Cultura

«Con Loquillo no éramos un grupo, sino una dictadura»

Quince temas componen el nuevo y cuidadoso disco de esta banda veterana, renovada con la voz de Andreu Muntaner, ‘Lobo’, que hoy actuará en la sala Long Rock de la capital hispalense

el 07 mar 2015 / 12:00 h.

Los Trogloditas, en su formación actual. Con nuevo cantante, la banda estará hoy en la sala Long Rock. / El Correo Los Trogloditas, en su formación actual. Con nuevo cantante, la banda estará hoy en la sala Long Rock. / El Correo   Ilusionado con la nueva etapa de Los Trogloditas, el batería JordiVila habla de su  gira con nuevo homónimo disco de la banda. —La sombra de Loquillo, ¿es tan alargada? —No creas, hay vida más allá de Loquillo. Cuando lo dejamos cada uno tenía sus razones, pero sobre todo no aguantábamos la tensión de un tío tan conflictivo. Aquello no era un grupo, era una dictadura musical. Por eso para volver echamos mano de un cantante de verdad, y ahora estamos encantados tanto en lo musical como en lo personal. Ahora es una banda sin jefes ni jerarquías, como debe ser. —¿Con Sabino también tuvieron esos problemas? —No, con él siempre hubo una buena relación, seguimos en contacto. De hecho, tengo que llamarle para que se haga un par de temas con nosotros. Con el Loco no, nunca más hemos hablado. Intentarlo sí lo he intentado, una vez para un asunto personal, pero no me cogió el teléfono. No me afecta, no es mi problema. —Después de haber conocido la era dorada de los estadios llenos, ¿cuesta volver? —La clave está en que nos gustaba tocar. Si fuera por la pasta, no seguiríamos en esto. Sabemos lo que es ir a tocar por un pastón y que te lo hagan todo hecho, sin descargar ni nada, pero si hay que hacerlo, ¿por qué no? A mí me compensa. Tuvimos la suerte de estar en la Primera División, pero es un orgullo que todavía haya quien pague por lo que haces. —¿Han cambiado en este tiempo los iconos? ¿Qué comunica hoy un tupé? —Depende de cada cual. Yo siempre he mezclado estilos, no he sido nunca super-rocker, ni super-punkie, pero vamos, todo ha ido perdiendo bastante significado por culpa de la pasta. Todo se ha mercantilizado, y ves a gente con una camiseta de Los Ramones que no tiene ni puta idea de quiénes son. Ha perdido la gracia. También es verdad que con la edad cambia todo. Te maqueas para tocar, sí, intentas subir guapo, pero las diferencias entre tribus urbanas están superadas. —¿Cómo llevarán el nuevo trabajo al directo? —Los temas están muy vivos. Alguno, aunque el disco está muy reciente, ya ha cambiado un poquillo. Y bueno, en directo también habrá sorpresas, temas nuevos incluso. Ya estamos pensando en el próximo disco… —A este paso, tocarán para los nietos de sus fans… —De momento, padres e hijos juntos, vienen mogollón. A alguno el niño le podría haber salido maquinero, pero le ha salido rockero. A mí me hubiera gustado que mi padre me llevara a conciertos de rock, pero le gustaban las sardanas y los corridos mexicanos. Mi madre sí, me llevaba a ver grupos setenteros de pequeñito. Ahora prohíben llevar a menores a los conciertos, y me parece fatal, porque a mí se me metió la música en el cuerpo viendo aquellas bandas. Permiten que los niños entren en los campos de fútbol, entre insultos, violencia y lo peor del ser humano, y sin embargo al rock no. Otra prueba de lo mucho que las instituciones y el Gobierno dejan que desear.

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