Jóvenes al día

Bicicletas solidarias para los más necesitados

Esta iniciativa tiene como objetivo ayudar a personas sin recursos que viven en Córdoba facilitándoles un medio de transporte ecológico con el que desplazarse.

el 22 nov 2014 / 08:00 h.

bin_33227026_con_16431443La iniciativa Bicis Solidarias es un movimiento de personas comprometidas con la ayuda a los demás, la promoción del medio ambiente y el fomento del uso de la bicicleta. Viene funcionando desde noviembre de 2011 en Córdoba, cuando surge la necesidad de ayudar a un padre de familia sin recursos que precisaba un biciclo para ir a trabajar de un extremo a otro de la ciudad. Ana Belén Rodríguez es una de las personas que colaboró en la puesta en marcha de este movimiento. Comenta que surgió casi de forma espontánea: «La bici estaba en el huerto que frecuentamos, nos la habían cedido por si alguien la necesitaba, así que nos decidimos a repararla para dársela a este señor». Las bicicletas no se ceden a la primera persona que pasa a recogerlas, normalmente atienden a peticiones a través de su registro en un listado y posteriormente concertan una entrevista en la que el interesado acude al taller de bicis y explica para qué necesita el vehículo: «Valoramos la necesidad de la persona y las vamos administrando en función de las donaciones que nos hagan. Hay que tener además mucho cuidado con el pillaje, ya que alguna vez hemos intuido que más que necesitarla, querían revenderla después». Ana Belén explica que normalmente no suele haber problemas, los beneficiarios de las bicicletas se implican con la iniciativa y pasan a formar parte de la comunidad de amigos del Huerto Fuensanta –lugar donde se ubica el taller– colaborando con el resto de actividades que allí se realizan. También es muy importante concienciar a las personas que tienen bicicletas en casa y no las usan para que las cedan y sean donadas a personas que realmente las necesitan. Destacan la importancia de no tirar estos vehículos por muy deteriorados que estén, ya que de ellos se pueden aprovechar piezas como pedales, frenos, neumáticos, etc. «Algunas de las bicis que nos donan están muy bien, pero otras necesitan muchos arreglos; a pesar de todo siempre sacamos utilidad a lo que nos dan», indica. Ana Belén cuenta que antes de entregar la bici a los beneficiarios, se les explica el mantenimiento que debe tener y se les advierte sobre las posibles averías que pueden plantear, ya que no son bicicletas nuevas: «Normalmente, cuando las entregamos funcionan, pero al ser usadas, con el tiempo, pueden plantear algún problema». Resalta también la importancia de enseñar a hacer ellos mismos los arreglos básicos como pinchazos, lo que puede permitir ahorrar un dinero. La persona que se favorece de la bicicleta paga normalmente los recambios que hayan sido necesarios para su reparación. También aceptan donaciones de piezas y herramientas para que la reparación o puesta a punto sea más llevadera, ya que Bicicletas Solidarias es una iniciativa que funciona sin recursos. Las personas a las que ayudan tienen un perfil muy variado: estudiantes que provienen de otros lugares, personas necesitadas, inmigrantes, personas afectadas por la crisis, en paro, personas mayores, incluso personas que se dedican a recoger chatarra y utilizan la bici como vehículo. Detrás de esta acción solidaria, hay un gesto socializador a cambio: el beneficiario de una de estas bicis se compromete de forma simbólica a que cuando deje de darle uso, la devuelva para que pueda ser utilizada por otra persona. También se pide colaboración con el huerto y las actividades que realizan en él: «Después de prestar la primera bici la gente empezó a conocer el movimiento y empezó a prestar ayuda. Muchos estudiantes erasmus ayudan con clases de inglés, se llevan cabo talleres de yoga, danza africana o escritura. También se hacen picnics veganos con ayuda de otros voluntarios que se ofrecen para cocinar. Siempre animamos a los beneficiarios de las bicis a sumarse al movimiento de cadena de favores, si existe un compromiso y vuelve, ves que esa persona no se ha llevado la bicicleta por interés». La iniciativa se empieza a consolidar en Córdoba, y prueba de ello es que hay tiendas de repuestos que ofrecen descuentos a la hora de comprar alguna pieza por el hecho de pertenecer a Bicis Solidarias. Ana Belén revela que a ellos mismos también les interesa hacerlo porque de esa manera se promociona el uso de la bicicleta y la movilidad en bici, beneficiando a su negocio y ofreciendo alternativas al uso del coche con la consecuente reducción de la contaminación. «La satisfacción de poder ayudar a la gente es lo que más nos aporta personalmente, ver a gente que está mal y puede mejorar gracias a ti. Debería haber existido antes y de ese modo mucha más gente hubiera sido ayudada», declara Ana Belén. Sus planes de futuro pasan por extender el movimiento a otras ciudades de Andalucía como Sevilla y Málaga, pero también al resto de España. Por último, piden que el depósito municipal de Córdoba les ceda las bicicletas que les llegan para que ellos puedan aprovecharlas, en vez de ser destruidas.

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