Hace menos de un mes, el ex presidente del Gobierno, Felipe González, dijo literalmente que "la justicia está hecha unos zorros por el ganao que hay dentro". Su frase no pasó de conquistar un puñado de titulares y ganarse la reprimenda de algunas asociaciones profesionales. Sin embargo, hace ahora 25 años, el entonces alcalde de Jerez de la Frontera (Cádiz), el andalucista Pedro Pacheco, estuvo a punto de ganarse una inhabilitación de seis años. Lo que dijo es ya un clásico en España, en la política y en la calle: "La gente dirá que la Justicia es un perfecto cachondeo, o hará otra lectura, que el rico es el que gana los pleitos". Como recordó ayer un reportaje de TVE , todo nació tras la sentencia de la Audiencia de Sevilla que, en abril de 1985, suspendió la orden de demolición de Pacheco contra el chalé del cantante Bertín Osborne en el término municipal de Jerez. La casa, Finca Santiago, estaba levantada en una zona rústica, no urbanizable, en la que ya se habían tirado ya otras 30 viviendas igualmente ilegales, pertenecientes a familias de clase media o baja. El enfado de Pacheco provenía de lo que consideraba una "injusticia" y una "doble vara de medir" de un famoso respecto al resto de los vecinos de Jerez, y porque temía que el auto se entendiera como que el Consistorio que regía era "blando" con los "poderosos".
Sus palabras fueron consideradas desacato y por eso fue condenado a seis años de inhabilitación. Tras conocerse el fallo, los jerezanos se echaron a la calle en defensa de su regidor, en días continuados de protestas que aún hoy suponen las mayores manifestaciones de la historia en la ciudad gaditana (superiores a las de la autonomía, el Estatuto o las marchas contra el terrorismo). Pacheco, con ese respaldo, no calló, y exigió su absolución, insistiendo en que la sentencia favorable a Osborne "estaba ya dictada a priori". "Era el drama de la gente pobre, mientras al otro le paralizaban el derribo. Se han reformado muchas cosas, hasta el Ejército, pero no sé por qué no se acomete la última reforma que nos queda, que es la de la Justicia", lenta, poco clara y con carencias según el 64% de los andaluces (son datos del Centro de Investigaciones Sociológicas).
La lucha de Pacheco acabó en triunfo, ya que en 1988 el Tribunal Supremo le dio la razón y dictó una sentencia absolutoria. Él logró mantener su carrera política y la parte irregular de la casa de Bertín Osborne fue finalmente demolida diez años después de que se interpusiera la denuncia. En el reportaje, Pacheco sostiene que está orgulloso de haber sido "el primer cargo público que dijo lo que pensaba de los jueces". Ahora, jubilado, dice incluso que piensa en volver.
