Arsenio Moreno ha pasado a novela lo que nación como teatro. / Carlos Hernández
No es lo habitual, pero así fue como surgió. Primero la obra de teatro, ahora el libro. Roldana (Ediciones En Huida), de Arsenio Moreno (Úbeda, 1953) ve la luz sólo unos meses después de que la compañía La Tarasca llevase al Lope de Vega la primavera pasada La soledad (de La Roldana). «El director teatral Ramón Bocanegra conoció el original y rápidamente me propuso llevarlo al escenario; pero ahora es cuando se ha editado la novela», dice su autor, que el martes la presentó en la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla.
Moreno, especialista en el estudio de la pintura barroca andaluza, se fijó en esta ocasión en la histórica escultora. «Porque a mí lo que más me atraía de La Roldana (1652-1706) era el personaje, lo que sabía de ella y lo que podíamos intuir de Luisa Roldán», apunta. «Sobre su figura se ha trabajado muy poco; pero a mí me pareció desde el principio un excepcional personaje de novela», explica. Con ella ha creado una narración «no exactamente concordante con su biografía pero que permite acercarnos a los avatares que padeció y al mundo de contradicciones que le tocó vivir».
El escritor habla de «ficción controlada» a la hora de referirse al género de una novela en la que se ha permitido «pocas libertades» porque, ante todo, ha buscado «ser creíbles y verosímil». Por esta razón también ha cuidado con especial celo el lenguaje: «Yo no puedo escribir como un ciudadano del siglo XVII, pero tampoco puedo utilizar un lenguaje característico del siglo XXI (...) He leído historias de ficción en las que mandaban a La Roldana a San Petersburgo para enfrentarse a una trama de espionaje. Son cosas que no se sostienen».
«Contamos con algunos documentos literarios escritos por La Roldana pero aún más importante ha sido el poder contar con el lenguaje de su obra, que nos da muchísimas pistas sobre su carácter y su trayectoria», asegura Arsenio Moreno, quien considera que el personaje es «enormemente cinematográfico», como también lo es el «ritmo» de su texto. Sin embargo, nada ha tenido que ver el autor con los múltiples intentos de llevar su biografía a la pantalla grande, un deseo que ya expresó la actriz Paz Vega en el año 2005.
«Cuando me propusieron la posibilidad de llevarla al teatro me pareció muy complicado porque esta es una novela intimista, escrita en primera persona». Bocanegra, director de La Tarasca, «tuvo que recurrir a métodos de dramatización que no se me hubieran pasado por la imaginación, como multiplicar por tres al personaje para llevarlo a la escena», rememora el escritor.
Fascinado por la creadora, Moreno recuerda que llegó a ser «la primera y última mujer escultora de cámara; una persona muy rebelde que se casó sin tener el consentimiento familiar y que tuvo que cargar con el peso de la familia, padeciendo la muerte de parte de ella, y soportando la permanente tutela del marido». «En la España de finales del siglo XVII la mujer tenía que ser forzosamente invisible, sin embargo La Roldana fue la primera mujer española que recibió el nombramiento de miembro de la Academia de los Virtuosos de San Lucas de Roma. La distinción le llegó dos días antes de morir, y la compartió con personalidades del nivel de Velázquez, que también la ostentaba», explica el autor de Roldana.
En el futuro, y tras haber removido una historia que llevaba siglos considerablemente oculta, a Moreno le gustaría que se pusiera «más en valor su carácter precursor». «Yo no hablaría tanto de feminismo porque es un concepto inexistente en su tiempo, pero sí de una mujer que asumió su rol y se rebeló contra él y contra todas las limitaciones sociales que le vinieron impuestas», termina diciendo el escritor de una novela que, desde esta semana, ya está en las librerías.
