Deportes

De Melilla a Sevilla por unos colores

Con 90 años recién cumplidos, lleva más de 20 años presenciando los partidos del Sevilla en casa viajando desde su ciudad natal.

el 10 dic 2014 / 17:27 h.

El presidente del Sevilla, José Castro, y Francisco Gomera. El presidente del Sevilla, José Castro, y Francisco Gomera. Francisco Gomara Urdiales, natural y residente de Melilla, es un fiel seguidor del Sevilla FC. Es tal su pasión por los colores de Nervión que desde hace más de 20 años, una vez jubilado y ya con su carnet de socio, acude religiosamente desde su ciudad natal para presenciar los partidos del Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán. Su itinerario es siempre el mismo. Por su pavor a los aviones, toma un barco, amanece en Málaga y de ahí un tren hacia la capital de Andalucía, donde ha hecho del Hotel Don Paco su segunda casa. Partido tras partido, Paco Gomara está presente en su asiento del VIP Nervión, dando rienda suelta a la gran pasión que mueve su vida y que su esposa y familiares no han tenido otro remedio que aceptar. El club quiso el pasado 30 de noviembre, día que homenajeaba a Ramoní, tener un detalle en el antepalco con este distinguido abonado, sobre todo aprovechando la presencia del vicepresidente de la Ciudad Autónoma de Melilla. Gomara, a pocos días de cumplir sus 90 años, llegó a Sevilla siguiendo la rutina de rigor. Pero en esta ocasión se torcieron sus planes y por una complicación médica no pudo estar en el palco, donde había sido invitado. En el club supo de esa complicación, pero no de la gravedad de la misma ni que hasta la fecha sigue ingresado en el Hospital Virgen Macarena, donde cumplió el pasado 5 de diciembre su 90 aniversario. Por eso, cuando en pleno acto de Fieles de Nervión un socio abordó al presidente José Castro para comentarle la situación del sevillista de Melilla, como así es conocido. De este modo, Castro decidió acudir al hospital para hacerle una visita totalmente improvisada, con una camiseta con su nombre. Paco Gomara quedó encantado con la inesperada visita del presidente. Eso y mucho más merece un sevillista de categoría, un sevillista que partido tras partido recorre los kilómetros que le separan de Nervión y supera los obstáculos e impedimentos propios de su edad, porque su pasión por sus colores puede con todo.

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