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A dieciseisavos como segundo (1-0)

Un gol de Denis Suárez dio la victoria a los de Emery, pero el Feyenoord ganó en Lieja

el 11 dic 2014 / 23:03 h.

Sevilla FC - HNK Rijeka. / Foto: Manuel Gómez Denis Suárez celebra su gol ante el Rijeka. Foto: Manuel Gómez. Una muy buena primera parte, repleta de presión, movilidad y ganas, le ha bastado al Sevilla para doblegar esta noche al Rijeka en el último partido de la liguilla. La victoria, basada en un solitario gol de Denis, permite a los de Emery la clasificación para los dieciseisavos de final de la Europa League, aunque lo hace como segundo de grupo, después de que el Feyenoord haya ganado en Lieja con comodidad (0-3). El Sevilla ha cumplido con su cometido de esta noche mejorando el nivel exhibido en Vallecas. A pesar de que Pareja dejó solo a Vitolo al minuto de juego con un acertado pelotazo, destacó la movilidad y el dinamismo de todo el equipo, pero especialmente del canario, quien con asiduidad abandonaba la banda derecha para inventar con Reyes por el centro. Y así llegó el único gol del encuentro. Vitolo combinó por enésima vez con el utrerano y éste, libre de marca, arrancó hacia el área hasta encontrar a Denis, que regateó y se plantó solo ante Vargic gracias al pasillo abierto por el desmarque de Bacca. El gallego golpeó con la izquierda y puso el partido donde quería el Sevilla, que se encontraba cómodo y jugaba mucho por el suelo, todo lo contrario que en Vallecas. Ya antes, el conjunto de Unai había avisado de que por dentro podía encontrar mucho fútbol, pero Denis no aprovechó el pase de Bacca. Con una presión bien orquestada y agresiva, la tranquilidad de Mbia y Banega era la mejor noticia. El camerunés sabía que hoy no podía perder la posición y el argentino robó, corrió y estuvo acertado en casi todas sus decisiones con el balón en los pies. Gran noticia. El Rijeka, que apenas se acercaba al área de Beto, sufría pasa traspasar el mediocampo, donde perdía casi siempre el esférico. Mientras tuvieran abortado cualquier intentona de los croatas para conectar con Kramaric, el partido no peligraba para los de Emery. De hecho, sólo Jajalo inquieto a Beto con un tiro desde la frontal sin apenas peligro. El Sevilla no aflojó y pudo ampliar la ventaja en otra llegada al área de Reyes, que esta vez decidió tirar (muy blandito) y en un pase de Navarro que Mitrovic impidió acertadamente que Bacca rematara a gol. El descanso cambió la tónica del partido, al menos en sus primeros minutos. La tremenda superioridad del Sevilla sólo se había visto traducida en el marcador con un gol. Y en esas asustó el Rijeka: Tomecak se deshizo de Coke y su pase atrás en el área lo envió fuera Jajalo con todo a favor. Kek había adelantado las líneas de su equipo, al que sólo le valía ganar en Nervión. Y volvió a apretar el cuadro croata, esta vez con dos disparos de Kvrzic y Kramaric que atajó Beto. Alguien había vuelto a desenchufar la máquina y Emery se vio obligado a actuar metiendo a Carriço junto a Mbia y Banega y sacrificando a Denis. También entró Gameiro, en busca de espacios a los que Bacca ya no podía aspirar. SEVILLA FC 14-15 Banega trata de marcharse de un jugador croata. Foto: Manuel Gómez. El Sevilla recuperó el pulso y volvió a agarrar el balón, aunque ya no presionaba como en la primera parte y jugaba con el resultado (también el de Lieja, donde el Feyenoord ganaba). El brillo despareció y el cansancio obligó a buscar el oficio para frenar al Rijeka, por lo que la grada protestó. Reyes ya no las veía tan claras, Gameiro no combinaba tanto como Bacca y Vitolo se fue apagando poco a poco. Volvió a asustar el conjunto de Kek, pero ni en un dos contra uno ante Pareja logró marcar. Tampoco Gameiro, que se topó con Vragic (sí la coló en otra ocasión, pero era fuera de juego), ni Mbia, que lanzó al larguero. Pese a las dudas, la mayor calidad sevillista sirvió para controlar el choque y esperar la finalización del mismo ya con la mente puesta en la visita del Eibar el domingo y en el sorteo del lunes, en el que el vigente campeón probablemente se retará con un equipo de enjundia. Es lo que tiene no haber ganado ninguno de los tres partidos fuera de casa en la liguilla.

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