Veraneando

Baelo Claudia acoge la necrópolis de los Algarbes

A través de esta muestra se podrán conocer las costumbres y las creencias o prácticas religiosas, y observar la riqueza de los sepulcros prehistóricos.

el 25 ago 2014 / 11:37 h.

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Necrópolis de Los Algarbes. Foto: El Correo Necrópolis de Los Algarbes. Foto: El CorreoPara presentar los recientes descubrimientos realizados en la necrópolis prehistórica de Los Algarbes se ha organizado una exposición temporal donde los investigadores de la Universidad de Cádiz, responsables de estas excavaciones, en colaboración con el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, recogen los resultados de dichos descubrimientos. El horario de visitas es hasta el próximo 15 de septiembre, de martes a domingo, entre las 10 y las 17 horas. La necrópolis prehistórica de Los Algarbes se localiza en un afloramiento rocoso de calcarenitas relacionadas con una de las estribaciones de la colina de Paloma Alta a unos 120 metros sobre el nivel del mar, junto a la ensenada de Valdevaqueros, en la orilla derecha del río del Valle. Esta necrópolis fue objeto de distintas campañas de excavaciones arqueológicas entre 1967 y 1972. Las fechas tan tempranas de estas excavaciones y el estado de conservación de las mismas, impidieron contar con técnicas analíticas que facilitaran una reconstrucción del complicado mundo simbólico e ideológico de la necrópolis de Los Algarbes. Posteriormente, durante la década de los noventa, se realizó una intervención de limpieza y excavación, permitiendo, por una lado, ampliar el horizonte cultural de la necrópolis hasta finales del III milenio a. C.; mientras que por otro, delimitar física y espacialmente el yacimiento. Igualmente, esta necrópolis prehistórica cuenta con trabajos que la contextualizan histórica de la Península Ibérica. Este sitio ha permitido la excavación de un total de diez estructuras funerarias, aunque se han documentado otras tantas. Éstas se pueden diferenciar en varios grupos atendiendo a sus características arquitectónicas. Tumbas y ajuares determinan, en primer lugar, que los fenicios y púnicos trataban de instalar a sus difuntos de una forma cómoda y bajo protección. Las tumbas fueron ubicadas como norma general en el subsuelo, para ser protegidas en primer lugar de su destrucción, para aislar a los difuntos y para preservarlos de cualquier violación. Era habitual que las necrópolis se encontrasen alejadas del núcleo urbano y con un curso de agua por medio o se encontrase, como en Rachgoun (Argelia) o Tarifa, en islotes cercanos a la costa. Hemos de tener presente que dentro de la ritualidad funeraria fenicia y púnica se advierte cierto miedo a los muertos. De ahí que, al considerar el agua un elemento purificador, coloquen a la ciudad de los muertos al otro lado de un curso de agua y a una distancia prudencial de la ciudad de los vivos. Los ritos dedicados a la resurrección y a la inmortalidad fueron constantes en el mundo púnico y fenicio.

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