El Paraíso ha llegado a la ciudad, y abre sus puertas en el Estadio Olímpico. A las 22.00 horas dará comienzo uno de los conciertos más esperados de este años. Y es que la marca Alejandro Sanz, en Sevilla, nunca defrauda.
Para las más de 20.000 personas que asistirán esta noche al recinto de la Cartuja, el Ayuntamiento ha preparado un dispositivo especial de transporte público. Así, se reforzarán las líneas C1 y C2 y se alargará su horario para que al concluir el espectáculo pueda recoger a los miles de espectadores, en la calle Juan Bautista Muñoz, en la Puerta Sur.
Con Paraíso Express el cantante de origen gaditano vuelve a reencontrarse con su público. El escenario de la Cartuja tiene capacidad albergar a más de 20.000 personas, para recibir al autor de Corazón partío, una cifra más que discreta habida cuenta de los números que manejan otras grandes citas internacionales que se avecinan, como es el caso de AC/DC.
Los rockeros, que han disparado las ventas de entradas en los últimos días, han obligado a los gestores del Olímpico a disponer, como punto de partida, el aforo máximo del recinto, cifrado en 60.000 personas.
Sea como fuere, Alejandro Sanz es una apuesta segura. El cantante arrancó el día 1 de mayo en la Plaza de Toros de los Califas, en Córdoba una gira que le ha llevado y llevará por 26 ciudades españolas y 12 norteamericanas -en total, 42 conciertos-, para encarar de nuevo Latinoamérica entre octubre y diciembre.
El montaje incluirá tres pantallas de lámparas LED a modo de mallas, que se superpondrán alrededor del cantante y darán "una sensación tridimensional, de manera que se puede simular movimientos o dar la sensación de que llueve", según la descripción del propio cantante. En total, habrá más de 140 metros cuadrados de pantallas hiperligeras.
Ayer, a pesar de la lluvia, ya guardaban cola a las puertas del Olímpico las primeras fans, ansiosas por acceder al Estadio. Afortunadamente para ellas, las temperaturas de hoy no se esperan demasiado elevadas, aunque existe la posibilidad de chubascos. Esperemos que no sea como para que se agüe la fiesta.
