Buscan a un jubilado enfermo de parkinson desaparecido hace una semana

El hombre, limpiabotas de profesión, pudo haberse extraviado buscando ramas de acebuche en Dos Hermanas

15566712Los carteles que la familia ha colocado a la desesperada por media Sevilla con un llamamiento urgente a quien pueda echar una mano son, de momento, la única esperanza de encontrar a Enrique Salazar de la Cruz, de 62 años; un vecino de Dos Hermanas con parkinson avanzado que lleva desaparecido desde el sábado de la semana pasada, cuando se le vio por última vez en el bar La Parada. Aferrados a esos teléfonos donde aún confían en recibir la llamada que les dé la buena noticia, el 611 396744 y el 666 093472, los sobrinos de este limpiabotas jubilado mostraban ayer tarde su desolación y pedían más ayuda policial. «Supuestamente, lo vieron por el bar La Parada con idea de ir en dirección a Montequinto. Él va mucho a andar por ahí para coger ramas de acebuche, que luego usa para hacer bastones. Le gusta a él. Es una afición que a veces tiene», comentaba muy afectado Jacinto Vázquez, uno de sus sobrinos, en respuesta a la llamada de este periódico. «Mi tío está jubilado pero a veces, cuando le apetece tomarse una copita de más, se va a Sevilla a limpiar un par de zapatos por el centro. Se va en tren, siempre va en tren, y con eso echa el día y saca para cuatro vinos». Enrique mantiene una vida sencilla y generosa: su pequeña paguita se la da íntegra a su hija y el piso se lo tiene dejado también a un hijo, y él va y viene entre éste, en Dos Hermanas, y la casa de su hermana, en Sevilla. La sensación de desconsuelo entre los familiares de Enrique Salazar era ayer impactante. Por lo que contaban sus sobrinos, encargados de atender las llamadas que puedan ir surgiendo y que de momento no han arrojado ninguna luz sobre el caso, el grueso de la investigación lo están haciendo ellos junto con voluntarios que se han prestado a echar una mano, como agrupaciones civiles de búsqueda de desaparecidos con perros, personas que han estado recorriendo los campos (inmensos, hay que decirlo) entre Dos Hermanas y Montequinto... «Pero no hay gente especializada buscando a mi tío», se dolía ayer Jacinto Vázquez. «Queremos la colaboración de la policía», insistía el sobrino, «porque nosotros, tras poner la correspondiente denuncia, hemos buscado con los pocos medios de que disponemos y no hemos encontrado nada, ni rastro». «Ojalá nos ayuden», decía, en el dolor de ver pasar las horas sin remedio.

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