Aunque se quede a las puertas de los octavos de final, se puede decir que la participación de Baloncesto Sevilla en esta Eurocup ha sido positiva. Porque le ha permitido tomar impulso para la liga, y en los peores momentos, inmerso en rachas de muchos partidos perdidos, las victorias que iba logrando en este torneo le sirvieron de desahogo y de punto de apoyo para no acabar de forma absoluta con la confianza.
El único momento destacable con Scott Roth partió de un triunfo en Europa ante la Virtus de Roma en San Pablo, en la primera fase, en una semana que culminó con una excelente victoria ante el FC Barcelona también en la pista de la Avenida de Kansas City. Y la racha actual de cuatro triunfos seguidos, la mejor de la temporada, arrancó en un no menos inesperado gran rendimiento del equipo, dirigido por Javier Carrasco, ante uno de los mejores equipos de la competición, el Lietuvos Rytas, en una serie que también ayudó a engrosar, ya con Luis Casimiro en la dirección técnica, el éxito en Bélgica ante el Ostende.
Han sido cuatro victorias ante equipos más que respetables, como el que se cruza esta tarde, para la despedida europea que sirve de punto de enlace hacia otro gran compromiso el sábado ante el Bilbao Basket, tercer clasificado de la Liga Endesa. Es un partido sin nada en juego, sin necesidades, y por tanto, de preparación para los objetivos siguientes. Porque el conjunto polaco, que se incorporó a la Eurocup en este Last 32, procedente de la Euroliga, ya tiene plaza en octavos de final desde la jornada anterior a esta, cuando logró una victoria muy en su estilo (104-93), con su pívot estrella, el polaco Damian Kulig, reafirmándose como una de las revelaciones de la temporada en el Viejo Continente, tras la elección de MVP de la jornada con 38 de valoración. Kulig fue el máximo anotador del partido disputado en la primera vuelta ante los sevillanos en Zgorzelec (87-84), donde aportó 19 puntos y 7 rebotes. Otros cuatro jugadores del técnico serbio Miodrag Rajkovic acabaron en dobles figuras de anotació, entre ellos el alero estadounidense Mardy Collins, exjugador de Olympiacos, y que promedia 19,3 puntos por partido. Ante Ostende, en este Last 32, sumó 28 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias, para 40 de valoración. En definitiva, otro rival fiero aunque hoy sin la presión del resultado.
