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Coaching, la palabra mágica

el 06 jul 2011 / 17:40 h.

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Los índices de éxito del 'coaching' son apabullantes.

¿Quién le iba a decir que la clave para lograr esa ansiada meta que se ha propuesto y que no sabe bien cómo abordar se encuentra en poner en práctica una palabra inglesa: coaching? Según la sabia Wikipedia el término se refiere a "un método que consiste en dirigir, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas con el objetivo de conseguir una meta o desarrollar habilidades específicas". Vale como definición, pero a estas alturas imaginamos que nadie habrá saltado del asiento ansiando convertirse en coachee frente al coach, o lo que es lo mismo, cliente de quien imparte esta técnica.

Estamos en Sevilla. Eso en la teoría, en la práctica, es probable que este artículo se lea mas en la playa de Regla de Chipiona que en Pino Montano. De un modo u otro no parece esta una ciudad muy dada a experimentar con modismos importados. Si ya muchos psicólogos las pasan canutas para llegar a fin de mes, los que se consagran al coach deben encomendarse a los santos. Paradójicamente, una experta en la cuestión, Silvia Otero, coach personal, confiesa que cada vez son más los sevillanos que se acercan a este incipiente método.

Volviendo al principio, "coaching es ayudar a personas y organizaciones a alcanzar las metas que se proponen", dice. Suena prepotente, "pero es eficaz", matiza. En su caso concreto ella misma se planteó un objetivo exacto que quiso lograr: "Trabajaba en un banco y he pedido salir para dedicarme profesionalmente a ejercer como coach", confiesa esta emprendedora economista fascinada con las posibilidades de una estrategia que, a la postre, lo que persigue es "hacer a las personas más felices".

"Las personas que vienen a mi consulta no tienen ninguna dolencia. Sólo aspiran a cambiar algo de sus vidas, optimizar su autoconocimiento y lograr el equilibrio con el que sentirse mejor". Así que de injerencias con el gremio de los psicólogos nada de nada. "Ante el más mínimo indicio de que la persona puede precisar otro tipo de terapia la redireccionamos hacia el médico", cuenta Silvia Otero echando mano de su código deontológico.

‘Conseguir una meta', esa es la clave del coaching. No se frote las manos tan rápido. Mírese al espejo, usted no tiene tipo para ser la Claudia Schiffer del siglo XXI y tampoco le alcanzan los euros para erigirse en el primer empresario que planta competencia al Corte Inglés. "Muy a menudo hay que pulir el objetivo del cliente, revisarlo hasta que este quede perfectamente perfilado. Y entonces ese objetivo, esa meta, sí que será alcanzable", explica. O lo que es lo mismo, no se puede confundir el coach con la milagrera Santa Rita, si usted se va por las ramas lo normal será que le poden un tanto los jaramagos.

"Ayudamos a que las personas sean conscientes de su propia realidad", continúa diciendo Silvia Otero. Para eso lo primero que tiene que hacer cuando el valiente entra en el gabinete es volatilizar los muros. "El coaching bebe sobre todo del método socrático -es el arte de las preguntas y respuestas- y para ello hay que crear un clima de absoluta comodidad", añade. Así las cosas, entre uno y otro se establece una situación "de igual a igual: no hay una mesa de médico por medio". Mucho menos una bata con el identificativo colgando y unos tenebrosos zuecos blancos.

"Llegamos a entender tanto al cliente que nos mimetizamos con él y la persona se abre por completo". A esto, técnicamente, se llama rapport, apúntelo en su bloc de notas para que no le pillen desprevenido cuando mañana salga el tema en el chiringuito. Es lícito que si ha llegado hasta aquí comience a preguntarse por el porcentaje de éxito. Silvia Otero no se anda con medias tintas: "No conozco a nadie que no haya conseguido sus objetivos". No dé botes tan rápidamente.

Siempre hay un ‘pero', en este caso también tendrá que poner de su parte. Esto no consiste en ingerir la píldora azul y sentirse el rey de la selva: "Ni todo el mundo puede ejercer como coach ni a todas las personas les viene bien. Si te apuntas a un gimnasio para adelgazar tienes que sudar, si haces coaching te tocará leer y realizar ejercicios vitales para ir acercándose a la meta".Si se le pregunta a algún practicante del psicoanálisis cuántas sesiones de diván son necesarias probablemente recurrirá a un número con algunos ceros detrás. Si la misma cuestión se le dirige a Silvia Otero u otro profesional del asunto, le sobrarán dedos de la mano para conocer la respuesta. "Por regla general suelen ser ocho sesiones aunque he tenido casos en los que con tres citas la persona ya ha conseguido lo que se había propuesto. El verdadero coach no quiere que el cliente se eternice y acabe dependiendo de él, si no que aprenda a caminar por su cuenta", asegura.

El sueño dorado más común es sentir la felicidad. Así que, en algún momento de su vida, es probable que el coaching pueda brindarle la ayuda que precise. En muy poco tiempo y con este cóctel de filosofía y psicología existencialista -por citar sólo dos de sus muchos ingredientes- podrá contemplar que lo que tanto ansió lo tiene más a la mano. "No conozco una terapia más motivadora que esta, en muy poco tiempo la persona ve cómo va conquistando pequeñas metas que le parecían inalcanzables".

DE UTILIDAD

Qué: Coaching es una palabra que procede del verbo inglés ‘to coach' (entrenar) y que alude a un método para dirigir a una persona o a un grupo de ellas hacia un objetivo concreto o una meta.
Dónde: Existen muchos profesionales de diferentes campos (psicología, econonía, filosofía...) preparados para impartir bien este método. En Sevilla Silvia Otero es uno de ellos. Puede contactar en el teléfono 679 902 947 y también a través del correo electrónico sucoaching@terra.es.
Cuánto le costará: Cada experto coach valorará oportunamente el coste de las sesiones. Pero debe saber que estas, que tienen una duración aproximada de 60 minutos, cuestan alrededor de 80 euros (coaching personal) y 150 euros (coaching ejecutivo, dirigido a las empresas).
Más información: El proceso del coaching requiere de los siguientes siete pasos: 1.- Observar, 2.- Toma de consciencia, 3.- Determinación de objetivos, 4.- Actuar, 5.- Medir, 6.- Acción comprometida, 7.- Motivar lo máximo posible. Existen diferentes tipos de coaching, el profesional determinará cuál se adecúa mejor a sus necesidades.  

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