El restaurante ENA, en el Hotel Alfonso XIII, presenta su abacería

Chacinas ibéricas, conservas premium, vinos y cócteles acompañan a una carta de medias raciones frías y calientes

Carlos M. Montero

Precisamente ayer lo hablaba con Carlo Suffredini, director del Hotel Alfonso XIII. Este hotel se ha convertido en lugar de referencia para mí en los últimos tiempos. La variedad de espacios, todos guardando la esencia de principios del siglo pasado. La cantidad de eventos y la diversidad en la propuesta, en constante evolución, han hecho que mi asistencia a este templo del turismo de la ciudad se haya prodigado en los últimos meses. Y los precios no son una locura.

Y es que Sevilla es una ciudad vibrante que invita a socializar, compartir y celebrar. Una ciudad con las puertas abiertas en la que esa celebración lleva siempre aparejados un buen trago y un sabroso bocado, casi siempre en la calle. ENA Sevilla es un espacio único y privilegiado en el centro de la ciudad que invita a sevillanos y forasteros a disfrutar de los encantos de este hotel, pero de forma desenfadada. Una propuesta que pretende quitar el miedo a atravesar sus puertas y dejarse llevar por la magia, el misterio y la historia que tiene este emblemático edificio. Este espacio está situado en el lateral del propio hotel con quien comparte los jardines, bajo un toldo que ayuda a mitigar los rigores del verano sevillano y hasta con música en directo. Si de día es una maravilla disfrutar de este espacio, por las noches, con la iluminación, estos jardines cambian y el frescor que desprende la vegetación, además de todos los añadidos que les conté antes, dotan a ENA Sevilla de una idiosincrasia única.

Esta nueva abacería, para empezar, ofrece una amplia selección de los mejores embutidos ibéricos Cinco Jotas, como su jamón ibérico de bellota cortado a mano servido con pan rústico y tomate rallado, los mejores quesos andaluces y nacionales y conservas gourmet como la ventresca de atún rojo de almadraba en aceite de oliva procedente de Barbate (Cádiz), las huevas de bacalao en aceite de oliva o el paté de perdiz de La Real Carolina. Ya, dentro de la carta de la terraza, recetas de aquí como las croquetas de jamón ibérico y de boletus, la ensaladilla con huevo campero y ventresca de atún, el salmorejo tradicional con crujiente de jamón, huevo de codorniz y gelée de tomate, los langostinos de Sanlúcar o el aliño de pimiento, orégano y vinagreta de su propio jugo, entre otras delicias que, por simples, no dejan de tener un trato exquisito procurando preservar el sabor original de una materia prima de altísimo nivel. Ese es el secreto de la propuesta que Felipe Arango, el chef ejecutivo, nos ofrece. Tal es la versatilidad del producto local que da para hacer un guiño a la cocina internacional en platos como el ceviche de pescado con gamba blanca, aguacate, cebolla morada y kikos y platos más contundentes como el arroz caldoso de pescado y marisco o de espárragos, setas y alioli.

Un nuevo concepto gastronómico ideado por este chef y el joven cocinero sevillano Antonio Carrillo, con la intención de ofrecer al cliente «una auténtica fiesta para el alma y los sentidos, un momento de relax en el que sentarse a la mesa se convierta en una experiencia compartida con mucho sabor a Sevilla”, comenta Arango. “Hemos contado con la mejor materia prima, procedente de nuestros proveedores locales de siempre, para elaborar una carta hecha por y para compartir. Las recetas de siempre con un toque actual, llenas de sabor y dirigidas a un público exigente que busca lo auténtico y huye de los fuegos de artificio”.

En cuanto a la carta de bebidas, aparece la figura de Jose Maraver, sumiller y uno de los mejores cocteleros de España, con una selección de refrescantes “spritz” y sangrías, además de sofisticados cócteles de autor de inspiración local como “Mi Santa Ana”, a base de ginebra aromatizada al limón, cordial de romero, zumo de limón y albahaca, “La Monumental” con ginebra, vodka, vino de naranja y bitter de naranja o “Por Delicias”, un cóctel con ron añejo, cordial de plátano, menta, zumo de limón y cava. También cuenta con una cuidada selección de los mejores finos, manzanillas y olorosos de Jerez que encabezan una carta de vinos con algunas de las mejores referencias nacionales e internacionales.

Superar los miedos es de gente valiente. El infundado temor a un hotel no es más que la falta de conocimiento de lo que hay dentro que, dicho sea de paso, es patrimonio de los sevillanos y motivo para sentirnos orgullosos. Ya sea con amigos y familia local, como con las visitas, no hay mejor anfitrión para dejarse llevar y presumir de “nuestras cosas” que el Alfonso XIII y, para esta época del año, su terraza ENA Sevilla.

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