Feria de Abril

Contra toda lógica, inauguraron la Expo siete días antes de empezar la Feria

A pesar de que se conocían las felices soluciones a situaciones parecidas en, entre otros, 1929 y 64, los técnicos de Madrid iniciaron la Expo haciéndole la competencia más feroz a una de las dos grandes fiestas de la ciudad. En los toros hubo la desgracia de la muerte del banderillero Montoliú y una huelga, la de los picadores.

el 10 may 2014 / 23:12 h.

Momento justo del encendido de la portada y las primeras luces de la Feria. Como se ve el popular instante fue todo orden y protocolo: fue el año con más autoridades de la Historia / El Correo Momento justo del encendido de la portada y las primeras luces de la Feria. Como se ve el popular instante fue todo orden y protocolo: fue el año con más autoridades de la Historia / El Correo

Tres temas hay que plantearse en esta Feria, último capítulo de esta serie de momentos históricos de nuestro festejo de abril: el problema de la coincidencia con la Expo, lo que fue la Feria en sí, y la respuesta ‘final’ de toda la serie a si la Feria, por fin, se hizo del pueblo, si ‘ha funcionado’ como una Feria verdaderamente democrática.

Para la última cuestión, cualquiera que luchara contra Franco tenía como libro de cabecera en los 70, por lo menos, ‘Suecia, infierno y paraíso’, esperando que nuestra democracia sería como la de allí o como las de Inglaterra, Alemania o EEUU con representantes absolutamente responsables ante el pueblo concreto de su distrito y dispuesto a volverse (o a ser vuelto si era el Presidente) a su profesión respectiva después de algún gran error o alguna corrupción.

Lo que ha sucedido es que aquí no hay, propiamente, distritos (es decir, por ejemplo, un diputado para Triana y Los Remedios con oficina electoral en la que atiende y explica su postura ante cada tema todos los viernes por la cuenta que le trae) ni tienen, en su mayoría, una profesión respectiva ya que de unos estudios, y sin plaza o trabajo fijo, entran en política y siguen en ella hasta la muerte.

Por todo lo cual la democracia (ya les adelanté algo el 27-4-2014, p. 25) ha devenido en sistema piramidal cerrado, sin división de poderes, sin esa responsabilidad necesaria y directa de los elegidos para con los electores, sin control del gasto público y con más aforados (10.000) que el resto de los 192 países del mundo juntos, además de feudal porque las fronteras autonómicas están cerradísimas, cada una con sus intereses,  sus normas, educación y sanidad, sin pensar ninguna, ni por un momento, en mover un dedo por la región que tiene al lado.

Director y protagonistas de la película ‘Sevillanas’ estrenada en la Expo el primer día de Feria. Director y protagonistas de la película ‘Sevillanas’ estrenada en la Expo el primer día de Feria.

Tenemos, pues, como presentación del tema, que los políticos están por un lado (muchos de ellos con sus impuestos y sistemas de pensiones aparte, y pudiendo ponerse -¡gozada inmensa!- el sueldo que quieren) y, por otro estamos nosotros peleando por la vida, entregándole de mis ingresos -sólo para que organicen las cosas del común, nada más- la cantidad que ellos me imponen, y si es con las pensiones, apoquinando sin saber lo que al fin ellos, que las tienen aparte, como se dijo, deciden sobre la mía.

Y si, en general, ellos están tan lejos, referido a si estas fiestas en las que estamos, la Feria y la Expo, se han hecho del pueblo sevillano tenemos que decir que la primera se ha acercado a él bastante por una doble vía: primero por la aparición de las casetas de los partidos, sindicatos y distritos que, si no colman, ni mucho menos, nuestras ‘necesidades’ porque en ellas, muchas veces, las colas son enormes, sí que han paliado bastante la situación consiguiendo que la Feria sea ya bastante nuestra, y por otro lado porque gracias a la revolución industrial que por fin hicimos y que le mencioné en 1973, y al mejor reparto de la riqueza realizado con la democracia, gran parte de ese pueblo nos hemos hecho clase media y hemos ocupado ese aumento de casetas hasta llegar a las mil

Pero hay otro pueblo al que tenemos abandonado que es el forastero (porque el forastero es también pueblo ¿o no lo es Vd. cuando va a otra ciudad?),  forasteros que en estos años nos envían y publicamos cartas y más cartas,  y nosotros lo redondeamos con llamativos titulares, sobre su sorpresa de que en las casetas no se puede entrar, que en la diversión que ellos esperan encontrar en esta famosísima fiesta no se puede participar: tienen que limitarse, los pobrecillos, a recorrer calles y calles entrando, solamente, en las de uso público, en las que es verdad que pueden tomar algo pero donde la fiesta no está organizada; una solución sería que en esas casetas, o en una o unas grandes que se hicieran al estilo de la municipal de algunos pueblos,  el Ayuntamiento pagara animadores,  artistas o bailaores como el Ayuntamiento de París paga desde el s. XIX a los clochards de Montmartre ¿o es que no es igual de tradicional e histórica nuestra ciudad que aquélla y lo mismo de valiosa y célebre nuestra Feria que el mencionado barrio parisino?

Algo hay que pensar porque el producto de aquella revolución industrial ha desaparecido con la llamada reconversión de los 80 primero (realmente fue un cierre a cal y canto de muchas de ellas) y la deslocalización actual (ya, puro desierto industrial) y lo único que nos queda es el turismo y la ciudad que se lleve a los cuatro turistas que lleguen comerá, para las demás sólo habrá ruina

Para ello también deberíamos recordar lo que inventamos en 1847 y que les he contado desde 1899, es decir,  que fiestas sin parar y de categoría (hípica, polo, festival de cine, feria de muestras, óperas que siempre tuvimos, no nos faltaron nunca; final de la copa de tenis…) deben ocupar el mes entero, empezando por iniciar oficialmente la Feria el viernes anterior porque la verdad es que estamos allí desde ese día y,  al hacerlo oficial, saldríamos en todos los Noticiarios desde ese viernes, no que esas ciudades competidoras/copistas los ocupan con fiestas recién inventadas, mientras nuestra Feria sólo se menciona cuando encendemos el alumbrado.

Paseo de enganches por la Expo el mismo día y a la misma hora que el del Real de la Feria. Paseo de enganches por la Expo el mismo día y a la misma hora que el del Real de la Feria.

La Expo con respecto al pueblo es comida aparte, porque va a durar 6 meses, la inauguran el día 20 y el 27 suspenden la venta de pases de temporada dejando sin poder comprarlos a los miles de sevillanos que, viviendo al día como estamos, tienen que esperar a cobrar el 30 para hacer frente a ese gasto; el desprecio hacia el pueblo ha sido total pero lo peor es que ni el Ayuntamiento, ni la Diputación ni los Parlamentos nacional y regional han dicho esta boca es mía, ninguno ha movido un dedo, ninguno nos ha defendido ni un solo instante: ¿para eso existen, para eso tengo tantos, tantísimos representantes?

La explicación que da el jerarca de la Expo es que «en una semana se han vendido 280.000 lo que superaba sus previsiones», ¡pero só zoquetes, ¿me vas a poner una Expo universal una vez en la vida en Sevilla, en la puerta de casa, y no vamos a comprar pases de temporada 600.000 sevillanos, y no digo los 700.000 por dejar un poco de margen?

Y si es los precios que hay allí dentro desde luego no son para el pueblo, prohibitivos es la palabra que les adjudicamos a diario en El Correo, llegando el escándalo en algunos servicios al límite de tener que bajarlos a los 10 días de abierta: es el caso de la guardería donde, en vez de estar dejando al niño, parecías estar dando una hipoteca para un piso en Asunción, o fuera de la Expo pero relacionado con ella, la Asociación de hoteles Coral, que en la misma fecha tiene que bajar los precios un 33% (naturalmente todavía no están al alcance del pueblo sencillo, pero ¡imagínese Vd. la altura a la que estaban!)

Y dice el jerarca de la Expo y adyacentes que «bajan algunos precios porque lo manda el mercado», pero olvida que la Expo la ha hecho y la ha pagado todo el pueblo español para verla, cultivarse y distraerse, no para que en ella mande el mercado; de no ser así, debía el mercado español haber intentado montarla él, como quisieron hacer Génova y Chicago este mismo 92 y no pudieron, y sólo se ha hecho ésta porque la pagamos nosotros, todos los españoles.

Y ¿cómo ha sido la convivencia/competencia de la Feria con la Expo?: comencemos porque los zoquetes antedichos, en vez de hacer como en 1929 que la Expo se inauguró unos días más tarde –los forasteros se quedaron más días, todos disfrutamos de las dos fiestas y no hubo competencia-, o hacer como en 1964, que también se lo he contado en esta serie,  cuando el Baile de Gala de la Primavera en la Casa de Pilatos se puso dos días antes, miel sobre hojuelas, porque todos los famosos estaban ya en Sevilla y se quedaron para la Feria: No, estos lumbreras han inaugurado la Expo 7 días antes de la Feria con lo que la competencia es total, los turistas se tienen que dividir, a la fuerza, entre disfrutar de una o de otra (para esa otra, la Feria, ya saben además con cuán poquísima diversión para ellos, como les dije más arriba), y si es los sevillanos estamos acabando estos primeros días de La Cartuja reventaítos perdíos porque ninguno, en su inmensa mayoría y si tuvo la suerte de alcanzar un pase de temporada, ninguno quiere perderse esa gran novedad de nuestra historia pero tampoco queremos faltar a nuestras amistades, veladas y bailecitos de toda la vida.

El médico: «Llegó con el corazón abierto como un libro». Descanse en paz, banderillero Manolo Montoliú / El Correo El médico: «Llegó con el corazón abierto como un libro». Descanse en paz, banderillero Manolo Montoliú / El Correo

La conclusión ha sido que en cada momento la Feria ha resultado como un poquito más tranquila, más sosegada, como si de pronto, por un año, Sevilla hubiera perdido 100-200.000 habitantes, como si hubiéramos vuelto un poco atrás en las charlas en la caseta, los niños en los cacharritos sin tantas colas, los bailes cabiendo todos en el tablao, el buen cante, los viejos amigos, los personajes que nos visitan…todo igual pero más tranquilo, más como seguros de nosotros mismos: aquí en cada momento el que está, está porque quiere; el que crea que hay a esta misma hora (por mor de los zoquetes) otro sitio mejor en donde estar en Sevilla, pues está allí, y punto

Ha sido bonito: ninguna noche se ha llegado al millón de feriantes, hemos paseado y bailado holgados como hacía años que no lo hacíamos y el cómputo final ha sido de 6 millones de visitantes, lo que no se alcanza, ni mucho menos, en ninguna de esas otras ferias que copiaron la nuestra

Pero otra luminaria de los lumbreras tengo que contarles y es que han programado allí en la Expo una Feria paralela dando todos los días flamenco a discreción, sevillanas con grupos prestigiosos, bailes de nuestra tierra y paseos de enganches desde por la tarde como los que estaban teniendo lugar en el Real; no se les ocurrió a estos superzoquetes decirles a los forasteros “estos días Míste aquí no flamenco: flamenco 3 calles más p’allá’, o key?” (lo que hubiera sido una excelente oportunidad para crear la super-caseta para el pueblo forastero de que les hablaba más arriba); hicieron lo contario: “aquí en la Expo tienes todo el flamenco que quieras” porque en esta ciudad no hay Feria, esta Expo la hemos puesto en Vancouver de la Jara

Y menos mal que no aprovecharon el Pabellón de los Descubrimientos, que ardió, para poner una placita portátil, es decir que para los toros tuvimos todos  que ir a la Maestranza aunque la verdad es que pá ná porque salvo una oreja a Manzanares y otra a Ojeda, todo fue sopor todos los días. Lo que sí la desgracia de la muerte en el ruedo, de cuajo, del banderillero Manolo Montoliú: «con el corazón abierto como un libro», dice el doctor que llegó a la enfermería; descanse en paz el buen banderillero valenciano

Y entre tanta falta de sensatez como les venía contando, otra más: los picadores se nos han puesto en huelga y ha habido que suspender varias corridas; cuando por fin se arregló el conflicto colectivo y la Maestranza le ha puesto los caballos reglamentarios, éstos son tan renacuajos que parecen ponis, y media plaza riendo a mandíbula batiente ante equinos tan blandengues, y la otra media, los no iniciados, protestando sin freno y amenazando con poner una denuncia porque caballos tan pequeñajos no son dignos de la Plaza de Sevilla (cuando un entendido advierte a un protestante que “así son los que manda el reglamento”, acierten Vds. quién cree el buen hombre que ha metido su mano en la nueva normativa, ¿cree Vd. que dijo zoquetes, o que dijo lumbreras?)

En fin, sepan que por la Feria andan, entre otros muchos famosos, Rocío Jurado, Lola Flores, Mercedes de Borbón madre del rey, José María Aznar (Amparo Rubiales y Soledad Becerril, naturalmente), el papa Clemente,  María Jiménez, José Sancho, Jesús Aguirre duque de Alba, su mujer, José María Carrascal, su corbata, Mario Conde, Sofía Mazagatos miss España-92 y futura candidata a la Real Academia,  etc. etc., pero ninguno de ellos, aunque valen su peso en oro, es noticia este año: en este 1992, al menos en este abril de la Expo y de la Feria, son noticia los (escoja Vd. la palabra) que han hecho coincidir nuestras dos maravillosas fiestas.

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