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De Sevilla a Phoenix

Adrián Carrión es uno de los españoles en la NCAA, un chico que posee un gran talento y sabe cuáles son sus prioridades. Fue campeón de España con el Baloncesto Sevilla en cadetes y el año pasado estuvo en la CBA antes de saltar a los Estados Unidos.

el 30 dic 2014 / 18:44 h.

Álvaro Ordóñez Ruiz El base sevillano posando con la camiseta de los Lopes de Grand Canyon. / EDD El base sevillano posando con la camiseta de los Lopes de Grand Canyon. / EDD Adrián Carrión (Sevilla, 1996) es uno de los representantes españoles en la NCAA, la liga universitaria americana, que suele ser prefacio, en muchos casos, de la NBA o en su defecto de una larga y brillante carrera baloncestística. Sin embargo y pese a que es una de las ilusiones de su vida, Adrián no esta obsesionado con vivir del baloncesto, al menos no de la manera habitual para el resto de los jugadores, ya que lo que realmente le quita el sueño es su carrera. Adrián estudia Sports Management en la Grand Canyon University en Phoenix, y tiene claro que eso está por encima de todo lo demás. Aún así y aunque está empezando su andadura americana, hay que remontarse a su niñez para entender su idilio con el deporte de la canasta. Incluso antes de nacer, la vida de Adrián ya estaba ligada al baloncesto, y no es para menos, ya que su padre, el mítico Pepe Carrión, estuvo de asistente del Caja San Fernando con Pesquera, Petrovic, Maldonado e Imbroda. Con semejante historial paterno en los banquillos, que se mantiene hasta hoy, es natural que el sevillano pidiera como premio, por sus buenas notas en sexto de primaria, poder hacer las pruebas del equipo hispalense. “Las pruebas del ‘Caja’ era lo que quería como premio por mis notas de primaria, de hecho antes de eso los primeros recuerdos que tengo de baloncesto es jugar con Andre Turner cuando acompañaba a mi padre a los entrenamientos” confiesa el base al hablar de sus inicios. Primera experiencia “Di el salto al ‘caja’ desde una escuela donde me entrenaba mi padre. Ese primer año de entrenamientos mejoré muchísimo, con todos los torneos que jugamos, estuve también en la selección sevillana y en la andaluza de Minibasket. a partir de ese momento me mantuve a muy buen nivel hasta llegar a cadete. Fue clave esa temporada porque me subieron al primer equipo de cadetes en mi debut en la categoría. Ahí coincidí con Kristaps Porzingis, entre otros, así que el nivel era bastante alto y llegamos a octavos de final del campeonato de España”, asegura Carrión, que recuerda ese curso como uno de los más felices de su vida compitiendo al primer nivel, con lo que eso conlleva. Con la experiencia de haber sido importante en un equipo que consiguió llegar más lejos de lo esperado, Adrián Carrión se plantó en el primer entrenamiento de la siguiente temporada con un nuevo entrenador, Rafa Monclova, que impresionó al sevillano desde primera hora. “Admiro muchísimo a Rafa como persona y como entrenador. Ha sido del que más he aprendido, el que más confianza me ha dado, quizá en parte porque teníamos muchas cosas en común: los dos sevillanos, bases y con un carácter similar. Así que él supo enseñarme bien y yo también pude aprender mucho de él. Recuerdo la primera frase que dijo en el primer entrenamiento, que él había venido para ser campeón de España y el que no creyese eso que se fuese del entrenamiento. Imagina como nos reímos todos los jugadores, que éramos la generación del 96, no teníamos ningún africano gigante, ni tampoco un letón de 2,10 metros, éramos la ‘generación malita’ y nadie creía que era posible, salvo Rafa Monclova que lo tenía muy claro desde el principio.” Canarias y NCAA Cuando la temporada siguiente  estaba a punto de comenzar, a toda la familia Carrión se le presentó una gran oportunidad. Al padre de familia le ofrecieron un puesto en la Canarias Basketball Academy (CBA), y a Adrián, un puesto en el equipo acompañado de un nivel académico fuerte que le preparó para dar el salto a las universidades americanas. La CBA_es un proyecto creado por Rob Orellana con el objetivo de preparar a los mayores talentos del baloncesto europeo para dar el salto a los Estados Unidos, con ese objetivo reclutaron a Adrián. “Allí es donde más duro he entrenado en mi vida. Teníamos entrenamiento de siete a ocho y media de la mañana, después íbamos a clase y por la tarde volvíamos a entrenar. Así eran 6 días a la semana, el séptimo solíamos tener el partido, por lo que no había ni un sólo día que no tuviésemos preparación referente al baloncesto. Era duro pero aún así eso me ha hecho evolucionar de manera más agresiva en mi juego” afirma Carrión cuando recuerda esa etapa. Este año llegó el reto, la universidad de Grand Canyon se interesó en él y Adrián aceptó el reto, sabiendo que este primer año es de adaptación, que por la filosofía de la NCAA_los Freshman como él no suelen disfrutar de muchos minutos. De hecho, se encargan de completar la plantilla en los entrenamientos. Aún así él lo tiene claro, sabe que quizá esta temporada no, pero en las próximas espera poder aportar muchísimo más  como el líder que siempre ha sido. Sin embargo, el entrenador de los Lopes, Dan Majerle, una leyenda viva de la NBA que forma parte del Hall of Fame, confió en él y poco a poco se está  quedando prendado del juego y la entrega del sevillano en sus entrenamientos.“Yo sabía que no iba a tener minutos al principio, incluso me esperaba que me recibieran peor en el equipo. Ahora me estoy haciendo un hueco cada vez más grande y los entrenadores ya confían en mí. Dan Majerle está muy pendiente de mi desarrollo y voy entrando poco a poco en dinámica, pero llegar aquí es de locos al principio. Adaptarte a todo lo que es Estados Unidos tanto en el juego como fuera es muy duro” explica el base. Sin duda, Carrión está cumpliendo el sueño de muchos jugadores de baloncesto, por algo la NCAA es una de las competiciones más importantes no profesionales del mundo. De momento la participación activa de Carrión es testimonial y su equipo, pese a haber tenido una victoria muy importante ante uno de los equipos más emblemáticos y poderosos de la liga, los Kentucky Wildcats; ha sido derrotado en  algún partido que no debería haber perdido. Adrián espera que el equipo llegue a la March Madness (mes más importante de competición) con opciones de competir. La aventura de Adrián Carrión en Estados Unidos acaba de comenzar. Si no hay ningún contratiempo, este jugador tan capacitado y sacrificado podría llegar, sin duda, a la élite. Aunque con los pies en el suelo, Carrión disfruta de una oportunidad que no va a dejar que se le escape.

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