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Manuel Lombo. / Canal Sur
No era una noche fácil para todos los devotos del Rocío. La Blanca Paloma no pudo encontrarse con los peregrinos debido a esta pandemia que asola a la humanidad. Ella está con los suyos, sus vecinos de Almonte, en la Parroquia de la Asunción, pero el resto de devotos nos quedamos huérfanos de su compañía.
La tarea que tenía Canal Sur era muy complicada, pero consiguió lo que pretendía: llenar el vacío.
Manuel Lombo fue el encargado de guiar a todos los espectadores por el camino de la emoción y de los sentimientos. Gracias a él pudimos revivir la magia del paso de las hermandades por el Parque Nacional de Doñana de boca de Carlos Herrera, profundizar en la fuerte raigambre de Miguel Báez “El Litri” y su familia con la tradición rociera, repasar las innumerables anécdotas de Los del Río en sus décadas de peregrinación, aprender la evolución de la moda flamenca rociera con Cristo Báñez, Lourdes Montes y Raquel Revuelta o los testimonios de Pepe el Marismeño.
El programo estuvo salpicado por imágenes inéditas de la romería. Los telespectadores pudieron ver las primeras imágenes grabadas de la romería, que datan de 1928, además de otras tantas de la década de los 60 y 70.
Cantarle a la Virgen del Rocío es otra forma de rezar. Y hubo mucho de ésto en las voces de Manuel Lombo, Arcángel, Argentina, Ecos del Rocío, Las Carlotas, Lubrican, María la Colina, José Miguel Évora con Papa Levante, Paco Candela, Amigos de Gines o Pedro el Granaino, que con su arte salpicaron el programa con actuaciones musicales, todas ellas localizadas en puntos clave de los diferentes caminos.
El programa de la pública andaluza quedará guardado en el universo colectivo de los rocieros como el acompañamiento perfecto para una noche de vacío.