La pasada Semana Santa el bar restaurante Casa López cumplió treinta años desde su inauguración en la calle Virgen de la Victoria, que se llamaba Turia cuando el bar abrió sus puertas, en el sevillano barrio de Los Remedios, muy cerca de la entrada principal de la fábrica de tabacos hoy tristemente solitaria.
Ya no está el fundador, pero sí su esposa Mamen Morales y sus hijos que siguen dispensando ese trato cercano, casi familiar, que prodigan a una clientela fiel a través de los años, donde más que clientes son amigos los que acuden al limpísimo y coqueto comedor del restaurante.
Coincidiendo con la efemérides, Casa López ha potenciado su carta de tapas para tomar en la barra o en las simpáticas mesas altas que ha puesto en la puerta del local, pudiéndose degustar en este formato pequeño su magnífica cola toro o su no menos buena carrillada. Mamen sigue preocupándose personalmente por acudir a los mejores proveedores para conseguir materia prima de primera calidad con los que elaborar los platos de su carta diaria, como las deliciosas manitas de cerdo, la perdiz estofada y en arroz caldoso o los pescados y guisos de cuchara que elabora Pepe, el jefe de cocina. Un buen hacer que les ha llevado a cumplir estos treinta años, que no es poco con los tiempos que corren y en un sector como la hostelería.