada fuera de su casa o entorno seguro. Cuidado en los parques.
Siempre se debe tener cuidado con este tipo de enfermedades que SÓLO se dan en MASCOTAS CONTAMINADAS, aquellas que están sanas están a salvo de ello y por este motivo se debe visitar al veterinario con regularidad. La salud de tu mascota es tu salud y la de tu familia.