José Crespo, uno de los supervivientes del Nuevo Pepita Aurora, no quiere volver al mar. Sólo de acercarse al puerto le entran escalofríos. Pero no olvida a los suyos, los marineros de Barbate, y se ha introducido en la vida política para mejorar sus condiciones de vida, sobre todo la seguridad. Su campo de batalla no será el océano sino la sala del Pleno, donde ayer fue recibido con aplausos como nuevo edil de IU. "En la toma de posesión me sentí muy nervioso. Después juré, me aplaudieron y me lo agradecieron", señaló.
Su paso a la actividad municipal ha sido de la noche a la mañana. Este marinero iba en la lista de este partido y aceptó cuando se le propuso sustituir a uno de los ediles. Se dedicará a los asuntos del sector pesquero y su principal reto será luchar contra los riesgos a los que se exponen los pescadores. "Voy a entrar en este tema. A ver si se cumplen los requisitos como los chalecos salvavidas porque algunos siguen pasando el Estrecho sin llevarlos puestos", explicó. Crespo se incorpora a este cargo lleno de ideas para luchar contra el desempleo como la creación, por ejemplo, de una piscifactoría de mariscos. Intentará trabajar para favorecer el desarrollo de su pueblo pero, al mismo tiempo, pretende superar del todo las secuelas psicológicas que arrastra desde el accidente en el que murieron ocho de sus compañeros. "Hay que tirar para adelante. A ver si me despejo la cabeza", afirmó.
Mientras que este superviviente inicia una nueva etapa, por el juzgado siguen pasando testigos para aclarar las causas del vuelco del barco. Ayer declaró el presidente de los armadores barbateños, Ramón Rivera, quien manifestó que no cree que las falucheras (salideros de agua) pudieran estar taponadas como indicaba el informa de la Marina Mercante. Por su parte, el abogado de las viudas, Rafael Dávila, responsabilizó a las administraciones porque se han dado otros casos de hundimiento con embarcaciones similares.
