Cofradías

Asenjo quiere llenar los balcones de colgaduras del Niño Dios

El arzobispo de Sevilla ha encargado a los miembros del Consejo de Cofradías que realicen una compra masiva de colgaduras con la imagen del Niño Jesús y el lema ‘Dios ha nacido’ para distribuirlas entre las hermandades.

el 27 dic 2014 / 10:00 h.

600_dios_ha_naaacidoEl arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, quiere hacer más presente la imagen del Niño Jesús en las calles de Sevilla para hacer resplandecer en estas fechas al verdadero protagonista de la Navidad. Para ello, el prelado sevillano ha encargado a los miembros del Consejo de Cofradías –órgano representativo de las hermandades- que realicen una compra masiva de colgaduras con la imagen del Niño Jesús y el lema ‘Dios ha nacido’ para distribuirlas entre las hermandades y llenar los balcones de Sevilla de la estampa del Niño Dios. Fue en la mañana del pasado día de Nochebuena durante la habitual recepción del arzobispo de Sevilla y del obispo auxiliar a los movimientos, asociaciones, comunidades y hermandades de la Archidiócesis con motivo de la celebración de la Navidad. Llegado el turno de los miembros del Consejo de Cofradías, Asenjo los instó a realizar una compra masiva de colgaduras con la imagen del Niño Jesús y el lema ‘Dios ha nacido’ para inundar todos los balcones de Sevilla. El arzobispo tiene la impresión de que entre tanta lucecita municipal sin motivos religiosos, tanto mapping, tanta comida y tanto regalo se está secuestrando el verdadero sentido de la Navidad, de ahí que le haya encargado  a las hermandades, «antídoto de la secularización», llenar la ciudad de colgaduras con la estampa del Divino Infante. Tomás Vega, el hombre de los números en el Consejo, ya se ha puesto manos a la obra. Se trataría de buscar algún patrocinador para financiar una producción masiva de estas colgaduras. En una entrevista publicada en la web de la Archidiócesis, realizada con motivo de la llegada de la Nochebuena, el arzobispo instó a todos los diocesanos a vivir «con autenticidad» estas fiestas, «unas Navidades austeras, que vayan al hondón del misterio que en estos días celebramos, que no se cifra en las figuritas del Belén, aunque sean muy importantes desde el punto de vista pedagógico para los niños, ni en las lucecitas con que nuestras autoridades municipales adornan las calles. Se cifra sobre todo  en la conciencia pura y en el corazón bueno. Eso es vivir verdaderamente las Navidades».  

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