El cadáver de Juan Carlos Bejarano, sevillano de 34 años de edad, aparecía en la mañana del pasado martes en un bungalow del Club Punta Arabí, ubicado en el término municipal de Santa Eulalia del Río, en Ibiza. En el apartamento se alojaba como okupa el ahora fallecido, aprovechando el cierre del complejo turístico tras la temporada veraniega y la consecuente ausencia de actividad y vigilancia en la zona.
Instalaciones del ClubPunta Arabí, de Ibiza en el que ha sido encontrado el cadáver del joven sevillano.
En la misma tarde, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Ibiza practicaban la autopsia al cuerpo del joven sevillano, determinando que la muerte había sido causada de forma violenta, y utilizando probablemente un hacha como instrumento homicida, a tenor del profundo corte a la altura del cuello que presentaba el cadáver, además de las numerosas muestras de haber sido golpeado de forma violenta.
Ya en la mañana del miércoles, el día siguiente al hallazgo del cuerpo sobre un charco de sangre por parte de un trabajador de los apartamentos, la Policía Judicial de la Guardia Civil practicaba la detención de una persona próxima al entorno del fallecido. Según informa El Periódico de Ibiza, se da la circunstancia de que sobre el okupa sevillano pesaba un historial de varias detenciones policiales, y que incluso en algunas de las actuaciones de los cuerpos de seguridad fue puesto a disposición judicial junto con quien ahora se ha convertido en el presunto autor material de su muerte.
El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de los de Ibiza ha declarado por el momento el secreto de sumario, para contribuir a no contaminar el esclarecimiento de los hechos. Asimismo, el magistrado ha decretado prisión sin fianza para el detenido por su supuesta relación con los mismos. La práctica de ocupar de forma ilegal las instalaciones turísticas una vez llegado el otoño meteorológico está extendida en toda la comunidad balear, y obliga a muchos de los propietarios de campamentos, residencias y hoteles a poner en funcionamiento un programa de vigilancia de los complejos para evitar el allanamiento por parte de personas que no cuentan con una vivienda.
En algunos de los casos del enquistado problema de la ocupación de apartamentos se comprobó que eran los mismos arrendatarios de las instalaciones turísticas quienes franqueaban la entrada a los ocupantes, por desavenencias con los propietarios de las mismas.
El Club Punta Arabí, ubicado en la zona de alto atractivo turístico de Es Canar y en el que ha encontrado la muerte el joven sevillano, es célebre además por la organización de un mercadillo hippy que se celebra cada año desde el comienzo de la primavera y con cuya última edición, a mediados de octubre, se clausura la temporada vacacional. De hecho, el crimen del okupa ha tenido como escenario un apartamento muy próximo al espacio que acoge el mercadillo.
