Manifestación de la Politécnica. Foto: El Correo
Veinte años dan para mucho. O no. En el caso de la Escuela Politécnica Superior más bien para lo segundo. Veinte años es el tiempo que el centro de la Universidad de Sevilla viene reclamando una nueva sede que responda a las necesidades de este tipo de enseñanza, con un componente práctico de peso. Profesores, estudiantes y administrativos creyeron ver cumplido su sueño cuando la Universidad falló en 2011 el concurso de ideas por el cual la Politécnica se mudaba a los Bermejales, al solar en el que iba a ir la mezquita.
Y, hoy, cuatro años después, la situación no ha variado. Cansados de esperar y aprovechando que en los próximos días de campaña electoral se va a escuchar mucho la apuesta de todos los partidos por una educación de calidad, estudiantes, profesores, PAS y decanato leyeron ayer un manifiesto a las puertas de la facultad para exigir esas soluciones prometidas hace 20 años.
«Pedimos a la Junta de Andalucía que nos tome la palabra y reactive un plan de inversiones dejando de poner problemas y empezando a aportar soluciones», reza el manifiesto. La Politécnica señala directamente a la Junta porque es ella la que puede acometer esta inversión (cifraba en torno a 30 millones de euros). Pero el plan de inversiones de la Junta está en punto muerto desde hace ya tres años y la Universidad no dispone de fondos propios con los que sufragar este macro proyecto. Lejos quedan ya aquellos años de primeras piedras en la Hispalense.
El Rectorado se suma a la denuncia de la Politécnica y entiende que la situación es insostenible. Si no hay dinero para afrontar la construcción de un nuevo edificio, ¿qué margen de maniobra queda? A juicio del Gobierno de la Universidad sólo hacer mejoras en la actual ubicación, Los Remedios, y teniendo muy presente que no se puede levantar allí ni un metro cuadrado más. Para estas mejoras sí hay partida presupuestaria en las cuentas de 2015, concretamente 1,7 millones de euros. Dicho esto, la Universidad recuerda: la apuesta primera es la construcción de un nuevo centro. Mientras las administraciones se ponen de acuerdo, estudiantes, profesores y PAS de la Politécnica denuncian sus condiciones diarias: clases masificadas, aulas habilitadas en el hall de entrada cuyo única pared es una mampara, despachos con tres mesas y tres ordenadores para doce profesores...
La Politécnica recordó ayer que lleva dos décadas reclamando una nueva y digna ubicación y dejó claro que el manifiesto no es más que el punto de partida de una campaña con la que conseguir, ahora sí, su objetivo.
