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Cocina de las mujeres de la casa

Los Claveles (plaza de los Terceros). Una taberna que va camino de los dos siglos, tapas tradicionales y espíritu sevillanísimo.

el 12 dic 2014 / 13:00 h.

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LA FICHA

  • Dirección: Plaza de los Terceros, 13. Sevilla.
  • Horario: De 07.00 a 24.00. Descanso domingos noche.
  • Propietario: Santiago Remesal Alfaro
  La taberna Los Claveles conserva el sabor auténtico de la tradición sevillana. / J.C. La taberna Los Claveles conserva el sabor auténtico de la tradición sevillana. / J.C. La plaza de los Terceros es una de las esquinas con más sabor de Sevilla, iglesias como la parroquia de Santa Catalina o la de los Terceros, y bares con siglos a cuestas, uno de estos es la taberna Los Claveles hablándose de su fundación datada allá por 1841, casi nada. El padre de Santi Remesal, Santiago Remesal Gago, entró a trabajar con el anterior propietario siendo aún un niño, a principios de los años 60 se quedó con el negocio que ha seguido en la familia hasta hoy, que sigue al pie del cañón junto a su madre y su tía, las mujeres que sacan gloria bendita de los fogones en forma de guisos caseros que distribuyen equitativamente entre los parroquianos en forma de tapa, ahora con la ayuda del sobrino de Santi, todo queda en familia, Manuel María, que, formado en el Alabardero y tras pasar por sitios como Arzak, trae un soplo de aire fresco a la casa. La bodega en sí es todo un tratado de sevillanía barística, a pesar de haber sufrido una profunda reforma recientemente, ésta ha afectado más, afortunadamente, a la estructura interna del edificio que a su espíritu en sí, con lo que podemos seguir apreciando su viejo mostrador de buena madera, como las puertas de la entrada, de principios del siglo XX, sus suelos hidráulicos marroquíes recuperados, los lienzos de pared de ladrillo antiguo y, sobre estos, fotos cofrades, como una inmensa del Gran Poder custodiada por dos faroles de inspiración morisca, el Manué de los Gitanos, vírgenes, algún cuadro costumbrista y pizarras cantando todas las tapas de la casa. Para empezar tiran muy buena cerveza de Cruzcampo, se nota el empaque de serpentín de los de antes, hay también buenos vinos, con una selección de etiquetas de Jerez y Sanlúcar de categoría, una de las señas de la casa es la manzanilla Gabriela, y, por supuesto, riojas y riberas. Plato de habas con jamón. Plato de habas con jamón. Por su barra y sus mesas, tanto las del interior como las de la terraza que se cobija bajo el toldo flanqueado por dos anuncios publicitarios antiguos de azulejos, se acomodan gentes del barrio, trabajadores de las empresas cercanas, como Emasesa, gente de la bohemia sevillana y no pocos extranjeros, pero no el típico turista despistado sino gente que está bien orientada, y también cofrades, que no muy lejos andan La Cena, Los Caballos, La Mortaja... La carta de tapas es para tres o cuatro artículos, muchas, una colección de recetas de la cocina tradicional, todo se hace en la casa, salvo los postres, que son de las monjas de Santa Paula, benditas sean. Elegir tapa es complicado, pues podemos empezar por algo frío, como unos boquerones en vinagre, una ensaladilla o un aliño de huevas, entre otras, todas a 2,50 euros. Luego están los fritos, lagrimitas de pollo, croquetas, pavías, boquerones, tortillitas de camarones, mejillones rellenos, entre otros. Empezamos por todo lo alto con una tapa de habitas con jamón (3,00 euros) que, sin menospreciar a nadie, no es lo que estamos acostumbrados a ver en otros sitios, que acostumbran a abrir un bote de habitas baby, por muy buena marca que sea, y mezclarlas con taquitos de jamón, aquí la cosa es otra, unas habas frescas, ni muy chicas ni muy grandes, guisadas con un punto perfecto de sazón y de especias, muy bien condimentado, con jamón ibérico y rematado por un huevito de codorniz, sabrosísimo bocado. Vino luego un atún con tomate, pero tampoco al uso normal del atún bañado en tomate frito, aquí se guisa a la marinera y luego se le añade el tomate natural. Todas las salsas de las tapas son para mojar pan. Por cierto, magnífico pan gallego el que se usa para los montaditos, la estrella de estos es el completo, un bocadillito con presa ibérica, jamón y huevo de codorniz, realmente un rey de los montaditos, de los que por cierto hay una buena nómina, con los tradicionales como el capote de melva o el bacalao con salmorejo. Además de la familia que lleva el negocio y la cocina, cuentan en la barra con todo un titulado en la materia, Antonio el rubio que se llevó varios años tras el mostrador de La Moneda, otro de nuestros bares tristemente perdidos. Espero que Los Claveles siga formando parte de nuestro patrimonio tabernario otro buen puñado de años y que ustedes lo vean y lo disfruten. Por cierto, hay un comedor arriba para comidas privadas de grupos, un lujo.

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