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Barenboim se queda sin su Diván

el 13 jun 2012 / 20:46 h.

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Imagen de archivo de Daniel Barenboim en Pilas.
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Lo que no consiguieron las críticas de la oposición ni de numerosas entidades culturales durante ocho años lo ha logrado la crisis económica. La Junta de Andalucía ha metido la tijera a la Fundación Barenboim-Said , hasta ahora una de las intocables joyas de la corona que, ante los recortes que se le avecinan ha decidido suspender el West-Eastern Divan, su actividad estrella.

Esta loable -y costosa- iniciativa reunía cada verano en la Residencia Lantana de Pilas a jóvenes árabes e israelíes con el objetivo de acercar estos pueblos en conflicto a través de la música. Pero son malos tiempos para la lírica y, ante la obligación de ahorrar por ley, este año no habrá taller, sólo la tradicional gira que únicamente dará un concierto en España, el de Sevilla del 18 de julio .

Los músicos serán los mismos que en 2011 y el repertorio repetido, lo que hace innecesarios los ensayos en Pilas. Así, la convivencia entre los jóvenes judíos y palestinos se limitará al tour que los llevará durante un mes por 13 ciudades, 12 menos que el pasado año.

El Taller del Diván nació por impulso de Daniel Barenboim y del pensador Edward Said en 1999, si bien en 2004 estableció su sede permanente en Andalucía, gracias a la pertinaz invitación de la Junta, que para conseguirlo constituyó una fundación que ha venido contando desde su origen con un presupuesto anual de unos tres millones de euros, que en sus primeros años fueron sufragados íntegramente por la administración autonómica, que poco a poco ha ido reduciendo su aportación.

Estas cantidades han generado a lo largo de estos años críticas de orquestas e instituciones que desarrollan su labor en Andalucía todo el año y que censuraban que se dieran semejantes cantidades a una organización de fines encomiables, pero con poca repercusión en la comunidad.

La Junta siempre capeó estos ataques y mantuvo su respaldo económico. Hasta ahora. Este año los presupuestos generales preveían destinar 1,9 millones a la fundación, unos 100.000 euros menos que en 2011.

Sin embargo, esta cantidad va a sufrir "un recorte significativo", dentro de los ajustes del Gobierno andaluz para cumplir con el déficit, según explica su directora gerente, Muriel Paez, que no puede desvelar aún el tajo exacto. "Nos ha parecido que la mejor forma de reducir costes era suprimir coyunturalmente el taller", expuso.

Pero cancelar la actividad más visible de esta fundación en Andalucía puede provocar que algunos vuelvan a plantearse si la Junta debe sostener a una entidad cuya principal aportación a esta tierra será un único concierto en Sevilla.

A juicio de Paez, esta argumentación es errónea, ya que el resto de la gira no se paga con dinero andaluz y aunque "el Divan es el proyecto más mediático", la fundación mantiene también en Andalucía la Academia de Estudios Orquestales, un programa musical en guarderías y un proyecto de cooperación en Palestina. "De los 5.200 beneficiarios de nuestras actividades en 2011, un 83% son andaluces", subraya.

Pese a todo, es innegable que cuando la Junta invitó a Barenboim a instalar aquí su proyecto, lo hizo por el Diván, iniciativa que costó el pasado año 450.000 euros, de los que 363.000 procedían de la subvención de Presidencia. Suprimirlo desvirtúa el proyecto y, aunque se anuncia como coyuntural, lo cierto es que los recortes no serán cosa de un año, por lo que su futuro en Sevilla es incierto. Páez reconoce que hay ofertas de otros países para acogerlo,  si bien Barenboim siempre quiso que se mantenga aquí.

En cualquier caso, y una vez que se conozca el recorte definitivo que se asesta a la fundación, habrá que valorar cuánto cuesta y qué puede aportar en el futuro a Andalucía una institución que ni en tiempos de bonanza ni de crisis logra abandonar el terreno de la polémica.

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