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Adiós con la cabeza alta

el 24 may 2010 / 20:47 h.

Al cabo de tres partidos, da para pensar que el sueño de alcanzar las semifinales pasando por encima del Real Madrid no era utopía. Es la última conquista de este Cajasol de Joan Plaza que en tiempo récord ha recuperado los valores más añorados de las mejores épocas del club, que ahora afronta el paso, seguro más trascendente, de apuntalar el proyecto para mantener el status. Despidió la temporada con fe ciega en sus argumentos, pocos pero determinantes, con ideas claras y dando el máximo. A partir de ahí, la hazaña dependía de la excelencia en lo que sabe hacer bien, y los azules estuvieron lejos de esos niveles de prestación ante un rival menos despistado que en el primer partido en el mismo lugar.

El Cajasol logró aplicar sus esquemas en el primer cuarto, todo lo contrario en el segundo round, donde más allá de la diferencia del marcador, quedó claro el feeling de cada escuadra. Y si el panorama se tiñó al descanso de blanco fue por el desequilibrio que logró el Madrid en el rebote ofensivo, con 9 capturas que se convirtieron en 11 puntos, de tal forma que todo lo que ganaba el conjunto de Plaza jugando al límite de las posesiones para bajar las pulsaciones al partido, lo perdía por su debilidad en el rebote bajo canasta propia. Un agujero que los locales no sólo abrieron con su potencial físico, también con una dosis superior de deseo, como reflejaba también la comparación del número de balones recuperados (8-3). Desde esa catapulta, el Madrid se asentó y consiguió repartir cartas tanto para sus hombres interiores como para los hombres abiertos. Porque los locales gozaron de 18 tiros de campo más hasta el descanso que el Caja, y claro, con el talento de los Bullock, Garbajosa (los cuatro triples del Madrid entre ambos) y compañía era obvio que el partido iba a romperse con esos ingredientes (41-29), que incluía las dificultades de los sevillanos para anotar. Para remate, su baluarte ofensivo, Dusko Savanovic, que comenzó estelar, con 7 puntos de los diez del Caja (6-10), no volvió a encestar más hasta después del descanso.

La lógica apuntaba a un desfile blanco hasta el final del partido, pero la lógica también hubiese dicho a principios de temporada que este Cajasol no tendría protagonismo en la Liga. Y se empeñó en ganar sitio y respeto otra vez a base de orgullo y también de buen baloncesto. En el momento en que el Madrid se relajó un ápice, ahí estaba otra vez el equipo de Plaza. Tyrone Ellis, que hasta este partido había discurrido de forma gris por el play off, enchufó dos triples y un total de 8 puntos consecutivos dentro de un parcial que Savanovic redondeó (0-12) para igualar de nuevo el marcador (41-41).

Cabía la posibilidad de que al Madrid le entrasen dudas después de acumular 5:40 sin meter una sola canasta ante la defensa zonal ya permanente del Caja. Pero el quinto triple de Ellis, de cinco intentos (46-44), dio paso a un apagón más exagerado de lo normal en ataque, mientras un triple de Garbajosa sobre la bocina (14 puntos) dio de nuevo las riendas a los de Messina (51-44).Sin coger rebotes en ataque, sin anotar en la pintura, con dificultad máxima para anotar en general, sin el oxígeno de alguna transición rápida, el Madrid, sin agobios, fue tirando con un poquito de aquí y otro de allá hasta devolver el parcial de 12-0 y vivir tranquilo, a sabiendas que también aparecería Sergio Llull para poner la rúbrica. Dos triples desde la esquina y punto final (64-54, m.37). Todavía el Caja hizo seis puntos más sabiéndose perdido. La gran conquista no es haber jugado la Copa y los play offs después de 10 años, es haberlo hecho recuperando los valores y el respeto, pilares que van más allá de una temporada. 

- Ficha técnica:
67 - Real Madrid (19+22+10+16): Tomic (2), Prigioni (4), Reyes (8), Velickovic (12), Llull (12) -equipo inicial-, Lavrinovic (9), Garbajosa (14), Jaric y Bullock (6).

60 - Cajasol (14+15+15+16): Triguero (4), Ellis (17), Calloway (8), Savanovic (15), Kirksay (2) -equipo inicial-, Douglas (4), Satoransky (2), Miso (6), Radenovic (2) y Rey.

Árbitros: Xavier Amorós, Juan C. García y Vicente Bultó. Sin eliminados.
Incidencias: Tercer partido de los cuartos de final de la Liga ACB disputado en el Palacio Vistalegre ante 6.300 espectadores.

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