Un niño jornalero de unos ocho o diez años corta a hachazos hojas secas de caña de azúcar en una plantación granadina. La imagen no es de hace un siglo, es de 1973 y este niño es hoy un hombre de poco más de 40 años. La fotografía -Niño zafrero, de Chituela Espinós- es una de las 92 que componen la exposición Álbum de Libertad. Andalucía, de la dictadura a la autonomía, que ayer jueves se inauguró en el Museo de la Autonomía de Andalucía de Coria del Río, la patria chica de Blas Infante. "Son imágenes que muestran el camino que hemos seguido los andaluces para ser lo que somos hoy", aseguró Demetrio Pérez, director del Centro de Estudios Andaluces.
Niño zafrero es la primera fotografía que se abre a los ojos del visitante. Data de 1973. Ahí comienza el recorrido visual del final de la dictadura, la transición y los primeros pasos de la democracia en Andalucía. "Imágenes que son la crónica de un sueño en el que no sólo hay hechos políticos, también hechos sociales como la emigración, el trabajo de los jornaleros y las manifestaciones por la autonomía de Andalucía, que muestran las parcelas de libertad que empezaron a conquistarse a partir de 1945 después de cuatro décadas de una era cavernaria", explicó Juan de Dios Mellado, uno de los coordinadores de la muestra, junto a Antonio Ramos Espejo y Pablo Juliá.
Tres décadas de la historia de Andalucía en su reconquista de la libertad: Juan Goytisolo visitando el deprimido barrio de La Chanca en Almería a finales de los 70; la estación de tren de Jaén rebosante de jóvenes emigrando hacia Francia y Alemania; la ineludible foto de la tortilla: el picnic de 1974 de Manuel Chaves, Felipe González y Alfonso Guerra; la policía vigilando el discurso homenaje de Blas de Otero a García Lorca en Fuente Vaqueros en 1976; las primeras elecciones de 1977; las manifestaciones por la muerte del malagueño García Caparrós el 5 de diciembre de ese año; la constitución del Parlamento andaluz en 1982...
"Fueron los años en los que Andalucía empezó a sentirse libre y capaz de realizarse", rememoró Mellado. "Un trozo de nuestra historia que no debemos olvidar porque los pueblos que olvidan su historia corren el riesgo de repetir los mismos errores", agregó Pérez.
Un anciano de Jaén levanta el puño ante una pared inundada de carteles electorales. Era 1982. El pueblo tenía ya la palabra. Había acabado el silencio.
