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Curro Vélez: otro gigante del baile que se nos ha ido

Destacó por su excelente planta, su pureza y su talante emprendedor.

el 07 ene 2013 / 20:30 h.

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La aglomeración fue tal en algunos comercios que éstos optaron por bajar las rejas e ir dando paso a los clientes por grupos.

En la madrugada de ayer murió en Sevilla uno de los bailaores más grandes de Triana, Curro Vélez. Tenía 78 años y llevaba algún tiempo con problemas de salud, alejado de los escenarios y de la dirección de su famoso tablao de la sevillana calle Rodo, El Arenal, hoy dirigido por su hijo Fran y reconocido como el local flamenco de más solera de Andalucía.

Francisco Rodríguez Salido, Curro Vélez, que llegó a tener compañía propia con la que recorrió varias veces el mundo, destacó por una excelente planta y, sobre todo, por su pureza. Se forjó como bailaor en las fiestas privadas de Triana, sin academicismos, pero su técnica natural le convirtió pronto en una figura del baile gitano. En 1957 ingresó en la Compañía de su maestra Pilar López, quien destacó siempre de él su baile "racial y de gran temperamento". Estuvo varias temporadas en esta compañía, con la que recorrió gran parte del mundo.

Por aquellas fechas lo descubrió Manolo Caracol y lo contrató para actuar en su tablao madrileño, Los Canasteros, donde se codeó con lo más granado del baile de los años sesenta. Pero cansado de los tablaos, decidió crear su propia compañía, con la que estuvo varios años actuando en algunos de los mejores teatros del mundo, alcanzando sonados éxitos, como el conseguido en 1970 en el Teatro Avenida de Buenos Aires con el montaje El Corral de la Morería, contando en el elenco con artistas como Gaspar de Utrera y el guitarrista Ricardo Miño.

Tras muchos años llevando por el mundo su arte y ayudando a dar a conocer a bailaoras y bailaores, así como a innumerables artistas del cante, en 1975 decidió fundar su tablao sevillano, que es una verdadera escuela de baile alejado de la comercialidad. El pasado año, coincidiendo con la Bienal de Flamenco, se creó un premio con su nombre, cuya primera edición recayó en la bailaora gitana Angelita Vargas. El maestro no pudo estar presente por problemas de salud y, sobre todo, porque Curro Vélez nunca fue aficionado a los actos sociales.

Murió en la mañana del pasado lunes en el Hospital Universitario de Sevilla y será enterrado hoy en el Cementerio de San Fernando a las once de la mañana.Triste noticia, pues, para el mundo del flamenco. Se nos ha ido un bailaor puro, de la más castiza escuela trianera, discípulo de Pilar López y referencia ineludible de una manera de bailar que se nos escapa por entre las yemas de los dedos. Representó como pocos la escuela trianera.

Las manifestaciones de dolor se sucedieron a lo largo del día de ayer desde todos los sectores del flamenco. "Lamentamos la pérdida de uno de los maestros de baile sevillano", afirmó Mari Ángeles Carrasco, directora de la Agencia Andaluza de Flamenco. "Fue un artista que hasta el final de sus días dignificó el flamenco, y en la última Bienal fundó el premio que lleva su nombre, otorgado a Angelita Vargas, para ayudar a personas que como él hayan vivido por y para este arte".

Angelita Montoya, que supo del fallecimiento del artista por El Correo de Andalucía, trabajó mucho tiempo en el tablao de Curro. Para ella el sevillano era "uno más de mi familia", según quiso recordar "su figura, su colocación y su arte, que hicieron de él uno de los grandes bailaores de Triana". Asimismo, agregó que "además de excelente bailaor, fue una persona excepcional, muy generosa y cercana siempre".

"Sevilla y el flamenco tienen una deuda con Curro, que llevó el nombre de este arte y esta ciudad por todo el mundo", afirmaba por su parte Manolo Macías, del sevilla Congress Bureau. "Resultó un flamenco atípico por ser empresario, un emprendedor, algo reservado a muy pocos, como sucedió con Caracol", añadió.

Macías subrayó el hecho de que la tertulia del tablao El Arenal, de la que forman parte numerosos periodistas y aficionados flamencos, llevaba algún tiempo impulsando la iniciativa de cambiar el rótulo de la calle Rodo, donde se ubica dicho espacio, por el nombre de Curro Vélez. "La noticia nos ha cogido muy de improviso, y ya no podremos tributarle el reconocimiento en vida, pero esperamos que el Ayuntamiento admita esta propuesta que no es sino un acto de justicia".

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