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Caen las agresiones a médicos tras endurecer las penas a los pacientes

El Colegio de Médicos recibió 38 denuncias en el año 2011, lo que supone la mitad de las que recibió al año entre 2004 y 2008.

el 20 may 2012 / 18:16 h.

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Un médico atiende a un paciente en un centro de salud, que sigue siendo el lugar con más casos de agresiones.

Las agresiones a los médicos caen a la mitad después de años de llamadas a la calma a los pacientes y fruto, en buena parte, del efecto disuasor que supone que los ataques a los profesionales sanitarios hayan sido tipificados como delito con pena de cárcel. El Colegio de Médicos de Sevilla sólo recibió 38 denuncias por agresión en 2011, es decir, seis menos que en 2010. Ese descenso no sería significativo si no fuera porque estos dos últimos años han roto una tendencia, que se instauró en el periodo 2004-2008, donde la media se situaba en la horquilla de las 70 a 80 agresiones al año, según un informe presentado por la entidad colegial en junio de 2009.

El asesor jurídico del colegio, Santiago Campo, asocia ese descenso a que la sociedad "ha entendido que si se agrede a un médico puede ir uno a la cárcel". No en vano, el endurecimiento de las penas a los agresores, que en el 70% de los casos se tipifican como delito de atentado a funcionario público y, por tanto, con posible pena de cárcel, se antoja clave en este descenso de las agresiones. A eso se suma, a su juicio, una mejora del protocolo de actuación ante estos ataques, ya que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) lleva los últimos años "más sensibilizado" con este tipo de casos.

En ese sentido, el Colegio de Médicos de Sevilla aplica desde 1999 este protocolo, por el cual se presta a los colegiados asesoramiento y defensa jurídica para ver si en su caso han sido objeto de vejación, menoscabo o desconsideración. El estudio, que da cuenta de las agresiones de 2011 y que supone una actualización de los resultados iniciales que se presentaron el pasado octubre, pone en conocimiento que hubo 38 denuncias por agresión a médicos en 2011, de las que el 90% se produjeron en los centros públicos.

De estos, el 55% se localizaron en centros de salud, 33% en hospitales y un 12% en los servicios de Urgencias. Campo asegura que el que se concentren en las consultas viene justificado por que los pacientes que acuden al centro de salud "no es para tratar una urgencia vital" y, por tanto, están más abiertos a discrepancias en la atención médica o el tiempo de espera, que son dos de las razones principales por las que se originaron estas agresiones en 2011. El informe extrae que uno de cada cuatro ataques denunciados derivaron en lesiones, mientras que el resto fueron agresiones verbales. Sea de una forma u otra, un tercio de los médicos que sufrieron estas agresiones tuvieron que cursar la baja laboral. Además, el informe destaca por primera vez los hombres denuncian más que las mujeres -60% frente al 40%- y habitualmente a médicos con una edad de entre 45 y 55 años.

La lucha contra las agresiones físicas y verbales ha sido uno de los caballos de batalla que mantiene el presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Carlos González Vilardell, que siempre ha reclamado "más contundencia" en las instancias judiciales, además de un incremento de la seguridad en los centros de salud sevillanos.

El momento de más exigencia colegial se produjo en el verano de 2009, cuando presentaron un exhaustivo informe sobre las agresiones sufridas por los facultativos durante un periodo de cinco años (2004-2008), en el que se ponía el acento en "la situación de inseguridad" en la que estaba envuelto el colectivo médico, sufriendo entre 70 y 80 agresiones anuales. Nueve de cada diez ataques se producían en los centros de salud. De todas ellas, según el estudio, el 44% eran de tipo verbal, el 28% acarreaba algún daño físico al profesional sanitario y en el resto, un 26%, se ceñía a acciones de tipo intimidatorio.

Ese dato llevó a González Vilardell a reclamar que "las agresiones verbales e intimidatorias" también fueran tipificadas como delito de atentado a funcionario.Esas rogativas de González Vilardell tuvieron su resolución a finales de 2011, cuando un juzgado condenó a un año de cárcel a un joven por amenazar de muerte a un médico del centro de salud de Palmete, que por estos hechos pidió la baja por ansiedad y depresión. La importancia del fallo es que por vez primera se condenaba con pena de cárcel una agresión verbal, cuando las anteriores eran por ataques físicos.

En cabeza. Pese a la bajada en el número de denuncias en estos dos últimos años, Sevilla sigue sin abandonar los primeros puestos en agresiones en el conjunto del Estado. De hecho, es la séptima provincia española con mayor número de agresiones y la segunda de Andalucía, sólo por detrás de Málaga, según se desprende de los datos aportados por la Organización Médico Colegial (OMC).

Ese puesto baja algo si se tiene en cuenta el número de colegiados que tiene cada entidad. Si se contabilizan las agresiones por cada mil colegiados, la provincia de Sevilla ocupa el puesto decimosegundo, con 3,1 casos, lejos de otras provincias andaluzas como Málaga y Granada, con cuatro, Jaén, con 4,8, y Cádiz, con 7,8. La primera en esta tabla es Segovia, donde se da la friolera de 16 casos de agresiones cada mil médicos.

Más allá de esta comparativa con otras provincias, los responsables del Colegio de Médicos de Sevilla no quieren bajar la guardia pese a las buenas cifras y advierten de que el balance de 2011 significa "que tres médicos son agredidos al mes en Sevilla", una práctica que no debería producirse con tanta asiduidad y que deberían ser hechos "excepcionales".

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