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Cuando la red empuja al abismo

Las nuevas tecnologías han abierto nuevas vías al maltrato con el ciberacoso, violaciones de privacidad y agresiones en línea

el 25 nov 2013 / 21:00 h.

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15313239 No siempre lo último, lo más innovador, es lo mejor, sobre todo si se pone en manos de la persona equivocada. Los maltratadores han encontrado nuevas vías para hacer daño a través del desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), un mundo en el que las redes sociales se han convertido en un verdadero infierno para muchas mujeres –sobre todo las más jóvenes–, que han visto cómo su intimidad era puesta a la vista de la red de redes, una red, internet, que en lugar de salvarlas las ha empujado más hacia el abismo en el que se encontraban. De ello habló ayer la periodista, comunicadora social y consultora de medios de comunicación Daphne Plou durante su ponencia TICS y perspectiva de género, incluida dentro del IV Congreso de Estudio de la Violencia contra las Mujeres que se celebra hasta hoy en Sevilla. “La violencia contra las mujeres a través de las redes se ha vuelto normal”, explicó ayer Plou, quien añadió que “el ciberacoso, las agresiones en línea y las violaciones de privacidad son bastante comunes a día de hoy”. Se trata de nuevas “herramientas” que los maltratadores han sumado a las que ya tenían para hacer la vida imposible a sus víctimas, a través del “hostigamiento, el hackeo de sus cuentas o la vigilancia continua de sus movimientos”. La distribución de vídeos y fotografías, el chantaje, la vigilancia, el acoso sexual o la continuación de la violencia doméstica son los principales tipos de casos que se encuentran a través de internet. “Las más pequeñas son las más sensibles, sobre todo las menores de 15 años, que pueden ser más fácilmente captadas para que se muestren y que sus imágenes se usen para un chantaje”, indicó Plou, quien recordó que en países como la India hay distribución viral de violencia sexual donde se llegan a incluir violaciones. Los daños que causan estas actitudes son distintos. El emocional es el más habitual, ya que es el que se da en el 75% de los casos. Los físicos y sexuales, que pueden acabar en el suicidio de adolescentes, conforman el 35%. La mayoría de las veces lo provoca alguien conocido (52%) y la plataforma más utilizada es Facebook y las redes sociales, en un 28% de los casos, seguidas del teléfono móvil (24%). Sin embargo, y según el estudio realizado por Plou, solo se denuncia ante la Policía en el 20% de los casos. En cuanto al perfil, las mujeres que más sufren violencia de género a través de la red tienen entre 18 y 30 años, “incluso menores”, mientras que los daños suelen ser emocionales y agresiones sexuales, así como el contacto engañoso para dar lugar a un encuentro real. En países como Estados Unidos se ha puesto de moda, explicó Plou, lo que se denomina revenge porn, que se usa para vengarse de la pareja una vez ha sido dejado. “California ya tiene legislación específica sobre este tema y ha habido numerosos juicios civiles por ello porque se han abierto páginas web en exclusiva para subir este tipo de imágenes”, relató. En cualquier caso, Plou –integrante del equipo encargado del proyecto ¡Basta de violencia! Derechos de las mujeres y seguridad en línea y encargada del mapeo sobre violencia y uso de tecnologías de información y comunicación para la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC)– prefiere hablar de “sobrevivientes en lugar de víctimas” a la hora de tratar los problemas de mujeres agredidas. “Hay redes sociales como Twitter o Facebook que están haciendo mucho dinero pero, ¿qué pasa con la violencia que se genera en ellas? No queremos censura, pero sí parámetros éticos en el funcionamiento de estos sitios”, recalcó en su ponencia. A este respecto, abogó por “transformar el uso de la tecnología” y “crear una conciencia ética” para no seguir victimizando a las personas que son atacadas también vía internet. El mapeo que ha realizado sobre esta cuestión “evidencia el aumento de la violencia de género con el uso de la tecnología, de ahí el proponer estrategias de prevención y de respuesta que sean incluidas en los planes de acción y en las políticas”. En sus conclusiones, detalló que es “imprescindible trabajar con transformaciones sustanciales, ya que hay que romper con el machismo de raíz”. A ello se suma la introducción del objetivo de acabar con esta lacra en la educación, la legislación y las relaciones sociales, para lo que Plou propuso trabajar de forma “interparticipativa”. En este IV Congreso de Estudio de la Violencia contra las Mujeres, dedicado en esta edición al impacto de las TICs en este problema social, el consejero de Justicia de la Junta, Emilio de Llera, advirtió sobre la transformación y diversificación de la violencia de género en los nuevos tiempos y aseguró que “el machismo muta, cambia, se encripta y se adapta a las nuevas tecnologías de la comunicación y las nuevas formas de relaciones sociales, que siguen reproduciendo los estereotipos tradicionales de género y los valores sexistas”. Así, apostó por impulsar nuevas estrategias y nuevas respuestas para combatir estas formas de violencia de género en internet, redes sociales y telefonía móvil, ya que “reflejan una imagen ampliada y reforzada de la violencia de género más ancestral y arcaica”. Por su parte, la fiscal de Andalucía de Violencia de Género sobre la Mujer, Flor de Torres, aseveró que, en los últimos tiempos, “se está visualizando una forma de alianza del maltratador con las nuevas tecnologías, incluso una forma de suplantar o quebrantar las medidas de alejamiento”.

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