Feria de Abril

1964: ardieron más de 60 casetas y triunfó El Cordobés ¡en la Maestranza!

Pudo pasar cualquier año desde aquel primero de 1847 por el material utilizado y por estar, siempre, a merced del viento, pero fue entonces, al mediodía del martes de 1964: ardieron más de 60 casetas, y lo peor es que hubo un muerto. Y en la muy purista Maestranza triunfó El Cordobés: comenzaba, en el toreo, una nueva era .

el 08 may 2014 / 00:08 h.

Un accidente en una cocina seguido de una turbonada de aire hizo que en minutos 57 casetas estuvieran ardiendo. / El Correo Un accidente en una cocina seguido de una turbonada de aire hizo que en minutos 57 casetas estuvieran ardiendo. / El Correo Podía haber sido la Feria de uno de los años más desarrollistas del régimen; podía haber sido la de los XXV años de paz; podía haber sido la de la consagración de la Feria Iberoamericana en su IV edición o la de algún torero purista, pero fue la Feria de casi una catástrofe porque, por primera vez en más de cien años, ardieron decenas de casetas, y fue también histórica porque la docta Maestranza tuvo que rendirse ante el toreo nuevo y sensacionalista del Cordobés, y de ambos acontecimientos tenemos noticias porque El Correo estaba allí para contárselo a nuestros lectores de entonces y a todos ustedes. Espléndido se presentaba este año de 1964 para Sevilla porque nos han creado un Polo de Desarrollo para el que ya hay 117 solicitudes por un total de 10.000 millones de inversión (por ejemplo, 3.000 millones para las nuevas fábricas de materiales de construcción, vidrio y cerámica, y 1.600 para las de confección y textil), y trabajo había para todos, por lo menos en la capital (en los nuevos Polígonos Store, Calonge y la Carretera Amarilla) y en Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas y Camas, y el mismo El Correo estaba lleno de anuncios de ofertas de empleo para oficiales, para maquinistas, para agentes de venta y para todo lo que se pudiera pensar. Y buenas perspectivas teníamos en el plano internacional al realizarse una promoción extraordinaria de nuestros productos en toda Suramérica a través de la Feria Iberoamericana que celebrábamos en el Casino de la Exposición y terrenos y pabellones aledaños. Y más circos que nunca llegaron a nuestra Feria (Monumental, Berlín Zir-kus y Arriola), con 6.000 espectadores cada uno cómodamente sentados, y hasta el Teatro Chino nos dejan que se instale con sus «Megatonas girls» y otras «atracciones», incluidos sus teléfonos de contacto. Y arreglamos la Fuente de las Cuatro Estaciones de la Pasarela, y se hizo el 19 de abril –el 19 de abril para que todas se quedaran para la Feria– la presentación en sociedad de 60 muchachas de 11 países –entre ellas Geraldine Chaplin, la Baronesa Sonia van der Straten, Veronique d’Elissey, Diamante Lutling, Cristina Stagnetto, Regla Bourrellier, .... – en el gran Baile de Gala de la Casa de Pilatos, y vinieron a vernos la Begum Aga Kan, que paseó en coche por el Real con una duquesa de Alba en pleno apogeo de belleza y simpatía, y la Alta Dirección de la Aviación francesa, y Orson Welles, y la princesa Gabriela de Saboya, y la condesa de Pastrana, y todos los demás condes y duques de España, y los ministros de Industria, Vivienda y Turismo. Este último, Fraga, nos deleitó con misteriosos pensamientos sobre cómo «la radio era el mejor medio para defender a la patria» –¿defenderla de quién a la altura de 1964?–, y también dijo el bueno de Fraga «esta bella ciudad donde se goza, se ríe y se trabaja con fe» –y nosotros nos quedamos pensando qué tenían que ver el trabajo con la fe, o cómo se hacía eso de reírse con fe». Aunque la Maestranza estaba reticente, El Cordobés consiguió el aplauso de los 12.000 asistentes. Aunque la Maestranza estaba reticente, El Cordobés consiguió el aplauso de los 12.000 asistentes. Y triunfaron en la Maestranza Diego Puerta, Emilio Oliva y Jaime Ostos, de todos los cuales dice mi compañero Delavega «con una memorable faena» o «en una tarde triunfal» alternando, en días sucesivos con el Viti, Paco Camino, Manolo Vázquez, Curro Romero... Pero la revolución en el coso taurino se formó antes, el día de vísperas –ya la Feria dura 6 días de abril, los que sean, desde un martes a un domingo– cuando tuvimos que confesar nuestra incapacidad para describir las faenas del Cordobés y, sobre todo, para explicarlas: da seis pases circulares seguidos sin moverse lo más mínimo y sin forzar al toro ni ahogarlo con la muleta, ¿cómo se puede hacer eso?, y siguen otros 6 u 8 pases sin levantar los pies del suelo, sólo moviendo la cintura y la muñeca. ¿Qué explicación tiene eso?, continúa mi compañero Delavega, y lo asombroso es que él lo hace todas las veces que quiere: se queda quieto durante minutos delante de los pitones para dar un pase y, de pronto, muy lentamente, da una vuelta y el pase lo da por la espalda, ¿cómo se puede hacer eso?, repite: Pues no sé, mire Vd.: que se lo pregunten al Cordobés. Se nos dirá que no hace el clásico ‘parar, templar y mandar’, que su toreo no se ajusta a los moldes fundamentales; nosotros tenemos que contestar que se ajusta “a los moldes fundamentales del Cordobés” que son moldes con una personalidad propia, con una enorme personalidad. De los 12.000 espectadores que llenaban la plaza, a mil no les gustaba esa forma de torear pero con el sexto hasta esos mil aplaudieron, y gorras y sombreros y prendas en cantidad caían al albero como hacía mucho tiempo que no caían, y la Puerta del Príncipe, la memorable Puerta del Príncipe, se abrió para él. Y si El Cordobés ha sido la noticia este año en la Maestranza, un incendio, un pavoroso y desagraciado incendio ha estado a punto de dejarnos sin Feria porque cuando la fiesta estaba en sus inicios, a la una y cuarto de la tarde del primer día, martes, se produjo la alarma del fuego en la calle Infante Don Carlos por el lado más cercano a Diego de Riaño; al parecer fue en una cocina que linda con la caseta 117 donde comenzó el incendio extendiéndose hacia las 119 y 121 por un lado y, por el otro, y rapidísimamente, a la 113-115 corriendo el dueño de la 119, el marqués de Saltillo, a avisar a los bomberos, que están en la misma acera, los cuales llegaron al instante. Pero en ese momento se levantó una turbonada de aire que soplaba desde el Cid a la Enramadilla y expandió hacia todos los puntos cardinales trozos ardiendo de lonas y papeles haciendo que la Feria comenzara a arder casi por los cuatros costados simultáneamente. Del grupo de las casetas anteriores saltó el fuego en diagonal a la de la Cibeles e incluso a la de la Renfe, extendiéndose por detrás y continuando en dirección a la Caseta Municipal que se prendió por el techo y ardió toda inme-diatamente, teniendo el alcalde que salir corriendo a escape hacia la calle. De la Municipal saltó a las que la circundan quemándose la mayor parte de esa manzana y pasando, posteriormente, a la calle Infanta María Luisa y General Primo de Rivera (calle trasera del Pabellón de Portugal), en las que están las buñoleras, a las que no les ha pasado nada pero en donde sí ha ardido la del Machacante. La reconstrucción empezó el mismo mediodía: en algunas surgieron muestras del humor sevillano. / El Correo La reconstrucción empezó el mismo mediodía: en algunas surgieron muestras del humor sevillano. / El Correo Ante el cariz que tomaba el fuego el alcalde Hernández Díaz pidió ayuda a los equipos especializados del Aeropuerto de San Pablo, de la Base de Morón y de los Astilleros Elcano porque en unos momentos llegaron a contabilizarse, en unos 60 metros, 57 casetas ardiendo, pero, con el experto trabajo de los bomberos y la ayuda recibida, igual de rápida que su propagación fue la extinción del fuego, quedando de él sólo algunos rescoldos al cabo de, solamente, 1 hora y 20 minutos. E igualmente en seguida fueron asistidos los heridos en la Casa de Socorro del Prado, en la que fueron habilitados todos los botiquines y los despachos y a la que acudieron, en seguida, los doctores Castro Leal, Hermosilla y Aguilar, y los practicantes señores Monsalves, Leal Calderi, Mena, Lara Cuesta y Soriano: 25 heridos pasaron por sus manos, uno de ellos arrollado por la masa humana que huía del fuego, teniendo que lamentar, además, el fallecimiento de un guarda de 87 años, don José García Suárez, al que el Ayuntamiento le pagará los gastos del entierro y le cederá, a perpetuidad, una sepultura. Y al momento todos se pusieron a reparar lo dañado porque la Feria sigue y la fiesta, que no decaiga, y meritoria ha sido la labor de todos los feriantes y la de la Compañía Sevillana que, habiéndosele quemado el transformador que tenía junto a la caseta del Círculo Mercantil, hizo otras conexiones para dar fluido por todas las redes para que la noche fuera tan espléndida como siempre, y curiosa ha sido la caseta de los alemanes pues a su Consulado no se le ocurrió otra cosa que avisar a los de su nación por las radios locales para que a las 6 de la tarde estuvieran en la Feria para levantar, de nuevo, la caseta. Y allí estuvieron todos como un clavo (como un clavo alemán, por supuesto) y la levantaron en un periquete. Y levantadas que fueron todas, o casi todas, comenzó a surgir en sus puertas el fino humor sevillano: «la chamuscá», la del «primer premio de la cremá sevillana», «ardimos y por la noche resurgimos», «el ave fénix»... y la Feria se llenó esa noche y todos los demás días y todas las demás noches como nunca se había llenado, y de todas las regiones acudieron gentes no solo a disfrutar de nuestra internacional Feria sino a ver, sobre todo, las casetas «incendiadas» y a admirar que cuando nos pisan un zapato, sea Napoleón, una riada o el puro fuego en remolino, nadie puede con nosotros. Pero las fiestas de abril en Sevilla no acaban ahí, en la Feria: en la listeza de que siempre hicimos gala desde 1847 (llenar todo el mes, intentar juntar Semana Santa y Feria y hasta prolongar ésta con algo después –listeza que hemos perdido en los 2000 o, si montamos algo, es sin poner en ello todo el esfuerzo mediático que en estos tiempos es necesario–), pues en esa listeza este año hemos llenado el Casino de la Exposición y los Pabellones que quedan por esa zona de aquel 1929, así como los terrenos adyacentes, con la IV Feria de Muestras Iberoamericana mencionada al principio. Se trata realmente de una Muestra-Exposición que en esta edición ya se ha hecho adulta, organizada en perfecta colaboración de Gobierno central, Ayuntamiento, Diputación y las entidades más emblemáticas y comerciales de la ciudad, especialmente la Cámara de Comercio, Industria y Navegación. Las mejoras en ella este año no olvidan ese objetivo de que se queden aquí todo abril pero se vuelcan, sobre todo, en lo verdaderamente comercial de apertura de negocio y de ventas a toda América porque, no en vano, el Polo de Desarrollo que les mencionaba antes está abriendo, por un lado, en todos los empresarios (todavía no decimos esa tontería de emprendedores) la enorme ilusión de tomar contacto con las Repúblicas de allí y conquistarlas al estilo moderno, es decir, usando la economía y los movimientos de capitales, y por el lado de los trabajadores (eso sí, todavía a alguna jerarquía se le escapa esa tontería de llamarnos productores) todos vivimos con la ilusión de tener, no un trabajo, sino dos o tres –el plueriempleo– con el que pagar pronto el pisito de Pío XII y comprar ese Seíta que se abre hacia adelante de mis amores. Para eso, delegaciones y representaciones de todo el Nuevo continente se ha conseguido que vengan estos días agradecidos por lo cual (y/o para atraerlos) les deleitamos con una selecta Exposición de documentos en el Archivo de Indias con datos, mapas y anécdotas de la Historia de sus países, además de situarles estratégicamente en los días cercanos a la Feria el Día de las Américas al que vendrá nuestro ministro de Comercio, forzando así a que varios de sus homólogos de ese ramo o similares se presenten en Sevilla aumentando, con eso, las estancias, las ventas y la publicidad de nuestra ciudad al otro lado del Atlántico y hasta en Japón, de donde nos llegan noticias de que, para instalarse en alguno de nuestros polígonos industriales, hay varias empresas interesadas. Y les dije en las primeras líneas que una de las perspectivas es que ésta fuera la Feria de los XXVaños de Paz, fiesta nacional de aniversario de los vencedores que el agilísimo y listísimo Ministro de Información y Turismo Fraga está montando por toda España para recordar todas las cosillas que han hecho y evitar que se cumpla –que mañana les contaré si lo consiguieron– esa ley político-sociológica que dice que, en cualquier población, a todo desarrollo económico sigue inevitablemente una evolución hacia la democracia. Y ahí tenemos, cuando acaba la Feria, a todos los adictos al régimen haciendo cola en la Plaza de España para ver esa exposición que les ha montado Fraga que dice que en estos 25 años han hecho no sé cuántos bloques, han construido no sé cuántos barcos, etc, etc. Mañana se lo cuento. Les contaré otra Feria de estos años y, de camino, si Fraga y sus colegas tuvieron éxito.

  • 1